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La vida de la reina Victoria: desde sus problemáticas relaciones con sus hijos hasta la pérdida de la que no se recuperó

La reina Victoria gobernó durante más de 60 años y fue una de las monarcas más icónicas de la historia.

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En el momento de su nacimiento, nunca se esperaba que fuera reina. Sin embargo, tras la muerte de su tío, el rey William IV, heredó el trono a la edad de 18 años.

Después de su coronación, se encargó de supervisar la expansión del imperio británico durante casi 64 años, y es recordada por su reinado.

Retrato de la princesa Victoria (más tarde Reina) cuando tenía unos 3 años de edad. | Foto: Getty Images

Retrato de la princesa Victoria (más tarde Reina) cuando tenía unos 3 años de edad. | Foto: Getty Images

NACIÓ QUINTA EN LA LÍNEA DE SUCESIÓN AL TRONO

Victoria nació el 24 de mayo de 1819 en el Palacio de Kensington. Sin embargo, aunque se convirtió en una de las monarcas más emblemáticas de Gran Bretaña, su nacimiento no presagió una celebración nacional.

Como hija del cuarto hijo del rey George III, en el momento de su nacimiento, ella era solo la quinta en la línea de sucesión al trono. Se esperaba que fuera solo otra pariente real menor que terminaría casada en una familia real europea.

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Sin embargo, cuando Victoria llegó a la adolescencia, la muerte de su padre, sus hermanos y cualquier otro heredero legítimo, dejó a la joven princesa como la heredera superviviente más cercana del rey William IV.

Princesa (más tarde Reina) Victoria, de cinco años de edad, 1824. | Foto: Getty Images

Princesa (más tarde Reina) Victoria, de cinco años de edad, 1824. | Foto: Getty Images

TUVO UNA DURA INFANCIA

Victoria pasó sus años de formación en el Palacio de Kensington. Tras la muerte de su padre por neumonía cuando ella tenía solo ocho meses, sus primeros años de vida estuvieron dominados por su madre, la duquesa de Kent, y su ambicioso consejero Sir John Conroy.

Deseoso de establecerse como el poder detrás del trono en el caso de una Regencia (en la que la madre de Victoria gobernaría con ella si heredaba siendo aún menor de edad), Conroy buscó mantener un estricto control sobre la heredera de la corona.

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Tanto él como la duquesa tenían una relación hostil con el tío de Victoria, el rey William, y en consecuencia mantuvieron a la princesa aislada de la corte real, impidiéndole incluso asistir a la coronación de su tío.

La reina Victoria, monarca de Gran Bretaña e Irlanda y Emperatriz de India, quien reinó desde 1837 a 1901. | Foto: Getty Images

La reina Victoria, monarca de Gran Bretaña e Irlanda y Emperatriz de India, quien reinó desde 1837 a 1901. | Foto: Getty Images

La pareja impuso un código de disciplina asfixiante a la joven, que llegó a conocerse como el “Sistema Kensington”. Tenía un horario estricto de lecciones para mejorar su rigor intelectual y moral.

Este régimen sofocante establecía que la princesa pasara poco tiempo compartiendo con otros niños y le obligaba a estar bajo la constante supervisión de un adulto.

Se le prohibía estar sola, o incluso bajar escaleras sin que alguien la tomara de la mano. Victoria se vio obligada a compartir un dormitorio con su madre hasta el momento en que se convirtió en reina.

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La reina Victoria, monarca de Gran Bretaña e Irlanda y Emperatriz de India, quien reinó desde 1837 a 1901. | Foto: Getty Images

La reina Victoria, monarca de Gran Bretaña e Irlanda y Emperatriz de India, quien reinó desde 1837 a 1901. | Foto: Getty Images

TENÍA SOLO 18 AÑOS CUANDO ACCEDIÓ AL TRONO

En la mañana del 20 de junio de 1837, la joven princesa fue despertada para ser informada de que su tío, el rey William IV, había muerto durante la noche. Esto significaba que Victoria, que tenía 18 años en ese momento, se acababa de convertir en reina de Inglaterra.

Aunque fue una sorpresa, la joven se tomó la noticia de manera extremadamente estoica. A pesar de su corta edad, permaneció tranquila y no fue necesario utilizar las sales aromáticas que su institutriz le había preparado.

En su primera reunión con su consejo privado pocas horas después, tuvo que sentarse en una plataforma elevada para que la vieran, pues sus nuevos ministros la dominaban: medía aproximadamente 1,52.

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La reina Victoria recibiendo el sacramento en su coronación. | Foto: Getty Images

La reina Victoria recibiendo el sacramento en su coronación. | Foto: Getty Images

Sin embargo, lo que le faltaba en estatura lo compensaba con su determinación. Gracias a esto dio una impresión favorable. Como cumplió 18 años antes de acceder al trono, podía gobernar por sus propios medios, en lugar de hacerlo junto a su madre en una regencia.

Se mudó de Kensington al Palacio de Buckingham, en parte para escapar de la manipulación de Conroy y su progenitora, con quien mantuvo una relación tensa y distante durante muchos años.

La influencia del hombre también quedó limitada en la corte y dos años después renunció a su cargo y se fue a Italia en medio de la vergüenza y el escándalo. En junio del año siguiente, la joven princesa fue coronada en la Abadía de Westminster.

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La reina Victoria, representada en el Palacio de Buckingham, quien reinó desde 1837-1901. | Foto: Getty Images

La reina Victoria, representada en el Palacio de Buckingham, quien reinó desde 1837-1901. | Foto: Getty Images

LE PROPUSO MATRIMONIO AL PRÍNCIPE ALBERT

Aunque de joven tuvo muchos pretendientes, una figura clave a lo largo de su vida fue su esposo, el príncipe alemán Albert de Sajonia-Coburgo y Gotha. Victoria lo conoció en el Palacio de Kensington cuando ambos tenían 17 años.

Su encuentro había sido ideado por el tío de Victoria, Leopold I de Bélgica, quien creía que podía beneficiarse políticamente de la unión. Sin embargo, a pesar de la intermediación, definitivamente se trataba de un matrimonio por amor.

Según reseñó History Extra, Victoria encontraba al príncipe “extremadamente guapo”. Como la tradición real dictaba que nadie podía proponerle matrimonio a una monarca reinante, en octubre de 1839 fue la reina quien le propuso matrimonio a Albert.

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La reina Victoria y su esposo Albert, el príncipe consorte, en la inauguración de la Gran Exposición, 1 de mayo de 1851. | Foto: Getty Images

La reina Victoria y su esposo Albert, el príncipe consorte, en la inauguración de la Gran Exposición, 1 de mayo de 1851. | Foto: Getty Images

RELACIÓN APASIONADA Y TEMPESTUOSA

Su boda se llevó a cabo en la capilla del palacio de St. James el 10 de febrero de 1840. En el transcurso de su matrimonio de 21 años, Victoria y Albert tuvieron una relación apasionada, aunque a veces tempestuosa.

Aunque la pareja tuvo discusiones candentes, la reina claramente adoraba a su esposo, describiéndolo en su diario como “la perfección en todos los sentidos... oh, cuánto lo adoro y amo”.

La reina Victoria y su esposo Albert, el príncipe consorte, en 1860. | Foto: Getty Images

La reina Victoria y su esposo Albert, el príncipe consorte, en 1860. | Foto: Getty Images

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LA PAREJA TUVO NUEVE HIJOS

Poco más de nueve meses después de su boda, la primera hija de la pareja, la princesa Victoria, nació en el Palacio de Buckingham. La reina registró en su diario que ella y su esposo esperaban y deseaban que fuera un niño.

Sus deseos se cumplieron menos de un año después, cuando la monarca dio a luz a un heredero varón: Edward, conocido por la familia como Bertie. Victoria y Albert llegaron a tener un total de nueve hijos: cuatro varones y cinco niñas.

Retrato de la reina Victoria junto a sus nietas. | Foto: Getty Images

Retrato de la reina Victoria junto a sus nietas. | Foto: Getty Images

Victoria y Albert criaron a sus hijos juntos. Como un medio de extender la influencia de Gran Bretaña y construir lealtades internacionales, varios de sus hijos e hijas se casaron en varias monarquías europeas.

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En solo un par de generaciones los descendientes de Victoria se extendieron por todo el continente. Sus 42 nietos se pueden encontrar en las familias reales de Alemania, Rusia, Grecia, Rumania, Suecia, Noruega y España.

Retrato de la reina Victoria junto a parte de su familia. | Foto: Getty Images

Retrato de la reina Victoria junto a parte de su familia. | Foto: Getty Images

PROBLEMÁTICAS RELACIONES

Pinturas y fotografías proyectaban la imagen de una pareja joven virtuosa y devota rodeada de niños obedientes y rubios. Sin embargo, según reseñó BBC, Victoria no era una madre cariñosa: pensaba que era su deber ser “severa”.

La necesidad de la monarca de controlar a sus hijos era casi patológica. Creó una red de espías e informantes que le notificaban sobre sus actividades.

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Duque de York, Príncipe de Gales y Reina Victoria en bautizo del príncipe Edward de York en Londres en 1894. | Foto: Getty Images

Duque de York, Príncipe de Gales y Reina Victoria en bautizo del príncipe Edward de York en Londres en 1894. | Foto: Getty Images

La relación con su hijo mayor fue especialmente tensa. Desde el principio él fue una decepción para ella, pues le iba mal en las lecciones. Cuando el príncipe tenía 19 años, pasó un tiempo entrenando con el ejército en Irlanda y se involucró con una prostituta.

Cuando su padre se enteró, quedó devastado y le escribió una carta lamentándose de su “falla”. Visitó a su hijo en Cambridge y los dos dieron un largo paseo juntos bajo la lluvia.

La reina Victoria, quien reinó desde 1837 hasta 1901. | Foto: Getty Images

La reina Victoria, quien reinó desde 1837 hasta 1901. | Foto: Getty Images

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LLORÓ A SU AMADO DURANTE 40 AÑOS

El esposo de la reina regresó a Windsor enfermo y tres semanas después, el 14 de diciembre de 1861, falleció. Durante años, Victoria culpó a Bertie de la muerte de Albert.

Como su esposo tenía solo 42 años y en general gozaba de buena salud, su muerte por fiebre tifoidea fue muy inesperada. Fue un gran golpe para la reina, que había dependido intensamente de su apoyo, tanto en la práctica como en la política y en lo emocional.

Victoria luego se retiró de la vida pública y cayó en un estado de depresión debido al dolor. Esto la llevó a descuidar sus deberes reales y al deterioro de su popularidad por negarse a participar en eventos públicos.

La reina Victoria, quien reinó desde 1837 hasta 1901. | Foto: Getty Images

La reina Victoria, quien reinó desde 1837 hasta 1901. | Foto: Getty Images

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En la década de 1870 Victoria fue convencida de volver a participar gradualmente en la vida pública una vez más. Sus jubileos de oro y diamantes de 1887 y 1897 fueron cruciales para restaurar su reputación.

A pesar del paso de los años, Victoria nunca se recuperó por completo de la pérdida de su amado. Tampoco se casó nuevamente, aunque tuvo otras relaciones íntimas. También continuó vistiendo de negro y durmiendo junto a una imagen de Albert.

Todas las mañanas preparaba un conjunto de ropa para quien fue su esposo. Este ritual lo mantuvo hasta su propia muerte 40 años después, en 1901.

La reina Victoria, quien reinó desde 1837 hasta 1901. | Foto: Getty Images

La reina Victoria, quien reinó desde 1837 hasta 1901. | Foto: Getty Images

FUE ENTERRADA JUNTO A SU ESPOSO

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Cuando entró en los ochenta, Victoria todavía estaba asumiendo activamente sus deberes reales. Sin embargo, después de seis décadas en el trono, su salud finalmente comenzó a deteriorarse.

El 22 de enero de 1901, tras ser diagnosticada con “agotamiento cerebral”, murió a los 81 años en Osborne House en la Isla de Wight. Fue enterrada junto a Albert el 4 de febrero de ese año, en el mausoleo que había construido para él en Frogmore, junto al castillo de Windsor.

Este viernes 22 de enero se cumplieron 120 años del fallecimiento de la mítica monarca de Inglaterra y hoy en día continúa siendo recordada.

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