Papá salva la vida de su hijo tras convertirse en su donante 'secreto' de riñón
El hombre, de 56 años, no soportó ver cómo la vida de su hijo se apagaba, así que después de más de una docena de pruebas que le corroboraron que podía ser el donante, no lo dudó y lo hizo.
Por los hijos, un padre hace lo que sea, incluso convertirse en su donante de riñón anónimo, con tal de asegurarle a sus pequeños la salud que tanto necesitan para vivir normalmente y realizar las actividades que más le gustan.
En este sentido, Scott Morlen, de 56 años, decidió que actuaría de esta forma para poder regresarle la vida a su hijo Lewis, de 26, quien desde los 11 había estado sufriendo de problemas renales.
Pero, ¿Por qué el progenitor actuó de esta manera? Es que Lewis había sido muy claro con todos sus familiares: él no aceptaría el trasplante de una persona que aún estuviese viva y mucho menos si este provenía de un familiar.
Lewis fue diagnosticado a los 11 años con la púrpura de Henoch-Schonlein, una enfermedad que involucra la inflamación de pequeños vasos sanguíneos. Seis años más tarde, los médicos le dijeron que sufría nefropatía por IgA.
Al principio, podía sobrellevar su condición: trabajaba turnos de 12 horas como cocinero y jugaba al rugby. Pero después de mudarse de su ciudad natal de Brighton a Worthing, Sussex, Inglaterra, en septiembre de 2018, su función renal colapsó, y esto lo hizo sentir como si ya hubiera muerto y estuviera llevando su cuerpo con él.
Con una función renal de apenas el nueve por ciento, Lewis se enfrentó repentinamente a horas de diálisis diarias sin posibilidad de mejoría.
Fue este el punto de no retorno, en el que, sin importar lo que el joven había decidido sobre los términos del trasplante, su padre Scott entró en acción. Fue al hospital a apuntarse como su donante secreto para luego ir a casa a informarle a su hijo que tenía un mes (hasta mayo de 2019) para preparase para la operación, porque ya había aparecido un donante.
El hombre pasó por más de 15 rondas de pruebas para comprobar que sería adecuado para donar el riñón a su hijo en secreto. Fue después que el padre le contó toda la verdad al convaleciente muchacho, quien admitió sentirse muy abrumado al momento de enterarse.
Cuando llegó el día de la operación, ambos pasaron seis horas en el quirófano, con la fortuna de que al despertar, Lewis cayó en cuenta de que podía volver a tener una vida normal y su padre no sufrió las consecuencias posoperatorias.
Ahora, Lewis siente un nivel de energía que no sabía que era posible y está planeando volver a trabajar como chef, mientras Scott también se está recuperando e incluso ha comenzado a correr de nuevo.
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