Humberto Zurita habla como nunca antes de la enfermedad y muerte de Christian Bach
El actor admitió que la muerte de su mujer lo dejó muy enojado con Dios. Sin embargo, ya ha logrado ver la vida con más optimismo.
Ya han pasado un poco más de dos años desde que Christian Bach falleció, dejando un gran vacío en el mundo del espectáculo y, por supuesto, en la vida de Humberto y de sus hijos.
A CORAZÓN ABIERTO
Humberto Zurita conversó con Mara Patricia Castañeda en una entrevista a corazón abierto en la que habló de su vida profesional y personal. La periodista no perdió oportunidad de preguntarle como vivió la enfermedad y la muerte de la que fue su esposa por más de tres décadas.
El histrión confesó que cuando se enteraron de que la actriz estaba enferma, ella misma decidió mantener todo en privado. No quería que los medios hicieran noticia de su condición.
NO QUERÍA UN CIRCO
"Dijo: ‘Esto es aquí, aquí se queda y así se quedará siempre’. Es respetar la decisión que ella tomó y el amor que le tenemos mis hijos y yo, somos una tumba. No hay más, se murió y punto", compartió Zurita.
Aunque ahora no tiene más que palabras de amor en torno a sus circunstancias, Humberto admitió que tras el fallecimiento de su mujer se sintió muy enojado con Dios por haberse llevado a una mujer hermosa, inteligente, saludable y joven.
HABLÓ DE SU DUELO
"Pasé primero por un ciclo que te deja muy dolido, muy triste, muy enojado. (...) Christian no fumaba, no tomaba, hacía ejercicio, era bailarina no profesional. (...) Me enojé con todo lo divino", agregó Zurita antes de reflexionar sobre las lecciones de la vida.
Si bien la partida de Bach lo dejó descolocado, con el tiempo ha logrado ver la belleza de la existencia. El mexicano comentó que pasó de pensar que la naturaleza es cruel, a reconocer que más allá de esa crueldad, cada quien tiene la capacidad de ver el lado más lindo.
LA FLOR MÁS BELLA
"Pienso: ‘¿Por qué se tenía que morir Christian? Tan joven, tan bella’, y puedo hacer una metáfora de eso: a lo mejor Dios es ese gran cazador. (...) Pero es un jardinero, y de su jardín, egoístamente, cortó la mejor flor; se llevó a la mejor flor que tenía", reflexionó Humberto, dejando claro que a pesar de que ya no tiene a su esposa cerca, su amor por ella es eterno.