11 de septiembre: Día de San Pafnucio de Egipto, obispo y confesor
Pafnucio fue un egipcio que pasó varios años en el desierto, guiado por el gran San Antonio. Llegó a ocupar una sede episcopal en la alta Tebaida.
Cuando se llevó a cabo la persecución del emperador Maximino, se convirtió en uno de los muchos cristianos a los cuales les sacaron un ojo y les marcaron la pierna izquierda con un hierro candente, antes de enviarlos a trabajar en las minas.
Tras restablecerse la paz, regresó a su sede y, durante el resto de su vida, hizo ostentación de las marcas gloriosas de sus sufrimientos por la causa de Jesús crucificado.
Pafnucio hizo ostentación de las marcas de sus sufrimientos por Jesús crucificado.| Fuente: Shutterstock
Pafnucio era defensor de la fe católica contra la herejía arriana y fue figura relevante en el concilio de la iglesia, convocado en Nicea en el año 325.
Observó durante toda su vida la más estricta continencia y durante el concilio se distinguió por su oposición al celibato clerical.
San Pafnucio se distinguió por su oposición al celibato clerical.| Fuente: Shutterstock
La mayoría de los obispos se pronunciaron a favor de una ley general que prohibiese a todos los obispos, sacerdotes, diáconos y subdiáconos convivir con las mujeres con las que se habían casado antes de recibir su ordenación.
Sin embargo, Pafnucio se opuso a la moción y sostuvo que ya era bastante conformarse con la antigua tradición de la Iglesia que prohibía a los clérigos casarse después de haber sido ordenados.
Feligreses asisten a la iglesia oriental.|Fuente: Shutterstock
Recordó que para los casados, el uso de su vínculo matrimonial es castidad y les rogó que no impusieran el yugo de la separación a los clérigos y sus esposas.
El santo terminó convenciendo al concilio y por ese motivo, es ley tanto para la iglesia oriental, como para católica como disidente, que los hombres casados pueden recibir la ordenación sagrada y vivir con sus esposas al mismo tiempo.
Junto a otros obispos egipcios acompañó a su santo patriarca al Concilio.| Fuente: Shutterstock
Siempre tuvo una estrecha relación con San Atanasio y los otros prelados ortodoxos.
Él, junto a otros obispos egipcios, acompañó a su santo patriarca al Concilio de Tiro, en 335, y descubrió que la mayor parte de los miembros que componían la asamblea, profesaban la doctrina herética del arrianismo.
Momento de la eucaristía. |Fuente: Shutterstock
Cuando Pafnucio vio entre aquellos herejes a Máximo, obispo de Jerusalén, se sintió preocupado de que un prelado como aquél, que había sufrido en la última persecución, estuviera en malas compañías.
Tomó al obispo por la mano, lo condujo fuera de la sala y lo reprendió por dejarse arrastrar por personas que se obstinaban en el error y estaban decididas a combatir y condenar el artículo más rígido y fundamental de aquella fe.
San Pafnucio recibió el título de "Grande".| Fuente: Shutterstock
Máximo se conmovió por la apelación del santo y al regresar a la sala de la asamblea, ocupó un escaño entre los partidarios de san Atanasio y ya nunca desertó de aquel bando.
San Pafnucio ha recibido el título de "Grande" para distinguirlo de otros santos con el mismo nombre. Se desconoce la fecha de su muerte.