Las gemelas Iglesias y Tamara Falcó tienen una buena relación y comparten una gran pasión
Para la hija de Isabel Preysler la familia no es solo aquella que está conectada por sangre, pues para ella Cristina y Victoria son como sus hermanas, y no solo por la buena relación que tienen, sino también por los intereses que tienen en común.
Tamara Falcó tiene una familia enorme con ocho hermanos, pero esto no le ha impedido crear un vínculo de hermandad con otras personas.
La ganadora de “MasterChef” ha desarrollado una conexión especial con las gemelas Cristina y Victoria, producto de la relación que tiene el artista Julio Iglesias con Miranda Rijnsburger.
A pesar de que se llevan casi dos décadas de diferencia, la convivencia que ha tenido con las mellizas y el cariño tan especial que le tiene a su “tío” Julio, como ella lo llama, ha terminado ampliando su término de familia.
A pesar de lo extraña que puede ser esta relación para muchas personas, considerando que Tamara es hija de la primera mujer de Julio Iglesias, la “MasterChef” no tiene problema en manifestar el cariño que siente hacia sus “hermanas”.
"No solo son espectaculares, sino que también son unas niñas encantadoras", opinó la colaboradora de “El Hormiguero” sobre las Iglesia, según reseña el medio Lecturas.
Por su parte, Cristina también ha demostrado el especial cariño que tiene hacia Falcó, al comentarle cariñosamente algunas publicaciones que ha hecho su amiga cercana en las redes sociales.
Pero como si todo esto no fuese suficiente, hay más cosas que hacen que entre las mellizas y Tamara exista un vínculo especial.
Las tres tienen un amor muy grande por los animales. De hecho, uno de los principales pasatiempos de las mellizas es cuidar a sus mascotas adoptadas, y así lo demuestran a través de sus redes sociales.
Tamara Falcó también tiene un gran amor por sus mascotas y hace poco mostró que también tiene talento para educarlos y que hagan trucos interesantes como posar para una foto.
Sin duda alguna, las tres jóvenes tienen mucho en común, y es eso justamente aunado al cariño que se tienen, lo que hace que se consideren familia aún sin tener ningún tipo de consanguinidad.