Candela Peña: su hijo, los Goya, terapia psicológica y el trabajo después de los 40
La vida de la talentosa actriz ha estado marcada por impactantes altibajos y experiencias de todo tipo. A pesar de alcanzar el éxito con la crítica, le ha costado conseguir trabajo recientemente.
Candela Peña no es una actriz como cualquier otra. La mujer que ha sido llamada "la Meryl Streep española", cosechando nominaciones al Goya en prácticamente todos los papeles que interpreta.
Ya ha ganado el premio en tres instancias, pero eso no ha impedido que tenga dificultades para conseguir trabajo. En 2017, en la ceremonia del Goya, respondió ante un elogio que "pues muy bien, que me den trabajo, porque llevo meses sin rodar y tengo que pagar la luz y las facturas".
Las cosas parecen haber mejorado desde ese entonces, pues Candela ahora tiene trabajo en abundancia. En teatro, trabaja en producciones como "Consentimiento" y "1 deseo", y en televisión, protagoniza la nueva serie de Movistar, "Hierro". Recientemente rodó dos películas que están por estrenar ("Salir del ropero" y "Black Beach").
Admitiendo ser "de combustión rápida" en entrevista con El País, Candela dijo que "esto me pasa factura con todo: amistades, parejas. Me lo tengo que tratar, y me lo trato. Ahora no voy a terapia (psicológica) porque ando mal de pasta y le debo mucho a mi madre, pero volveré".
En esa entrevista, confesó que su hijo Román, de 8 años, estudia en colegio privado: "En eso es en lo único que he sido fiel a mí misma. Con esta profesión, es lo único que le voy a poder dejar: un cole donde haga contactos. Su madre no trabajará, pero él conocerá gente". Para aquel entonces, Candela promocionaba "Consentimiento", además de discutir en entrevistas radiales la situación profesional de actrices de su edad.
"Cuando cumples 40 años, a no ser que seas el pibón de los pibones, el cine deja de llamarte".
Candela sospecha que estaba destinada a ser actrizs, pues "soy la hija de los dueños del bar del lado del cine de mi pueblo. (...) Como molestaba en el bar y era muy pequeña, mi madre me decía: 'Dile al señor Ramón (el acomodador) que te deje pasar'. Me daba vergüenza pedírselo, así que hacía un poco el show para que me dejara".
Cuando el cine del fue demolido, el alcalde de su pueblo le regaló tres butacas, comprendiendo lo mucho que significaba para ella. Esas mismas butacas siguen hasta el día de hoy en la sala de su casa.
En 2013, cuando ganó su primer premio Goya, Candela dijo en su discurso que "hace tres años que no trabajaba. En estos tres años he visto morir a mi padre en un hospital público donde no había mantas para taparla y le teníamos que llevar el agua". Agregó que:
"En estos tres años ha nacido un hijo de mis entrañas y no sé qué educación pública le espera. En estos tres años he visto gente sin trabajo que se mata por no tener casas. Esta alegría no me amarga nadie. Os pido trabajo, tengo un niño que alimentar."
Puede que Candela no trabaje tanto como desea, pero definitivamente obtiene el reconocimiento que merece, con seis nominaciones al Goya y tres victorias, entre muchos otros galardones.
Este año, la esperada gala de los Goya se llevó a cabo en un escenario elegante que parecía la pantalla de un cine estadounidense, con cortinas rojas de terciopelo que hacían recordar la película 'La Rosa Púrpura de El Cairo', de Woody Allen.
Además, contó con el discurso de Jesús Vidal, de 'Campeones', el de Eva Llorach por la presencia de la mujer y la interpretación de Rosalia de 'Me quedo contigo'. Los comediantes Andreu Buenafuente y Silvia Abril también tuvieron una participación. La ironía y los dardos del dúo de comediantes comenzaron a disparar hacia todos lados, pero sin herir de muerte.