Raquel del Rosario reveló que su hijo mayor, Leo, fue diagnosticado con autismo
La vocalista de la agrupación española “El sueño de Morfeo” habló sobre la condición que padece su hijo.
Raquel del Rosario reveló que Leo, su hijo mayor de cinco años, fue diagnosticado con autismo. A través de su blog personal en Internet, la cantante aclaró algunas interrogantes que le hicieron los internautas sobre el comportamiento de su niño.
Fue entonces cuando contó acerca de la condición y comentó algunos detalles sobre la vida de Leo.
EL ESPERADO DIAGNÓSTICO
Raquel explicó que cuando tuvieron un diagnóstico, el alivio se apoderó de su ser, pues previamente pensaron que Leo tenía problemas de audición por su iniciación tardía en el habla.
“Aún recuerdo el día que nos sentaron a Pedro y a mí para darnos los resultados, en medio de un ambiente dramático, con tono muy suave y unas palabras elegidas meticulosamente, nos dijeron que creían que lo mejor para Leo era entrar en el programa de niños con TEA (trastorno del espectro autista).”
Muchos esperaron que la cantante llorara, pero al contrario, ella sintió un alivio enorme. “No porque alguien le hubiese puesto un nombre a lo que le pasaba a Leo, una ‘etiqueta medica’, sino porque supe que iba a empezar a trabajar con gente especializada y, sobre todo, que iba a relacionarse con niños que veían el mundo de una forma similar a como él lo hacía.”
Como anécdota especial, Del Rosario detalló que “una bruja buena me dijo una vez que Leo era un ‘Niño Arco Iris’, aunque él, un día agarró mi teléfono mientras le escribía un mensaje a Pedro (padre del niño y pareja de la cantante) y escribió algo que el autocorrector tradujo como ‘El niño hada’, y luego pulsó ‘enviar’”.
ACERCA DE LEO
Raquel manifestó que Leo es un niño risueño y cariñoso, al que le encanta la naturaleza, cantar y hacer películas con sus juguetes.
“Puede trepar un árbol con la agilidad y precisión de un mono o hacerse un sandwich sin manchar nada en la cocina. Tiene una memoria fotográfica increíble y es estrictamente selectivo con las personas, a veces viene alguien a casa y lo ignora por completo, y otras, se acerca a una persona desconocida por la calle para saludarla, darle un abrazo o colocar la manita en su cara unos segundos.”
La artista destacó que más que lidiar con el autismo de Leo, a ellos les ha costado más que su entorno entienda el diagnóstico médico.
“Pero… ‘¿cómo que autismo?, si Leo no hace esto ni esto, es más, hace esto y lo otro’ (…) Cuando escuchamos la palabra ‘autismo’ (al igual que me pasaba a mi antes de hacer mi doctorado particular), todos pensamos en niños que no se sienten cómodos con más gente, que gritan en lugares públicos porque se agobian, que se valen de la agresividad para mitigar su frustración, que hacen gestos repetitivos para calmarse, que son hipersensibles a los ruidos… Y claro, nada de esto le sucede a Leo.”
Resulta que hay varios niveles y tipos. “Hay personas con un grado muy bajo que pueden valerse por sí mismo perfectamente en la sociedad, y casos severos con comportamientos como los que acabo de describir”.
“Y entre uno y otro, un inmenso abanico con un sinfín de casos diferentes. Los casos de TEA se han incrementado de manera considerable en los últimos años, pasando de 1 caso de cada 2500 a principio de los años 90, a 1 de cada 88 en la actualidad según la OMS.”
SOBRE LAS POSIBLES CAUSAS
En su blog, Raquel del Rosario informó que dentro de las posibles causas que son estudiadas en relación al aumento de los casos de autismo, está: “la dieta o el déficit de ciertos minerales en el organismo, he leído y escuchado cientos de testimonios de padres que han sacado a sus hijos del diagnóstico simplemente eliminando el gluten, la caseína y el azúcar de sus dietas”.
También hay “otros tantos que hablan de un cambio de comportamiento tras la aplicación de una vacuna determinada, la toma de algún antibiótico, el cambio de la leche materna a la animal… etc.”.
SU PRIMERA PALABRA
La artista contó que antes de conocer el diagnóstico, ella y Pedro esperaban ansiosos la primera palabra de Leo.
Tenía cuatro años y todavía no hablaba, incluso la pediatra lo vio como normal en un niño que crecía en un entorno bilingüe.
“Leo no dijo ni una palabra hasta casi los cuatro años. Si, ese primer “mami” se hizo mucho de rogar. Desde los dos años supe que Leo era diferente, le encantaba tumbarse bocarriba largos ratos ensimismado, parecía estar viendo una película en el techo, a veces sonreía y parecía interactuar con algo.”
“Me encantaba observarle, me imaginaba un montón de colores y seres mágicos a su alrededor jugando con él. A día de hoy, daría lo que fuera por estar unos minutos en su cabeza e intentar comprender su visión del mundo.”
Agregó que: “El pediatra no nos alarmó, los niños bilingües suelen tardar más en hablar y no había nada preocupante en su comportamiento más allá de que ‘estaba un poco en su mundo’, los diagnósticos a edades tan tempranas son muy complejos, ya que muchos niños se desarrollan a ritmos diferentes”.
Tomando en cuenta la preocupación paternal, la pareja le hizo muchas pruebas al niño. Buscando qué estaba condicionando su lenguaje.
Fue allí donde surgió la posibilidad de los problemas auditivos, antes de dar con el diagnóstico de autismo.
EL DURO TRABAJO
Criar a un niño con una condición especial no es tarea fácil y amerita de dosis extras de paciencia para poder hacer bien el trabajo.
“Hay días en lo que la paciencia se me acaba y sale mi bestia gruñona, luego llega ese sentimiento de culpabilidad y más de un día las lágrimas de impotencia. Hay momentos en lo que me pregunto ¿Por qué, por qué y por qué?, y otros en lo que le miro y me doy cuenta del regalo que es, de todo los que ha venido a enseñarme y de que no lo cambiaría por nada del mundo.”
“Sé que él me eligió porque sabía que haríamos un buen equipo, aunque a veces yo sienta que le estoy defraudando. Leo y Mael son un regalo el uno para el otro, Leo le llama “baby” en vez de por su nombre, juegan y se pelean como cualquier hermano.”
“Cuando se reencuentran en la puerta del colegio cada día, se abrazan y dan saltos de alegría, como si llevasen meses sin verse. Mael siente una admiración total hacia Leo e imita cada cosa que hace o dice, hacen un buen equipo.
De acuerdo a la opinión de la cantante, la historia de “El niño hada” es una enseñanza de amor, porque ese sentimiento puro no sabe de idiomas o condiciones. “Hay que soltar el control de las cosas para dejarlas ser, a su manera, y abrazarlas así, del modo que nos han sido dadas, agradecidos, y solo entonces descubrir el regalo que envuelven. Porque él no me eligió por casualidad”.
En otro orden de ideas, recordamos que el pasado mes de junio la cantante expresó su dolor tras la pérdida de su cuñado, el actor y cantante español, Edu del Prado. Conoce los detalles aquí.