Dulce, la exniñera de Kiko e Isa, rompe su silencio: "Isabel me dijo que quería envejecer conmigo"

Uno a uno, todos los que de una u otra manera han estado relacionados con el clan Pantoja han querido ser parte del conflicto que acapara titulares a diario. Es el turno de Dulce.

Entró en contacto con la familia Pantoja desde que era una joven de 18 años, y logró ganarse la confianza absoluta de Isabel. Dulce Delapiedra fue la niñera de Kiko Rivera e Isa Pantoja, a quien aún llama “mi niña”.

Sin intención de guardarse nada, Dulce conversó en forma exclusiva con la revista Lecturas. Allí contó sus impresiones sobre la vida familiar en La Cantora y dio su opinión sobre el conflicto que enfrenta a madre e hijo.

CONCIERTO EN BARCELONA

Cuando Kiko tenía tan solo un año, Dulce asistió a un concierto del hermano de Isabel Pantoja, Agustín, quien para ese entonces era su ídolo. La tonadillera quedó encantada con ella y le ofreció un empleo como niñera de su primogénito. La joven aceptó de inmediato.

Aunque confiesa que nunca recibió un buen ingreso y que le costaba que le pagara los gastos diarios que hacía en casa, la verdad es que se quedó a su lado a lo largo de 25 años. Se terminó convirtiendo en la persona de confianza de Pantoja, y afirma que "Isabel me dijo que quería envejecer conmigo".

“Ha ganado mucho dinero con su garganta. Se ha gastado muchísimo dinero en ropa y en coches. Ha mantenido a su familia y no ha sabido invertir”, dice Dulce, sobre la economía familiar.

En 2014, Dulce fue despedida por Pantoja, quien aparentemente la llamó poco después para suplicarle que volviera para ayudar a Isa con su hijo por nacer. Le ofreció a cambio comprarle una casa en Marbella, pero eso no se hizo realidad.

Posteriormente se iría con su niña Isa a su nuevo hogar. La acompañó por algunos años y se convirtió en la madrina del bebé.

DESENMASCARANDO A AGUSTÍN

Sobre el conflicto que protagoniza la familia, Dulce opina que Kiko pudo manejarlo de otra manera más privada. A su criterio, debió ir a La Cantora y exigirle a su tío el espacio para hablar libremente con Isabel, y plantearle la precaria situación que estaba viviendo.

Y a pesar de admitir que no siente aprecio por Kiko, quien según dice le dejó en claro que no quería a su hermana Isa, le apena lo que está ocurriendo. También acepta que le alegra que haya “desenmascarado a su tío”.