Gabriel Soto revela cómo se acabó de a poco su matrimonio con Geraldine Bazán
Han pasado casi dos años del mediático divorcio de Gabriel Soto y Geradine Bazán.
Tanto Geraldine Bazán como Gabriel Soto se vieron asediados por la polémica debido a que su separación se manejó la mayor parte a través de redes sociales.
Hasta el día de hoy, el divorcio de los actores sigue dando mucho de qué hablar. Y es que en una reciente entrevista en "Suelta la sopa", Gabriel Soto se sinceró sobre los verdaderos motivos detrás de la separación.
Según el actor mexicano, fueron los rumores sobre su matrimonio lo que terminó de fracturar la relación. Soto contó que los rumores de infidelidad lastiaron a Bazán y a sus hijas.
El periodista Lucho Borrego le preguntó si él y Gerladine hubieran ignorado todos los rumores de la prensa rosa seguiría juntos, a lo que Soto contestó muy seguro: “Yo estoy seguro que sí”.
"Lo que la gente no tiene conciencia es que fueron chismes muy delicados. Yo defendía mi punto, no solo con la madre de mis hijos, sino con mis hijas; imagínate de Elissa viera, porque lo vio, que me estaban imputando que era el papá de alguien más”, dijo, recordando lo vincularon sentimentalmente con Marjorie de Sousa.
En marzo de 2016, el galán de telenovelas fue fotografiado junto a Marjorie en la playa. Dichas fotos dieron pie a los problemas con su ahora ex esposa.
“A raíz de esas fotos empezaron los problemas, los problemas, los problemas. Todos los días durante un año y medio. Llega un momento en donde se fracturan las cosas y cada quien decide irse por su lado”, contó el artista, haciendo referencia a las peleas frecuentes.
Así fue como el matrimonio de Geraldine Bazán y Gabriel Soto llegó a su fin. No obstante, poco después Gabriel Soto fue flechado por la rusa Irina Baeva, su actual pareja.
El actor aprovechó también para defender a su novia, quien se ha visto salpicada de comentarios negativos. Afirmó que ella no fue la culpable de su divorcio, como se dice en las redes sociales.
“Dicen a mi actual pareja robamaridos como si me hubiera agarrado, me hubiera echado al hombro y me hubiera robado. Eso no sucede”, explica.