Avilés confiesa todas sus mentiras y trampas: 'Creé una vida paralela y no supe parar a tiempo'
Tras interiorizarse sobre el caos que se desató en su ausencia al revelarse sus mentiras, José Antonio Avilés se enfrentó a las cámaras de Telecinco. Confesó haberse creado una vida paralela con fabulaciones.
Confrontado con la verdad, Avilés quiso comenzar su descargo destacando que él no es un prófugo de la justicia. “Asumo los errores que he cometido”, dijo compungido frente a Jorge Javier Vázquez.
“La mentira es el camino fácil y no te lleva a nada”, lamentó. “Yo creé una vida paralela”, admitió. “No supe parar a tiempo.”
Admitió que se creó una vida ficticia porque estaba pasando por un mal momento. Y que llegó a creerse sus propias mentiras, en línea con lo que pocos días atrás había supuesto el psicólogo Esteban Cañamares en conversación con “Sálvame”.
“Llega un momento que paras, frenas y crees que no hay un pasado. Y que ese pasado no existe. Y que ese pasado se ha borrado. Pero no es cierto”, reflexionó.
Se mostró, además, sumamente avergonzado tras quedar tan expuesto: “Yo he engañado a gente en mi pasado, y en principal a mí mismo”, admitió. Sin embargo, negó que sus intenciones hayan sido malas. “He querido ser feliz yo”, explicó, y caracterizó su propio accionar como llevado por el egoísmo.
Negó, sin embargo, haber estafado a nadie, y aseveró: “No he falsificado ningún documento bancario”.
Sin embargo, admitió, tal vez sin ser consciente del alcance legal de sus palabras, haber realizado pagos desde cuentas sin fondos. Según él, en fe de que tales transferencias “iban a llegar a esa cuenta en un momento determinado.”
Frente a una pregunta directa de Jorge Javier, confesó: “He podido matar a mi abuela para justificar mis impagos tres veces.” Reconoció también sus deudas: el 50% de un sofá y el 50% de un coche. "Y lo de las cachimbas", agregó.
También desmontó la compleja mentira que tramó alrededor de la figura de Florentino Pérez. "No lo conozco", admitió. Y aseveró que su representante tuvo mucho que ver con que decidiera sincerarse: "Me dijo que, si quería acabar bien, debía dejar esa vida de m*** y ser yo".
También confesó lo que los medios sospechaban hace ya bastante: "No soy periodista". Esta mentira alcanzó incluso a sus familiares, a quienes les dijo falsamente que estaba estudiando la carrera a distancia.
Aprovechó la ocasión para pedir perdón públicamente a sus padres. "No os lo merecéis", dijo, disculpándose de sus mentiras y fantasías hacia ellos.
Tras eso se enfrentó cara a cara con María Patiño, a quien envió un título falso. Luego con Isabel Rábago, quien desmintió que Avilés haya pasado una noche con Antonio Pavón, y finalmente con Kiko Matamoros, quien le enrostró haber perdido "la oportunidad de quedar medio decentemente".
Por último se enfrentó a Jorge Javier, quien le reprochó haber usado su nombre en una ocasión para obtener un blanqueamiento dental. Esto último, Avilés lo negó, y el presentador prefirió no insistir sobre el asunto.
El exsuperviviente terminó su aparición pública prometiendo que pagará todas sus deudas. Y pidió, una vez más, perdón por todas las múltiples mentiras y falsedades con las que, durante algún tiempo, engañó a tanta gente.