"Sucedió un milagro": Hombre salvado de ser deportado por la generosidad de su comunidad
Un florista mexicano que se perdió y terminó cruzando hacia Canadá desde los Estados Unidos hace 18 años enfrentó una posible deportación por su sencilla equivocación.
Gualterio Santos iba camino a Chicago desde Nueva York cuando tomó un desvío en una autopista y cruzó la frontera entre Estados Unidos y Canadá por error. En entrevista con el Daily Mail, recordó firmar documentos que le dieron agentes estadounidenses de la oficina fronteriza.
Hasta le dieron un mapa con instrucciones de cómo llegar a la Gran Manzana. Pero el inmigrante indocumentado jamás supo que debía asistir a una cita con la oficina de migración de Detroit meses después de su equivocación en el año 2000.
Ahora, la única esperanza de Santos, de 47 años, es que un juez de inmigración de Los Ángeles se apiade del padre de siete hijos, que entró ilegalmente en los EEUU en 1991. "Tengo mucho miedo", contó Santos a la misma fuente. "En realidad vine a este país a trabajar", agregó Santos, quien tiene entre 60 y 90 días para hacer arreglos para sus dos floristerías, que generan 5 millones de dólares al año, para luego irse voluntariamente a México.
"Esa fue una decisión ignorante. Es el único error que he cometido". Santos llegó de México en 1991 y pasó más de una década vendiendo flores en carritos de supermercado en Washington Heights, Nueva York, antes de mudarse a Chicago.
Debido al menor costo de la vida, Santos se mudó a la Ciudad de los Vientos con su esposa y tres hijos nacidos en los EEUU, incluyendo a uno que ya terminó la universidad y es voluntario en las Filipinas. En una conversación telefónica con su hermano, terminaron hablando de comprar un auto. Ya que comprar un auto usado era mucho más económico, Santos accedió a comprarlo en Chicago y llevarlo él mismo a casa de su hermano, en Nueva York.
Sin embargo, la tecnología de la época aún no involucraba aplicaciones con GPS en cada teléfono. Hoy en día, se arrepiente de no haber pasado por una estación de gasolina a comprar un mapa, pues se habría evitado tremendo embrollo.
Santos envió una aplicación de residencia legal en los EEUU, pero cuando compareció ante un juez el 12 de agosto de 2017, le dijeron que tenía una orden de deportación pendiente desde el año 2000, ya que técnicamente no asistió a su audiencia migratoria. Al mudarse de Chicago a Los Ángeles, su negocio de flores creció luego de que un dueño de supermercado lo invitó a vender en el interior en vez de en la calle.
Santos confesó al juez que no tenía ni idea de que hubiese agentes migratorios tras él, y que jamás recibió una notificación oficial. Santos casi se devuelve a su nativa Oaxaca, en México central, luego de visitar la oficina local de ICE en Santa Ana, California, donde abrió su primera floristería.
Pero la fortuna le sonrió. Minutos antes de cruzar la frontera de Tijuana, México, un agente de migraciiones le dijo que sería llevado a un centro de detención en Los Ángeles. El 23 de octubre, fue liberado, con la ayuda de políticos locales. Un oficial de ICE le notificó a Santos que probablemente debería vender sus floristerías.
Santos no tiene idea de qué sucederá en los siguientes tres meses, pero espera que un juez de migraciones considere sus razones para quedarse en los EEUU. Sus hijo más jóvenes, una niña de 11 y un niño de 8, han sido los más afectados. Ambos reciben apoyo psicológico en la escuela. "Mi familia está devastada. Estoy en manos de Dios ahora".
En otro conmovedor caso, una mujer de Suecia impidió temporalmente la deportación de un hombre afgano al negarse a sentarse en el avión hasta que lo sacaron, y transmitió en vivo su protesta en las redes sociales.