Enfermera de Texas se queda en casa para ayudar a sus vecinos ancianos tras la tormenta
La tormenta invernal Uri ha causado estragos en Texas, donde muchos vecindarios siguen sin suministro de servicios básicos.
La inesperada nevada ha puesto a prueba a los ciudadanos que han soportado hasta cinco días sin servicio eléctrico, sin agua potable y sin calefacción, lo cual ha puesto en riesgo muchas vidas, especialmente la de los adultos mayores que viven solos.
UN ÁNGEL DE LA GUARDA
Ante las circunstancias, una enfermera ha demostrado que nació para ayudar a quienes más lo requieren. Emily Grigsby puso en segundo plano su comodidad para ayudar a sus vecinos ancianos, quienes estaban enfrentando solos las calamidades del clima.
La madre de dos, prefirió quedarse en su casa para prestarle servicio a los abuelos de su vecindario. Uno de ellos se quemó tratando de derretir la nieve del inodoro, mientras trataba de hacer sus necesidades.
Persona son su mano en el hombro de un adulto mayor. │Foto: Freepik
UNA LABOR EJEMPLAR
“Comencé a vigilar a mis vecinos mayores una vez que pasó la marca de las 24 horas, y fue entonces cuando descubrí cuán grave era la situación (...) Hubo oportunidad para que nos fuéramos y simplemente no era una opción", comentó Emily en una entrevista con People.
La sanitaria está ayudando activamente a quienes lo necesiten, haciendo rondas matutinas en las cuales chequea los signos vitales de los ancianos mientras espera que las autoridades tomen cartas en el asunto.
Persona sujetando las manos de un adulto mayor. │Foto: Freepik
HACE LO NECESARIO
El compromiso de Emily no se limita a prestar atención sanitaria a sus vecinos, también ha estado alimentando a una abuelita que vive postrada en una silla de ruedas. Desde la semana pasada le está suministrando tres platos de comida al día.
Aunque la falta de agua potable está siendo un problema importante en la zona, ella se mantiene fuerte por su familia y los adultos mayores que actualmente dependen de ella para sobrevivir los embates de este temporal.
HABRÍA SIDO PEOR
“Creo que la situación podría haber sido mucho peor si no nos hubiéramos quedado”, admitió Grigsby ante la tormenta nunca antes vista en Texas.
Mientras tanto, la enfermera de 39 años de edad se mantiene en pie de lucha junto a su esposo Will y a sus chicos de 9 y 12 años de edad, esperando a que las adversidades amainen y haciendo lo posible por ayudar a sus vecinos.