Estudiante de enfermería y su pequeña hija quedaron en la calle tras perder su casa justo antes de la cuarentena

La estudiante de enfermería de 30 años de edad no tiene hogar y le ha tocado experimentar la cuarentena en una pequeña casa con otras cinco personas.

April Owen y su hija de siete años de edad no tienen donde vivir. Justo antes de la pandemia se mudarían a un piso, pero la crisis de salud derrumbó la posibilidad de habitar un nuevo lugar y quedaron sin techo.

La madre soltera tuvo que pedir alojamiento a una amiga quien además vive con su esposo diabético, un bebé y su hijo de cuatro años.

ESPERANDO POR AYUDA

La dama oriunda de Bournemouth, ciudad turística del sur de Inglaterra, espera por la ayuda del consejo local desde el pasado mes de marzo cuando se quedó sin vivienda.

También solicitó colaboración a la universidad y una asociación de vivienda, pero hasta el momento no ha encontrado un alojamiento para ella y su hija.

La situación por la que atraviesa April la tiene muy decaída e incluso se siente culpable de tener que quedarse por tanto tiempo en casa de su amiga.

Antes de quedar sin hogar, la estudiante y su hija Delilah, vivían en un alojamiento privado, pero en diciembre el dueño decidió vender y tuvieron que desalojar la propiedad.

UNA PESADILLA

April está viviendo una completa pesadilla pues después de habitar un buen lugar por al menos siete años tuvieron que pasar a hospedarse con su amiga y llevar consigo solo un par de bolsos con sus pertenencias.

Además, la cuarentena ha sido un golpe duro para la salud mental de la estudiante de enfermería quien señala que siente que todas las puertas se le han cerrado.

Por otra parte, debido a la condición médica del esposo de su amiga y la existencia de un bebé en el lugar donde se hospeda, April no ha podido salir a trabajar porque la dueña de la vivienda teme que se contagie con coronavirus y afecte a su familia.

La realidad por la que atraviesa la madre soltera la ha dejado muy indefensa y la ha llevado a solicitar créditos para poder sobrevivir.

De hecho, en medio de la circunstancia que la envuelve, Delilah también se ha visto afectada y ha mostrado su angustia a su madre.

SIN APOYO CERCANO

Cabe destacar que la familia de April está en Londres por lo que no cuenta con un ser querido cercano que le brinde apoyo directo.

En su lugar de residencia no existe nadie que les pueda tender la mano para ayudarlas a salir de la situación en la que están madre e hija.

Vale resaltar que en medio de su desesperación le aconsejaron pedir ayuda a una entidad privada de viviendas para personas vulnerables y al buscar su orientación se dio cuenta de que era un movimiento que no le podría dar la respuesta que necesitaba.

Cabe destacar que justo antes de que se desatara la pandemia, April entregó un depósito para el alquiler del lugar que habitaría junto a su hija, pero con la llegada del coronavirus la compañía que le arrendó el lugar le dijo que el acuerdo ya no estaba disponible.

La madre de la niña de siete años siente que ha tocado fondo y en medio de su desesperación y tormento por no poder brindarle a su hija un buen lugar para vivir, no ha contado con respuesta alguna para obtener un hogar seguro.

Mientras tanto sigue alojada en casa de su amiga, sin poder trabajar, tener ingresos y confinada por la pandemia en una habitación pequeña junto a su Delilah.