Las siete decisiones más difíciles del rey Felipe VI durante los seis años de su reinado

Desde su proclamación en 2014, el rey Felipe VI se ha enfrentado a algunos problemas críticos que lo han llevado a tomar algunas de las decisiones más difíciles durante su reinado.

Los primeros seis años que lleva ejerciendo el título se han desarrollado en medio de una inestabilidad en crecimiento, lo que ha incrementado la cantidad de obstáculos que se le han presentado.

En el plano familiar, se vio obligado a llevar a cabo algunas medidas estrictas para tratar de mantener la reputación, el decoro y la transparencia de la monarquía tras las crisis que ha atravesado en los últimos tiempos.

REDUCCIÓN DE LA FAMILIA REAL

El rey se proclamó cuando su hermana, la infanta Cristina, y su cuñado Iñaki Urdangarin, fueron imputados por el caso Nóos, y cuando la institución de la monarquía se encontraba suspendida por los ciudadanos, según el CIS.

Tras proclamarse, los reyes Felipe y Letizia, sus hijas, la princesa Leonor y la infanta Sofía, además de los reyes eméritos, Juan Carlos I y Sofía, pasaron a ser los únicos miembros de la realeza española que formaban parte de la Familia Real.

Los demás familiares se convirtieron en solo “familia del rey”. Sin embargo, estas medidas no evitaron que continuaran las crisis en la monarquía española.

REVOCÓ EL TÍTULO REAL DE SU HERMANA

El cuñado de Felipe VI, Iñaki Urdangarin, fue condenado por utilizar el Instituto Nóos para saquear fondos de instituciones públicas, entre otros cargos, a cumplir seis años y tres meses de prisión, los cuales luego fueron rebajados a cinco años y diez meses.

La infanta Cristina, hermana del monarca y esposa de Urdangarin, fue acusada de haber cooperado para cometer dos delitos contra Hacienda.

Sin embargo, fue absuelta de los cargos, aunque se vio obligada a pagar una multa por haberse beneficiado económicamente con los negocios ilícitos de su esposo.

En 2015, el Rey decidió revocar el título de duquesa de Palma a la infanta Cristina después de un período de escándalo.

SU PADRE ABANDONA ESPAÑA

Uno de los momentos más amargos del monarca se dio tras surgir informaciones sobre unos supuestos negocios ocultos que tenía su padre Juan Carlos I.

A raíz de esto, el Rey emérito tomó la decisión de cambiar su residencia fuera de España para facilitar ejercicio de las funciones de Felipe VI, y así evitar que el escándalo perjudique a la Corona.

Así lo dio a conocer el mismo Don Juan Carlos a través de un reciente comunicado de la casa real. Por su parte, el monarca manifestó su respeto y agradecimiento a su padre por el paso que dio.

Cabe recordar que el monarca retiró de la asignación del Estado a su padre al conocerse que la Fiscalía de Suiza y el Tribunal Supremo llevaban una investigación abierta por el presunto fraude fiscal y blanqueo por ocultar dinero en Suiza que involucra a Don Juan Carlos.

RENUNCIÓ A LA HERENCIA DE SU PADRE

Don Felipe también renunció a su herencia tras las informaciones que surgieron en las que figuraba como beneficiario de la fundación Lucum, por medio de la cual el rey emérito supuestamente movió el dinero oculto.

Todo lo ocurrido llevó a Don Juan Carlos a retirarse de la actividad pública en junio del año pasado.

SE SUPRIMIÓ LA SECRETARÍA DE DON JUAN CARLOS

Posteriormente, el rey Felipe VI suprimió la secretaría que se le creó a su padre para apoyar sus actividades institucionales después de su abdicación al trono.

Sin embargo, Don Juan Carlos pudo mantener su tratamiento vitalicio de rey y continuaría siendo miembro de la familia real y la residencia en Zarzuela.

MEDIDAS PARA MANTENER LA TRANSPARENCIA

Para mantener la transparencia de la institución monárquica, el Don Felipe también llevó a cabo otras acciones, como la de realizar publicaciones sobre las retribuciones de los altos cargos de Zarzuela.

También se realizan publicaciones del grado de ejecución de sus presupuestos y de los contratos y convenios suscritos.

NO PUEDEN RECIBIR REGALOS

Además, estableció una prohibición que decreta que los miembros de la familia real no pueden aceptar regalos que pudieran comprometer la dignidad de sus funciones.

El Rey decretó que los regalos que superen los usos habituales, sociales o de cortesía no pueden ser aceptados. Tampoco los favores o servicios en condiciones ventajosas que puedan condicionar el desarrollo de las funciones institucionales.