Mujer de 23 años sufrió un derrame cerebral que la dejó prisionera de su propio cuerpo

Ruth Haslam solo había estado con su pareja Tom durante cinco meses cuando se desplomó en sus brazos un día, después de sufrir un derrame cerebral masivo.

Desde entonces, él dejó su trabajo para convertirse en su cuidador principal, ya que ella ahora no puede hacer nada por sí misma.

Ruth, de Leeds, Inglaterra, sufre el síndrome de enclaustramiento, que es cuando una persona está consciente y con conocimiento de todo lo que ocurre a su alrededor, pero está paralizada y no puede hablar.

"Quiero levantarme y darle un abrazo a Tom y, por supuesto, quiero ir a mi boda", dijo Ruth.

FORMA DE COMUNICACIÓN

Ahora con 28 años, se comunica en gran medida con la tecnología de la mirada con una tableta orientada por los ojos.

En 2013, días antes del accidente cerebrovascular, Ruth había conseguido un nuevo trabajo como asistente del gerente de un pub. A medida que se acercaba la Navidad, recordó haberse sentido enferma varias veces.

"Me puse muy pálida y estuve enferma un par de veces, pero estaba trabajando en dos bares diferentes en la época de mayor actividad del año, por lo que asumí que estaba agotada", dijo.

DRÁSTICO CAMBIO EN SU VIDA

Pero el 2 de enero de 2014, su vida cambió para siempre. Esa mañana, ella y Tom tenían previsto ir de compras, pero ella decidió darse una ducha y acostarse antes de salir después de despertarse con lo que ella creía que era una migraña.

"En la ducha, debí haber gritado a Tom, porque recuerdo que me desplomé en sus brazos y luego dije: 'No sé lo que me está pasando'. Me llevó a la cama, y unos segundos después estaba haciendo un sonido de gorgoteo y entrando y saliendo de la conciencia."

"Recuerdo que Tom pidió una ambulancia, los paramédicos estaban en la habitación y me pusieron una máscara de oxígeno. Pero después de eso, no recuerdo nada."

Ruth fue llevada a la enfermería general de Leeds, donde los médicos descubrieron que sufrió un derrame cerebral. Fue causado por un coágulo en el cerebro que cortó el suministro de sangre. Entonces se sometió a una cirugía de emergencia para extraerlo.

APRENDER TODO NUEVAMENTE

Durante tres semanas, Ruth permaneció en coma antes de ser trasladada al Hospital Chapel Allerton para su rehabilitación.

Ruth dijo: "Tuve que volver a aprender absolutamente todo después del derrame cerebral. Al principio ni siquiera podía tragar saliva y me tomó cerca de seis meses poder levantar la cabeza de la almohada”.

"Tom me mantiene sonriendo. Él ha salvado mi vida en más de un sentido.”

En julio, Tom dejó claro que no se iría a ninguna parte y estando al lado de su cama le propuso matrimonio. Ella dijo que no se casará hasta que pueda ser capaz de caminar hacia el altar.

LEVE RECUPERACIÓN

Hablando de su pronóstico, Ruth señaló: "Cada accidente cerebrovascular y su tiempo de recuperación estimado son diferentes, por lo que los médicos no pudieron darme un calendario establecido, pero sí me dijeron que sería un maratón”.

"Creo que los médicos le dijeron a Tom que era poco probable que alguna vez pudiera volver a comer o beber, pero se aseguró de probarles que estaban equivocados.”

"Él contrabandeaba comida para mí a una pequeña habitación en la parte de atrás de la sala y, después de seis meses, ya estaba comiendo y bebiendo nuevamente. Ahora, puedo comer cualquier cosa."

SÍNDROME DE ENCLAUSTRAMIENTO

Lamentablemente, Ruth sufre el síndrome de enclaustramiento, lo que significa que no puede moverse ni hablar, a pesar de estar completamente consciente.

Ella explicó: “El síndrome de enclaustramiento es como estar atrapado dentro de tu propio cuerpo. Entiendo absolutamente todo y sé más sobre lo que está pasando de lo que las personas notan”.

"Por ejemplo, Tom puede poner algo en una habitación en la que no he estado y, más tarde, cuando lo está buscando, sé dónde está.”

Ruth dijo que la gente a menudo piensa que está sorda o le hablan lentamente, preguntándole a Tom cómo está en lugar de dirigirse a ella.

"Le preguntan a Tom cómo estoy, pero él simplemente les dice que me pregunten a mí. Incluso he echado a la gente de mi casa porque han estado haciendo preguntas sobre mí a otras personas. Nadie me conoce ni a mí ni a mi cuerpo como yo.”

RECAUDANDO FONDOS PARA UNA SILLA ESPECIAL

Trece meses después de su accidente cerebrovascular, Ruth fue dada de alta del hospital y cuatro años después, continúa recibiendo fisioterapia, terapia del habla y terapia ocupacional.

También creó una página GoFundMe para tratar de recaudar 9.500 libras (USD 12.047,9) para una silla de ruedas especial. Siempre optimista, Ruth dice que "la vida ahora es buena".

“Durante las semanas, está muy basado en la terapia, pero trato de no dejar que la silla de ruedas me detenga. Salgo de paseo y voy a muchos conciertos, pero puede ser horrible y desconcertante sentarme entre una multitud de personas."

"Quiero ser parte de eso, poder participar en los conciertos cuando dicen: 'Todos se ponen de pie'. Quiero levantarme y darle un abrazo a Tom y, por supuesto, quiero ir a mi boda."

Pero esa silla especial significará que puede estar de pie y sentarse en una variedad de posiciones, mejorar su resistencia y ayudarla a ser mucho más independiente.

"La gente dice que soy una inspiración y eso no me gusta mucho. No lo soy, solo estoy haciendo lo que otros como yo harían. Tomo cada día como llega. Es todo lo que puedo hacer. El progreso es lento, pero voy en la dirección correcta”, finalizó.

Otro hombre llamado Darren Leith desarrolló un extraño síndrome de enclaustramiento, por eso tuvo que aprender a deletrear las palabras con sus ojos.

Antes de la embolia que desde 2017 lo condenó a estar encerrado en su propio cuerpo, este padre de tres se dedicaba a pintar y a decorar. Conoce su historia aquí.