Pina Pellicer: la fuerte depresión que la llevó a acabar con su vida
La actriz, admirada por Hitchcock, protagonizó la única película dirigida por Marlon Brando, pero su incipiente éxito profesional no fue suficiente para combatir la gran tristeza con la que convivía.
Josefina Yolanda Pellicer López de Llergo nació en la Ciudad de México el 3 de abril de 1934.
En su familia había otros artistas, como su tío paterno, el gran poeta Carlos Pellicer, o su hermana Pilar, destacada actriz y símbolo sexual de su época.
Pina dio sus primeros pasos en el mundo de la interpretación en el teatro universitario. En 1953 formó la agrupación “Poesía en Voz Alta”, movimiento que transformó la escena teatral en México y junto al que con otras personalidades, acudía a escenarios a hacer recitales de poesía.
La joven destacaba por su aspecto distinguido, su elegancia natural, la gracia de su dicción y poco a poco adquirió mayor experiencia como declamadora, interpretando poemas en Radio Universidad en un espacio semanal.
Inició su carrera profesional de manera formal en 1959, apareciendo en teleteatros y en una puesta en escena de “La Dama de las Camelias”, que llamó la atención del público y del reconocido actor de Hollywood Marlon Brando, quien a raíz de esa actuación decidió invitarla a trabajar junto a él.
Brando iba a dirigir su primer largometraje: un western, en el que Pina interpretaría el papel de Louisa, una joven de ascendencia mexicana de la que el personaje encarnado por Marlon, se enamora insensatamente.
Sin embargo, el rodaje de la película fue agotador física y mentalmente para Pellicer, debido a que Brando tenía problemas con el estudio y la relación entre ambos no fue la ideal.
Debido a esto, Pina regresó a México con una experiencia agridulce en la Meca del Cine.
A la actriz le siguieron llegando ofertas y trabajó en películas como “Rogelia”, filmada en locaciones de Oviedo, Asturias, y en “Cada amor tiene su angustia”, rodada en Colombia apenas dos meses antes de su fallecimiento.
Marlon Brando y Pina Pellicer.| Fuente: Wikipedia
Su última aparición en Hollywood fue en un episodio de “La hora de Alfred Hitchcock” bajo la tutela del célebre director, quien quedó gratamente sorprendido con su profesionalismo y su aura de misterio.
Hitchcock tenía entre sus planes incluir a la mexicana en “Cortina rasgada”, que filmó en 1965, con Paul Newman y Julie Andrews. Este rol que había imaginado el legendario cineasta para la actriz que lo cautivó, al final lo encarnó la estrella franco-rusa Lila Kedrova.
En México rodó las tres películas: “Macario”, que llevó a su director, Roberto Gavaldón, a ser nominado al Oscar; “Días de otoño”, con el mismo director y “El gran pecador”.
Fue merecedora de diversas distinciones en festivales fílmicos en los que se llevó el premio a mejor actriz. Pero ni aún así logró evadir los embates de melancolía que acabarían con su vida.
La última carta que Pina escribió fue para su íntimo amigo, el actor y productor Salomón Laiter, a quien le envió un sobre el 4 de diciembre de 1964.
“Querido Chalo: Sé que entenderás perfectamente mi cansancio; ya no tengo fuerza. Tal vez nunca hubiera llegado a la desilusión total; creo en los seres humanos, creo sobre todo en los que me quieren y siento defraudarlos, pero no puedo más.”
Salomón recibió la carta el 9 de diciembre y tras darle lectura, pensó que algo malo ocurría. Llamó a Pellicer y al no obtener respuesta, se dirigió a su departamento en donde, afuera del edificio, lo esperaba Lonka Bécker, la represente y apoderada de la actriz.
Cuando ingresaron en la residencia, encontraron el cuerpo sin vida de la actriz en una habitación, vestida con un pijama blanco de dos piezas.
Las autoridades dictaminaron que Pina llevaba varios días muerta y en su dormitorio la policía encontró tres frascos vacíos, dos de Valium y otro con cápsulas de Nembutal, un poderoso barbitúrico que ya ha sido retirado del mercado.
Tras el trágico fallecimiento de la actriz, sus familiares y amigos prefirieron guardar silencio y no pronunciarse sobre lo ocurrido.
Tiempo después, su hermana Pilar expresó lo siguiente:
“Mi hermana y yo nos escribíamos todas las semanas y estábamos en contacto. Pero el año en que ella murió, yo acababa de ser madre y vivía lejos. No me di cuenta de que podría estar sufriendo tanto.”
Según Pilar, Pina consideraba que en cierta forma había fracasado en México, cuando veía cerradas las puertas de los despachos de los productores y eso la destrozó moralmente.
“Mi hermana sufría una fuerte depresión, ya que había trabajado en el extranjero con mucho éxito y en nuestro país no la llamaban para representar un papel en el cine, teatro o televisión. Eso la desmoralizaba”, indicó.
Pellicer fue sepultada el viernes 11 de diciembre de 1964. A su funeral, realizado en el panteón francés de la Ciudad de México, acudieron menos de un centenar de personas.
Cincuenta años después de su muerte, su hermana Ana publicó un libro sobre Pina y en él dijo lo siguiente:
“Lo que la familia deseaba no era poder entender por qué se suicidó, sino el aprender a no poder tenerla; saber que nunca tuvo el amor, que nunca pudo ser totalmente feliz. Pina vivió muy poco; fue una actriz magnífica con una belleza singular, pero con una tristeza y melancolía tremendas. Hizo grandes cosas en cinco años y dejó una huella, y una de las ideas que la movía, era dejar el impacto de su vida.”
Rita Macedo, famosa actriz de la época de oro del cine mexicano. | Imagen: YouTube/Ventaneando
Otra actriz que también sufrió de tristeza y depresión fue Rita Macedo. La fama no llenó nunca los espacios vacíos en la vida de la actriz mexicana, y los pensamientos oscuros invadieron su mente.
Rita tuvo fortuna, éxito, una gran vida como artista y tres hijos que la amaban, pero eso no fue suficiente para la estrella azteca que sentía que la soledad consumía su ser.