Dueña de restaurante cierra el negocio para llevar a todos los empleados y sus familias a Disney
El restaurante State Farmer's Market Restaurant es famoso por sus deliciosos pancitos, pero ahora es famoso a nivel mundial por la generosidad de su dueña.
El popular restaurante estadounidense State Farmer's Market Restaurant estuvo cerrado toda una semana durante el pasado mes de febrero. No por una inspección ni una remodelación, sino porque su dueña decidió llevarse a todo el personal a Disney World, con todos los gastos pagos.
Gypsy Gilliam y 53 otras personas (unos 20 empleados y sus familias) se subieron a un bus privado camino a Disney World el pasado 26 de febrero. Algunos empleados llevaban décadas trabajando en el restaurante, y otros, apenas meses. Todas las comidas, hoteles, transportes y boletos de Disney World fueron costeados por Gilliam.
"Es un lugar tan feliz y mágico para mí", dijo Gilliam en entrevista teléfonica. "Sólo quería hacer algo especial por ellos".
Gilliam comenzó a pensar en un viaje al lugar más mágico del planeta en otoño del año pasado. Luego de una ajetreada semana durante la Feria Estatal de Carolina del Norte, Gilliam le dijo a un cansado cocinero: "Necesitamos irnos a Disney". Pero el comentario improvisado rápidamente penetró su mente, y no lograba sacudirse de la idea.
Llevaba décadas sin ir a DIsney, desde que llevó a su hijo Tony, cuando era un niño. Hoy en día es un hombre adulto. "Pensé que Disney World es perfecto porque funciona para todas las edades", dijo Gypsy. "La mayoría nunca ha ido, y quería que tuvieran esa oportunidad. Ver la dicha en sus rostros adultos y el júbilo absoluto de los niños fue algo que no tiene precio".
Gilliam contrató a la organización AAA para organizar el viaje, y uno de los proveedores del restaurante coordinó paquetes de productos para los empleados, esperándolos en sus habitaciones de hotel en Disney World. Cerca de la Navidad, Gilliam le contó al personal de sus planes, y la emoción fue en aumento hasta el mes de febrero.
"Nunca has visto a un grupo de gente así divirtiéndose tanto", dijo Gilliam. A pesar de ya estar pagándoles las vacaciones, Gilliam dijo que todos los empleados, hasta los que no pudieron ir al viaje, recibirían su salario por esa semana. "Igual tienen que pagar la renta", comentó la generosa dueña.
A finales de los 90s, Gilliam abrió una famosa cafetería cromada en Cary, Carolina del Norte, llamada "Gypsy's Shiny Diner", con un polémico diseño que polarizó a los lugareños en aquella época. En 2002, compró el "State Farmer's Market Restaurant", un icónico local de Raleigh, Carolina del Norte, especializado en ofrecer desayuno a quienes visitan el mercado agrícola estatal de Carolina del Norte.
En más de dos décadas como gerente de restaurantes, Gilliam dijo jamás haber cerrado un local para tomar vacaciones, hasta la semana pasada. El hijo de Gypsy Gilliam, Tony Gilliam, le compro el Shiny Diner a su mamá en 2006, y lo vendió el año pasado. Gypsy sugirió la idea de llevarse al personal de vacaciones a Tony originalmente. "Me pareció la mayor locura que había escuchado", dijo Tony entre risas.
"Pero ella comenzó la vida desde cero y ha creado un negocio muy bueno", dijo en entrevista telefónica el jueves. "Eso viene de su gran personal. Es un esfuerzo de equipo, ella los ama a morir. Esto es 150.000% no para ella, se trata del personal".
Tony, quien trabajo como locutor de anuncios para la Universidad de Carolina del Norte, dijo que no asistió al viaje, ya que debía quedarse para el partido del equipo de fútbol americano de la universidad, los Tar Heels, que vencieron al equipo de Syracuse. Pero dice que así es mejor, pues sino, habría estado demasiado emocional.
"Viendo la reacción de esos niños en las fotos y videos, las lágrimas derramadas, estoy contento de no haber ido, habría estado llorando todo el tiempo", dijo. Un viaje a Disney para una familia no es barato. Y mucho menos para 20 familias. Tony dijo que no sabe cuánto costó el viaje al final, y su madre tampoco quiso decirle. Sólo le comentó que fue algo que "no tiene precio".
Pero no todos los jefes son tan amables como Gilliam. A Debbie Stevens le gustaba tanto su jefe que decidió donarle un riñón. Descrita como una mujer "amable y generosa", ella sabía que su jefa necesitaba un trasplante de riñón. Trabajaba en un concesionario de automóviles y su jefa, Jackie Brucia, estaba indispuesta.
Pero ahora se denunció que después que Stevens donó su riñón fue despedida de su trabajo al siguiente mes. Ella posteriormente la demandó.