Gemma Alcalá, la periodista y compañera de vida del excomisario Villarejo
Nacida en Madrid en 1971 e hija de un carnicero, Gemma Alcalá decidió estudiar periodismo en la Universidad Complutense de Madrid.
Comenzó a laborar en una revista de informática, aunque siempre soñó con dirigir el periodismo de investigación.
Gemma conoció a José Manuel Villarejo gracias a una amiga en común que hizo posible el encuentro cuando ella no había cumplido los 30 años.
La amiga quería presentarle a su nuevo novio, pero este llegó con un tercer acompañante que pensó podría atraerle a Alcalá.
Cuando la periodista vio al excomisario quedó cautivada. En ese momento, Villarejo hacía negocios fuera de España y tuvo éxito en operaciones inmobiliarias.
La carrera policial y los secretos de espías que tiempo después conoció Alcalá, no le quitaron la fascinación que sintió por aquel hombre 19 años mayor que ella, divorciado y con cuatro hijos.
Una vez iniciada la relación con José Manuel, Gemma se especializó en posicionamiento y reputación online en buena parte de las empresas del excomisario.
Alcalá se encarga únicamente de la tarea administrativa, incluido su portal ‘Información Sensible’ en el que pudo conectarse a la profesión de periodista ejerciendo como directora.
De acuerdo a lo reseñado por el portal Vanity Fair, fue en ese medio el que publicó la conversación que mantuvieron Francisco Nicolás Gómez y los investigadores con agentes del Centro Nacional de Inteligencia.
Supuestamente, el diálogo fue grabado por Villarejo con la ayuda de Gemma y el periodista Carlos Mier. Ahora se enfrentan a tres años de prisión por este motivo.
Además, Alcalá se ha visto envuelta en las complicadas historias de espías de su marido con don Juan Carlos y Corinna zu Sayn-Wittgenstein.
Al parecer, 10 días antes de la primera detención del excomisario, la pareja había pensado en la posibilidad de ponerle fin a su relación de manera amistosa, pero esto no se llevó a cabo.
Desde noviembre de 2017, la periodista sigue visitando a su pareja, quien se encuentra recluido en la prisión de Estremera. Allí intercambian supuestamente impresiones sobre los procesos judiciales en los que están implicados.
Tras la detención de José Manuel, le embargaron las cuentas y tuvo que pedir ayuda a su familia para que su hija continuara estudiando en un colegio privado y no se enterara de lo que estaba sucediendo.
Sus seres queridos la han apoyado en todo momento, tras sus denuncias de que se siente muy presionada y vigilada por el Estado. Al frente de su casa siempre hay un carro monitoreando sus movimientos.
Gemma Alcalá confesó que tiene miedo y que con su vida destrozada solo le preocupa el futuro de su hija.