Empleado de gasolinera rocía con un extintor a un hombre que se negaba a dejar de fumar
Fumar o encender cualquier tipo de fuego puede resultar peligroso si estamos cerca de una gasolinera. Sin embargo, no todos pueden dimensionar lo nocivo de este acto.
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El incidente se registró en Hangzhou, en la provincia de Zhejiang, este de China. Allí el empleado de una gasolinera le pidió a un conductor que dejará de fumar en el sitio.
Sin embargo, el hombre hizo caso omiso a la advertencia. Eso molestó al empleado quien decidió tomar fuertes medidas contra el ciudadano infractor.
Fumar| Foto:Pixabay
LA LECCIÓN
El empleado del lugar apareció con extintor en mano y, esta vez, sin mediar palabra, le descargó el contenido en la cara.Por su puesto, el conductor no se quedó inmóvil.
De inmediato, se bajó del auto y golpeó en la cara al empleado de la gasolinera, quien ya se iba. No obstante, lo único que logró el conductor fue una nueva descarga de extintor en la cara. Al parecer, la dicusión continuó.
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Gasolinera| Foto:Pixabay
La conducta de este cliente pone en riesgo su propia integridad y la de aquellas personas que están cerca del lugar.
Así lo demuestra una historia relacionada que sucedió en una gasolinera de Rusia. Allí unos hombres que esperaban para tanquear su auto incendiaron el depósito por fumar en el sitio.
Gasolinera| Foto:Pixabay
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EL INCENDIO
Esta conducta está totalmente prohibida. Pero estos conductores, dos de ellos en estado de ebriedad, no pensaron que les saldrían tan caro infringir la norma.
El empleado del lugar apareció con extintor en mano y, esta vez, sin mediar palabra, le descargó el contenido en la cara.
El trabajo de los empleados de las gasolineras no es solo prestar el servicio de llenado sino velar por la seguridad de sus clientes y compañeros en cualquier situación. Así fue como un empleado de una gasolinera ve a secuestrador armado y salva la vida de una mujer.
Manveer Komer, de 25 años de edad, estaba en el turno de noche en una gasolinera de Filadelfia, cuando un ladrón intentó seguir cometiendo sus crímenes en ese lugar, pero su reacción fue la más valiente e inesperada.
El hombre había secuestrado a una doctora y la obligaba a usar su tarjeta de débito para retirar dinero en varios cajeros automáticos. Pero esta sería la última vez que la obligaría a hacerlo.
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