Tiene 82 años y sobrevivió al coronavirus, pero su familia se negó a decirle que lo tenía
La anciana formó parte del grupo que hacía vida en un geriátrico de Saldán y que resultó infectado con el COVID-19 por un médico asintomático. Estuvo internada en el Sanatorio Aconcagua, donde recibió el alta el 29 de abril.
Al momento en que le fue dada el alta a Chela, como le gusta que le llamen, le entregaron un ramo de flores y el personal del sanatorio le brindó unas palabras de despedida muy emotivas, luego de permanecer 18 días internada con coronavirus, sin saber lo que tenía.
“Preferimos no decirle para preservarla. Ella estaba al tanto de la pandemia pero no sabía que estaba contagiada”, dijo su hija Ana Galli.
María Graciela "Chela" Colombo aún hospitalizada. | Foto: Youtube/Canal 10 Córdoba
María Graciela Colombo tiene 82 años, es viuda y madre de cinco hijos, tiene visibilidad disminuida, razón por la cual vivía en el geriátrico Santa Lucía desde hacía un año. Cuando comenzó la cuarentena, solo se comunicaba con sus hijos por videollamadas.
El 20 de marzo se cayó e hizo un profundo corte en su mejilla que ameritó unos puntos de sutura, y el médico que tuvo esa responsabilidad estaba contagiado con el COVID-19, pero sin síntomas.
Posteriormente, la anciana comenzó a sentirse muy adolorida, pero todos, inclusive ella, lo atribuyeron a su avanzado cuadro de artrosis, aunque también presentaba fiebre. La trataron con analgésicos, hasta que el 8 de abril se dio la alerta debido a que el médico en cuestión dio positivo a coronavirus.
Todos los ancianos residentes del geriátrico y personal fueron sometidos al test de COVID-19 mediante un hisopado, y Chela fue una de las que resultaron positivas, por lo que fue trasladada a la Clínica Aconcagua, en Córdoba.
Chela rodeada del pesonal médico al momento de ser dada de alta. | Foto: Youtube/eldoce
Según cuenta la hija, en el geriátrico retuvieron el celular de Chela para evitar se comunicara con el exterior y se supiera la noticia. Tuvo ayuda del intendente de Saldán para recuperarlo y aprovechó de denunciar otras irregularidades.
Afortunadamente, el cuadro de Chela no ameritó un respirador, solo observación, medicamentos para la fiebre y vitaminas, logrando finalmente recuperarse lo suficiente para recibir el alta, suerte que no tuvieron cinco de los 65 infectados del hogar.
Para Chela, los días de aislamiento en el sanatorio no fueron fáciles, se sentía muy sola y con angustia. Y aunque nadie le notificó lo que tenía, ella logró intuirlo: "Creo que lo advertí sola. Nadie me dijo que tenía coronavirus, únicamente en el momento de hacerme el hisopado".
Actualmente se encuentra en la casa de su hija, quien está en la búsqueda de un nuevo geriátrico, ya que debido a un cuadro de cataratas y glaucoma, su visibilidad es muy reducida y requiere cuidados especializados.