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Le dijeron 3 veces que solo tenía tos, hasta que los médicos finalmente le diagnosticaron cáncer

Meagan Bechtold, de 27 años, de Las Vegas, desarrolló una tos en marzo del año pasado, que los médicos consideraron un resfriado fuerte, alergias o bronquitis.

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Pero, justo antes de irse de vacaciones, en el mes de julio, Bechtold insistió en que sus síntomas fueran revisados adecuadamente.

Una tomografía computarizada reveló un tumor de 13 cm en su diafragma. De inmediato inició la quimioterapia, lo que causó pérdida de peso y nauseas constantes.

En la segunda ronda de quimio empezó a perder su cabello, así que decidió tomar el control y afeitarse la cabeza. Mientras continúa luchando contra la enfermedad, esta joven ha adoptado su nueva imagen y ya no se preocupa por verse como una "paciente de cáncer".

Bechtold, quien maneja un salón de belleza, dijo: "Padecí con una tos seca desde marzo y también tuve bronquitis el año anterior. Visité la clínica ambulatoria y urgencias en tres ocasiones diferentes”, dijo.

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Y continuó: “La primera vez que me dijeron que tenía un resfriado que no desaparecía, la segunda vez que me dijeron que era una alergia grave y que la tercera vez me dijo que mi bronquitis estaba regresando".

Cada vez acudía al mismo médico, quien le sugirió que se realizara una radiografía si los antibióticos que le recetó no funcionaban. "Una noche estaba tan preocupada que incluso busqué en Google cáncer de pulmón”, comentó.

Antes de iniciar unas vacaciones en México con su esposo Chris, Bechtold insistió en una exploración el 13 de julio del año pasado, lo que le reveló que tenía cáncer. El diagnostico lo confirmaron en una semana.

"Me asusté porque tenía 26 años y me diagnosticaron cáncer. Por suerte, mis médicos explicaron que si vas a tener cáncer, el de Hodgkin es uno de los más curables", comentó.

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Por supuesto, la pareja canceló sus vacaciones mientras para comenzar con el tratamiento. Al inicio desarrolló llagas en la boca, solo pudiera beber agua y provocó la "hibernación", donde durmió continuamente durante tres días.

"No podía respirar y estaba constantemente conectada a oxígeno durante unos dos meses después de mi diagnóstico", dijo.

Bechtold perdió el apetito, lo que hizo que bajara cuatro kilos. "Perder mi cabello fue, sin lugar a dudas, la parte más traumatizante de toda esta experiencia. Fui completamente ingenua al pensar que sería diferente y no perdería mi cabello. Primero se cayó normalmente, pero luego los mechones se hicieron más gruesos”, describió.

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Posteriormente, le pidió a su esposo que se cortara su largo cabello. "Comencé a tener calvicie y el cabello se acumulaba por todas partes: en el piso, en el fregadero, en mi almohada, en mi comida. Sabía que era inevitable y tendría que afeitarme, así que ese día le pedí a mi esposo que me lo afeitara. Lloré todo el tiempo", dijo.

Asimismo, continuó: “Mi cabello era una gran parte de mi identidad y fui extremadamente bendecida con un cabello largo y grueso y, de esa forma, sentí como si me perdiera por completo. Honestamente, creo que la principal razón por la cual la pérdida de cabello es la peor es porque es la primera vez que realmente te ves y te sientes como un paciente de cáncer".

Al día siguiente, ya había hecho las paces con su nuevo look. "Después de que el cabello se había ido y me puse maquillaje, me sentí liberada y con poder", contó.

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“Aprendes lo que realmente importa durante este proceso y para mí la pérdida de cabello tuvo el mayor impacto en mi perspectiva. Fue tanto la peor experiencia, como la más poderosa de las experiencias”, confesó.

Ella sigue luchando contra la enfermedad y está decidida a mantenerse positiva. "Ver a la gente publicar su ‘última quimio’ o cuando están oficialmente libres de cáncer, es motivador. Mi esposo y mi familia me dicen todos los días lo orgullosos que están de mí y lo fuerte que soy. Me empujaron cuando tenía ganas de rendirme", reconoció.

El cáncer es una prueba que la ha ayudado a apreciar las pequeñas cosas. "Estresarte sobre cosas sobre las que no tienes control es completamente inútil", dijo.

“Solía envidiar a las personas que tenían más cosas o tenían éxito más rápido que yo, y ahora estoy completamente feliz por ellas. No hay una línea de tiempo ni un requisito para que logres cosas en la vida. Tú decides cuándo las cosas son adecuadas para ti”, concluyó.

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