La hermana de Julián Gil ataca a Marjorie: 'Su avaricia es tan desmedida como su odio'
El pequeño Matías Gregorio no imagina cuánto protagonismo ha tenido en las redes sociales desde los pocos meses posteriores a su nacimiento, debido a la conflictiva separación entre sus padres.
La hermana de Julián, Patricia Ramosco, quien ha sido el soporte emocional y la mayor defensora de él durante estos dos años, vuelve a los titulares, esta vez para hacerle una advertencia a la madre de Matías Gregorio.
“Alma Pellón y Marjorie no han hecho más que difamar y acosar a Julián, si esto sigue, me voy a ver obligada a sacar audios y grabaciones que dejan ver el manejo de sus influencias en el caso por medio del padrino; esto lo han hecho en llamadas y reuniones, se escuchan claramente sus reales y malas intenciones”, ha dicho Patricia a TV Novelas.
Agrega bastante enfática que su hermano ha recibido amenazas y advertencias de parte tanto de la ex de Julián, como de la abogada de ella, Alma Pellón:
“Aprovecho para decir lo siguiente: si algo le ocurre a mi hermano o a mi familia, responsabilizo directamente a Marjorie de Sousa, Alma Pellón y a todo su equipo”, dice Patricia con toda responsabilidad.
Lo que provocó esta reacción en la hermana de Julián, fueron unas declaraciones que dio la actriz venezolana de Sousa, sobre cuánto aspiraba ella lograr obtener de pensión alimenticia.
“Debería ser el 50 % porque a la hora de la verdad si tú tienes hijos, uno le entrega el cien. Eso no lo asigna uno, eso lo escoge un juez. Tanto el padre como la madre tienen que mostrar sus ingresos", fueron las palabras de Marjorie.
Por lo que expresa Marjorie en su declaración, actualmente ella recibe un 20 % de los ingresos que percibe el padre de Matías Gregorio, pero en realidad ella considera que esa no es una cifra tan significativa como podrían creer algunas personas.
Para Patricia, detrás de estas declaraciones solo hay una gran ambición y un deseo de venganza: “Marjorie pide el 50 por ciento de los ingresos de mi hermano; su fin es destruirlo emocional, profesional y económicamente, su avaricia es tan desmedida como su odio. Están enfermas, no hay para mí otra conclusión; alguien que se mueve con tanto odio no puede estar sana”.
Por ahora no se ve la luz al final del camino, y como suele ocurrir en estos casos, el único perjudicado siempre será el pequeño, quien a sus dos años de vida prácticamente no ha tenido oportunidad de crecer conociendo a un padre que sigue luchando por compartir con él.