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Mamá se preocupa tras hijo de 3 años tardarse demasiado en el baño

Diego Rivera Diaz
19 mar 2019
12:03

Los niños son realmente una fuente de dicha sin fin. Su inocencia y su imaginación, tan profundamente creativa, siempre pueden sacarnos una gran sonrisa.

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Todos sabemos que los niños son inagotables fuentes de felicidad. Su forma de ver la vida, tan única y tan pura, es como un vaso de agua fresca ante los embates de la cotidianidad y el tedio de la vida adulta.

El día de hoy te tenemos la historia de un niño de tres años y su mamá, que de seguro te hará reír.

Niño pequeño de pie sobre sendero de concreto. Fuente: Pexels

Niño pequeño de pie sobre sendero de concreto. Fuente: Pexels

El niño llevaba varios minutos sentado en el inodoro. Su madre comenzó a preguntarse qué le estaba tomando tanto tiempo.

Decide ir a ver si su hijo está teniendo problemas de algún tipo, y ve al pequeño sentado en el inodoro, con un libro en la mano.

Parece estar leyendo, pero cada 10 segundos aproximadamente, suelta el libro, se aferra al asiento del inodoro con su mano izquierda, y se golpea a sí mismo en la cabeza con la mano derecha.

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Baño pequeño. Fuente: Pexels

Baño pequeño. Fuente: Pexels

Su madre le pregunta: "Billy, ¿estás bien? Llevas mucho rato aquí adentro..."

Billy responde: "Estoy bien, mami, simplemente no he hecho popó todavía"

La madre dijo entonces: "Okay, puedes quedarte unos minutos más. Pero, Billy, ¿por qué te estás golpeando en la cabeza?"

Billy respondió: "Pues funciona para la salsa de tomate".

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¿Quieres seguir riendo? Te traemos una comiquísima historia de un padre decepcionado que puso a sus malagradecidos hijos en su lugar.

Celebrando su 50mo aniversario de bodas, una pareja estaba muy emocionada por reunirse con sus exitosos y adinerados hijos, quienes habían accedido a pasar el domingo cenando con sus padres.

Familia feliz. Fuente: Freepik

Familia feliz. Fuente: Freepik

Las reuniones de esta índole eran más bien infrecuentes para la familia, debido a las ajetreadas carreras profesionales de sus hijos. Pero el día de tan especial celebración, no pudieron negarse a visitar por fin a sus padres luego de un buen tiempo sin dar la cara.

Sin embargo, el domingo en cuestión, los tres hijos llegaron tarde, como era ya costumbre, y los tres tenían excusas para explicarse. Pero no se esperaban la respuesta de sus padres.

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