Carolina Monje, novia de Álex Lequio vive otro momento difícil al irse del departamento donde solían vivir juntos
Tras la muerte de su novio Álex Lequio, Carolina Monje ha regresado al piso que compartían para buscar sus pertenencias. Su hermano y algunos amigos la acompañaron en este doloroso momento.
Vestida de riguroso luto, Carolina Monje abandonó para siempre el departamento que compartió con su novio Álex Lequio, quien falleció víctima del cáncer. La joven diseñadora estuvo a su lado durante toda su enfermedad, compartiendo tanto los buenos momentos como los más difíciles.
Carolina Monje en el funeral de Álex Lequio. | Foto: Getty Images
Juntos, Álex y Carolina adoptaron a su mascota, Boby Puchum, y compartieron momentos de amor y felicidad en medio de la difícil batalla que el joven libró contra el cáncer que acabaría por arrebatárselo a los 27 años. Ella no se separó de él durante todo el difícil tramo final de su vida, hasta su partida el pasado 13 de mayo.
Si bien la pareja nunca se escondió de las cámaras, la vida privada de Carolina y Álex siempre mantuvo su velo de privacidad. Habían comenzado su relación tras la dura separación de Álex de Raquel Rodríguez, y los dos actualmente convivían en el barrio de Salamanca, en Madrid.
Álex estuvo internado durante sus últimos días en un centro de salud de Barcelona, acompañado por su novia y su familia. Tras su deceso, Carolina regresó a Madrid junto con los padres de su difunto novio, para dar el último adiós, hacer el duelo y retomar sus vidas, ahora con un espacio vacío.
Pudo vérsela devastada en el tanatorio de La Paz, donde concurrió junto con Alessandro Lequio y Ana Obregón, padres de Álex, a dar el último adiós a su novio. Fue una de las pocas personas que pudieron acudir allí, debido a las restricciones sanitarias impuestas por el coronavirus.
Ahora, la joven debió atravesar otra dura prueba: la de abandonar el departamento que compartió con Álex. En las fotografías que consiguió tomar del momento la revista ¡Hola! puede vérsela muy triste en medio de la mudanza.
Devastada pero con entereza, pudo vérsela retirar cajas con sus pertenencias, acompañada por amigos y por su hermano. Ellos fueron quienes la sostuvieron en el difícil trance de llevarse sus cosas de aquel espacio cargado de recuerdos.