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Eugenia Martínez de Irujo, sobre cómo la afectó la muerte de su madre: 'no podía comer'

Valeria Garvett
11 jul 2019
22:12

Luego de muchos años de mantenerse en silencio, Eugenia Martínez de Irujo recientemente recordó cómo atravesó la muerte de su madre, la duquesa de Alba.

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El 20 de noviembre de 2014 es un día que Martínez de Irujo recuerda con tristeza. Fue el comienzo de un duro período en el todo se le vino abajo y presentó fuertes estragos de salud que, por poco, acaban con ella.

Hace poco, la hija de la duquesa de Alba y Luis Martínez de Irujo dio una emotiva entrevista al programa Lazos de sangre para conversar sobre su vida y sus progenitores.

DE SU PAPÁ

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Sentada en el patio de la finca sevillana que su madre le obsequió como presente de bodas, Eugenia recordó a su papá con mucho cariño, pese a no haber tenido una larga relación con él.

Luis Martínez de Irujo falleció en septiembre de 1972, en Houston, cuando la duquesa de Montoro era apenas una niña. Tenía 52 años y una leucemia le arrebató la vida.

"No me enteré de la muerte de mi padre porque era muy pequeña. Para mí, era un señorazo de los pies a la cabeza. Tenía un porte imponente, parecía un actor de Hollywood", reconoce Eugenia.

La duquesa agregó que, cada vez que se ha encontrado en un mal momento, le pide ayuda a su papá.

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“Siempre he pensado en mi padre."

Eugenia, quien afirma que es una persona insegura y que esto habría resultado diferente de tener a su papá en su vida, mencionó tres momentos memorables que vivió junto a él.

Recuerda con claridad cuando él le leía cuentos, cuando iba a darle las buenas noches y le daba un barquillo, y su último verano en Marbella.

Por supuesto que cuando el esposo de la duquesa de Alba falleció, Eugenia corrió a refugiarse en los brazos de su mamá, quien, admite, “ha sido muy importante en mi vida”.

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DE SU MADRE Y SU MUERTE

La relación que ambas compartían era tan especial y cercana que, cuando Cayetana Fitz-James Stuart murió, su mundo entero se vino abajo.

El 20 de noviembre de 2014, la que le dio la vida partió de este mundo y dejó un vacío enorme en sus hijos, en especial, en Eugenia.

"Era la primera persona que se me iba siendo yo consciente. Recuerdo que cuando falleció me vine a La Pizana (la finca) una semana y me extrañaba estar tan bien de ánimo y de repente caí en barrena y fue algo... Me quedé en 37 kilos, no podía comer. Se me vino el mundo encima", reveló Eugenia.

La duquesa de Montoro también confesó que no soporta los grandes egos, y que la humildad y la honestidad son muy importantes para ella. Asimismo, considera que el universo la ha premiado.

"Todo tiene sus pros y sus contras, ¿no? Sus ventajas y desventajas. Y yo, pues, no me puedo quejar, la verdad. Creo que soy una privilegiada de la vida. Creo que muy afortunada. Y tengo que estar dando gracias a Dios todos los días."

Eugenia Martínez de Irujo está mucho mejor, a casi cinco años de la muerte de su madre. Si bien la sigue extrañando terriblemente, logró recuperar fuerzas para seguir adelante.

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