Debido al coronavirus, un hombre no pudo consolar a su esposa después de abortar a su bebé

Una imagen desgarradora de un padre al enterarse de que su esposa tuvo un aborto espontáneo mientras los separaba una puerta de vidrio por el coronavirus, se hizo viral en la red.

Jared Gliem, de Harrisburg, Pennsylvania, se echó a llorar cuando su esposa, Sarah Brown, de 38 años, le dijo por teléfono que habían perdido a su bebé nonato, Cameron.

El padre desconsolado se ve en una imagen tomada por su esposa sentado en el piso detrás de una puerta de vidrio, tras serle prohibido entrar a la clínica de fertilidad con ella debido a las estrictas regulaciones que se han implementado como resultado del covid-19.

Al escribir en su blog, Sarah reveló que ella y Jared se habían aislado voluntariamente en casa con su hijo Collin. Sin embargo, cuando se dieron cuenta de que estaba sangrando, los padres, que perdieron a otra bebé, Chloe, hace poco más de un año, se apresuraron a la clínica de fertilidad.

Pero una vez allí, los médicos se negaron a permitir que Jared entrara con su esposa, quien reveló que ella 'comenzó a sollozar' cuando le dijeron a la pareja que solo Sarah sería admitida, y que su esposo se vería obligado a esperar afuera.

Una vez dentro, los médicos le dijeron a la mujer que había abortado al bebé, una noticia que luego tuvo que darle a su pareja a través del altavoz mientras él esperaba afuera.

"Jared no estaba permitido ni siquiera en la sala de espera debido al COVID-19", escribió en su blog.

Pero cuando Jared escuchó por teléfono la noticia, no pudo controlar su emoción. Sarah sintió mucho dolor al saber que nadie estaba allí afuera para consolar a su esposo.

“Imagínese sentado en un pasillo llorando porque descubrió que su sueño de convertirse en padre de un niño que respira, cálido y en crecimiento, desapareció nuevamente”, dijo.

Aunque el aborto involuntario no estaba relacionado con el coronavirus, Sarah expresó su enojo y frustración hacia aquellos que han incumplido las regulaciones de distanciamiento social y cuarentena.

Esto hace que el brote sea cada vez peor y que los hospitales se vean obligados a separar a sus seres queridos, incluso durante los momentos más desgarradores.

"No pudimos llorar juntos, ni siquiera podíamos abrazarnos y decirnos que estaría bien y que sobreviviríamos a esto", escribió.

La madre desconsolada terminó su publicación suplicándole a los demás que se queden en casa y observen los protocolos de distanciamiento social y autoaislamiento, en todo caso para evitar que otros tuvieran que pasar por la misma experiencia devastadora que ella y su familia tuvieron que pasar.

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