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Chiste del día: dos mujeres borrachas se detienen en un cementerio para hacer pis

Las personas bajo estado de alicoramiento pueden protagonizar historias que se quedan en la memoria de sus amigos por la cantidad de risas que les produjeron.

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En el chiste de hoy te contamos qué le sucedió a un par de jóvenes que consumieron algunas copas de más y terminaron perdiendo sus matrimonios.

Dos mujeres salieron de fiesta con sus demás amigas y al final de la noche se dieron cuenta que habían ingerido mucho licor, así que se dispusieron a regresar a casa.

Personas haciendo un brindis. | Foto: Pixabay

Personas haciendo un brindis. | Foto: Pixabay

En el camino se detuvieron en un cementerio porque ambas querían orinar y no resistirían hasta llegar a sus viviendas. Aunque ese no era el lugar más apto, al menos estaba solo.

La primera en orinar se dio cuenta de que no tenía papel en su bolsa para secarse. Entonces, tomó sus pantis y se secó con ellos, después los tiró.

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La segunda, exactamente con el mismo problema, pensó que no quería tirar su tanga de Victoria's Secret, que le había costado mucho dinero. Ella se puso creativa y decidió buscar algún objeto a su alrededor que le sirviera para secarse. ¡Lo encontró!

Foto panorámica de un cementerio. | Foto: Pixabay

Foto panorámica de un cementerio. | Foto: Pixabay

Ella tomó una cinta de una corona de flores que estaba encima de una tumba. Así, ambas regresaron a sus respectivas casas.

Al día siguiente llama uno de los maridos al otro y le cuenta que su mujer llegó en la madrugada, borracha y sin tanga. Además, añadió que debido a la situación decidió terminar con su matrimonio.

“Tuviste suerte amigo, la mía llegó a casa con una cinta que decía: ‘jamás te olvidaremos. Con cariño: Antonio, Carlos, Victor y toda la facultad de ingenieros’”.

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En un chiste similar dos borrachos tienen una acalorada discusión frente a la puerta de una casa. Ambos afirman que ese es su hogar. El primero le dice al otro que debe irse porque esa es su vivienda mientras el segundo afirma que no lo puede creer porque está seguro que esa es su casa.

Al cabo de un buen rato discutiendo, deciden resolver la duda llamando a la puerta para preguntar quién de los dos vive en esa casa. Entonces tocan el timbre, y abre una mujer que les dice:

“Muy bonito. Padre e hijo borrachos. Muy bonito.”

Bueno y para que completes la dosis de diversión qué tal si echas un vistazo al chiste de un camarero que quiso vengarse de su cliente borracho, pero no lo logró.

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