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Imágenes muestran cómo la madre de Godella que mató a sus bebés fue hallada escondida en un bidón

Valeria Garvett
19 mar 2019
18:06

España y el mundo se paralizaron este 14 de marzo cuando la Guardia Civil encontró los cadáveres de un niño de ocho meses y otro de tres años enterrados en fosas distintas cerca de la casa de sus padres.

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¿Los responsables? Sus progenitores con presuntos problemas de drogas y psicológicos, María Gombau y Gabriel Salvador.

Los niños asesinados vivían en una casa en ruinas abandonada en medio del campo, que no tenía techo y cuyas paredes estaban destrozadas, en Godella, Valencia.

El 14 de marzo, la Guardia Civil acudió a la casa de la pareja luego de que se reportara que fuertes gritos provenían del lugar. Además, vecinos los vieron correr semidesnudos con manchas de sangre en su cuerpo.

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Al llegar, el padre reveló que sus hijos estaban muertos, pero no colaboró con la investigación y la mujer no aparecía en ningún lado.

No obstante, luego de 5 horas de búsqueda, un perro policía dio con María, quien yacía escondida en el interior de un bidón de plástico. Estaba casi desnuda, cubierta de arañazos y muy alterada. Lo primero que les dijo a los oficiales:

“Tengo miedo, porque Gabriel me ha pegado una paliza esta mañana y tengo mucho miedo y me estoy ocultando aquí. ¿Dónde están mis hijos? Quiero ver a mis hijos, me da miedo que les haya pasado algo a mis hijos. Hay una secta que nos persigue y tengo un hijo que está poseído por el diablo."

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El momento, que fue registrado en video por las autoridades que realizaban la búsqueda, evidencia las piernas desnudas de María sobresaliendo del bidón azul, a medida que los agentes le piden que salga con cuidado.

Gombau entonces pide que la ayuden a salir, por lo que los funcionarios toman el bidón para colocarlo de pie y luego levantarlo para liberar a la mujer.

Según Telecinco, las fuerzas de seguridad quedaron sorprendidas cuando a Gombau, quien estaba en shock y balbuceando, no se le pudo extraer información coherente respecto al paradero de sus hijos sino hasta horas después.

De acuerdo a Las Provincias, luego de que el Grupo de Homicidios asumió la investigación y las interrogaciones, María finalmente decidió colaborar y llevó a los agentes a los lugares de los entierros de sus hijos.

Eran dos fosas poco profundas situadas a unos metros del domicilio. La mujer incluso llegó a decir que los niños “tenían que resucitar”.

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PROBLEMAS PSICOLÓGICOS

Tras interrogaciones, ambos padres dijeron ser seguidores de los Illuminati, una supuesta organización secreta que busca el nuevo orden mundial. También creían que sus hijos estaban poseídos y se ‘cuidaban de los demonios’ usando huesos de animales.

Por otro lado, Gabriel les contó a los interrogadores que María supuestamente intentó ahogar a los niños el miércoles por la noche, cosa que él evitó, pero los niños igualmente fueron asesinados poco después, de una aparente golpiza que les causó traumas fuertes en sus cabezas, según las autopsias.

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YA EN LA CÁRCEL

El fin de semana pasado, ambos padres ingresaron en prisión tras ser interrogados por un magistrado.

El sábado 16 de marzo, el titular del Juzgado de Instrucción 4 de Paterna investigando el asesinato de las dos criaturas decretó que Gabriel Salvador, padre de Amiel e Ixchel, ingresaría a prisión provisional, comunicada y sin fianza.

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En el juzgado, al determinarse que Salvador sí estaba en condiciones de declarar, un magistrado asistido por un abogado del turno de oficio le interrogó. Pero, el sospechoso se acogió a su derecho a no declarar y posteriormente fue enviado a prisión.

Gombau, por su parte, fue ingresada al Hospital Comarcal de Llíria el viernes, para que especialistas en psiquiatría determinaran si reunía las condiciones mentales para prestar declaración o si podría ser inimputable.

Gombau también se acogió a su derecho a no declarar por consejo de su abogada y más tarde se decretó su ingreso en prisión provisional, comunicada y sin fianza.

La madre de los menores fue entonces trasladada a la clínica del centro penitenciario de Picassent.

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