Rocío Flores y su novio Manuel dan la bienvenida al nuevo miembro de su familia

Desde que Rocío Flores participó en Supervivientes, su vida dio un giro radical al ganar bastante popularidad.

La hija de Antonio David tiene una relación amorosa con Manuel Bedmar desde hace casi cinco años y ahora dieron un nuevo paso, pues decidieron sumar un nuevo integrante en la familia.

Con un texto muy breve pero aclaratorio, la sobrina de Gloria Camila contó en sus historias de Instagram que Manuel y ella le dieron la bienvenida a una nueva mascota. “La familia crece”, escribió sobre la fotografía del cachorro.

En la imagen se aprecia al perrito descansando sobre Manuel Bedmar, mientras este mira su tablet. Por el momento, es la única foto que hay del nuevo miembro de la familia.

Pese a que Rocío tiene 24 años y Manuel 25, la pareja mantiene una sólida relación desde 2016. Estos jóvenes no se separan y aunque Bedmar es ajeno a los programas televisivos y no viene de una familia de famosos, ha apoyado a su pareja en todos sus proyectos.

Durante los meses que Flores pasó en los Cayos Cochinos, habló de su deseo de ser madre. Señaló que quizás lo haga en uno o dos años. Por el momento está centrada en sus estudios y compromisos profesionales.

INFLUENCER

El paso de Rocío por el show de televisión le dio la confianza para convertirse en influencer y empezar a compartir su estilo de vida con sus seguidores en Instagram.

La joven no deja de consentirse con tratamientos estéticos para mantener una apariencia con la que está cómoda y feliz. Además, ha dado de qué hablar en televisión.

Para ella no solo es importante su físico sino la atención de su espiritualidad. Por eso combina algunos tratamientos estéticos como baños de chocolate para hidratar y eliminar las células muertas de su piel, así como sesiones de reiki al lado de su terapeuta.

TATUAJE

Rocío no deja de atender a su corazón y ha demostrado que su relación sentimental va en crecimiento. En una oportunidad, compartió fotografías mostrando dos tatuajes minimalistas en honor al amor que comparte con Manuel Bedmar.

El tatuador plasmó en el cuerpo de la hija de Rocío Carrasco un colibrí y en su muñeca una delicada rosa. Las imágenes también están en la piel de Manuel como símbolo del tiempo que llevan juntos.