Kiko Rivera abre su alma a Isa: "Estoy hecho polvo, pero la vida sigue"
Su cumpleaños número 25 le ha dado a Isa Pantoja la oportunidad para hablar sinceramente con su hermano, y así saber un poco más del conflicto con su madre.
Tras la crisis que sufrió al saber detalles del enfrentamiento que protagonizan su hermano Kiko y su madre, Isa Pantoja celebra su cumpleaños encerrada junto a su novio en ‘La Casa Fuerte 2’.
Por tal motivo, fue gratamente sorprendida cuando recibió la llamada de Rivera, quien con mucho cariño la felicitó en su día especial.
"Hoy hace 25 años que llegaste a mi vida, te pido perdón públicamente si alguna vez te he fallado. Siempre serás la niña de mis ojos. Te quiero con el alma. Te amo", dijo amorosamente Kiko.
Con mucho sentimiento, Kiko le dijo cuánto le había afectado verla llorar en la primera gala. También le sugirió que no tuviera preocupación alguna por las cosas que están ocurriendo fuera de la casa y se dedicara a pasarla bien y a disfrutar su experiencia al lado de su prometido.
Inevitablemente cayeron en el tema del momento, el enfrentamiento mediático que tienen Kiko e Isabel Pantoja. Según le explicó Rivera a su hermana, esto ya no se trata de la herencia. El posible engaño es lo que más daño le ha hecho y no cree poder olvidarlo nunca.
"Estoy hecho polvo pero la vida sigue”, dijo.
POSIBLE RECONCILIACIÓN
Desde la pasada entrevista que tuvo lugar en ‘Sábado Deluxe’, la comunicación entre madre e hijo ha sido a través de las redes sociales y programas de televisión.
En dicha entrevista, Isabel intentó ayudar a su hijo con sus problemas personales haciéndole saber lo privilegiado que era en la vida y cuántas personas le querían.
Ante la pregunta de Isa acerca de si era posible que hubiese una reconciliación, Kiko le asegura que de su parte sí. Él estaría dispuesto a dejarlo todo tan solo por volver a tener la compañía de su madre, que no es equivalente a hablar de Isabel Pantoja, la artista.
Pero para Rivera, todo está en las manos de Isabel y de su renuencia a tomar el teléfono y explicarle punto por punto cómo ocurrieron las cosas con la verdad en las manos y sin culpar a terceras personas.