Chiste del día: Un hombre regresó tarde a casa y vio una nota de despedida de su esposa
Una mujer que estaba enojada por la tardanza habitual de su esposo decidió darle una nota que decía: "Ya tuve suficiente y te dejé, no te molestes en venir por mí".
Después de dejar caer la nota, la mujer escondió debajo de su cama para observar la reacción de su marido, quien no estaba en casa en ese momento. Pero cuando llegó, ella pudo escucharlo caminar desde la cocina al dormitorio y luego al tocador.
Mujer con expresión de molestia. │Foto: Shutterstock
OBSERVÓ TODO
La mujer vio a su esposo recoger la nota. Tras leerla, el hombre escribió algo antes de hacer una llamada telefónica en la que dijo: "Finalmente se fue. Sí, ya sé, ya era hora, voy a ir a verte, ponte ese sexy camisón francés. Te amo. No puedo esperar a verte. Haremos todas las cosas traviesas que te gustan".
Cuando terminó la llamada y se fue con las llaves del auto. Su esposa, al oír su coche alejarse, salió de debajo de la cama. Con rabia y lágrimas en los ojos, tomó la nota para ver qué estaba escrito.
NO SE LO ESPERABA
"Puedo ver tus pies. Se nos acabó el pan: vuelvo en cinco minutos", leyó la mujer en la nota, quedándose fría con la cucharada de su propia medicina.
Aquí hay otro chiste sobre un hombre que se despertó el 7 de julio a las 7:00 am, revisó su teléfono y notó que tenía siete llamadas perdidas y siete mensajes de siete personas diferentes.
Hombre con expresión de satisfacción sentado afuera de una casa. │Foto: Shutterstock
EL NÚMERO DE LA SUERTE
Al encontrar la coincidencia bastante divertida, se levantó de la cama con una sonrisa y se metió en su coche. Verificando en su teléfono el lugar de la reunión antes de encender el motor, notó que tenía que llegar al séptimo piso de un edificio ubicado en 7 Ann Street, a unos siete minutos de su casa.
Pensó que era la mayor coincidencia de su vida y se echó a reír entre dientes. Después de eso, comprobó cuánto dinero le quedaba y, para su sorpresa, tenía setecientos setenta y siete dólares.
MUCHA COINCIDENCIA
Pensó que era más un día de suerte que una mera coincidencia. Decidió ir al bar de deportes más cercano para apostar por un caballo. Después de esperar la séptima carrera, apostó por el séptimo caballo. Para su decepción, el caballo terminó séptimo.
¿Disfrutaste de los dos chistes? Aquí hay otra historia de un hombre que antes de morir le dejó tres cartas a su esposa.