Pepa Flores y Antonio Gades: la historia de amor que escandalizó a toda España
El talentoso bailarín y la otrora estrella infantil de la gran pantalla tuvieron una fogosa pero breve relación. Ella se entregó a un torbellino de emociones, pero terminó con el corazón roto.
Hay amores que son para toda la vida. Y hay otros que, a pesar de ser intensos y parecer capaces de consumirlo todo, llegan a su fin rápidamente. Estos últimos suelen ser los más dolorosos.
Este último es el caso de Antonio Gades y Pepa Flores, conocida artísticamente como Marisol. El talentoso bailarín y coreógrafo y la famosa actriz tuvieron un turbulento romance repleto de escándalos.
Pepa Flores en 'Mariana Pineda' en 1984. | Foto: Getty Images
PEPA FLORES
Josefa Flores González, conocida llamada Pepa por sus amigos y Marisol por su audiencia, fue una exitosa cantante y actriz infantil en la España de los 60. Fue un ícono para la nación, y una de las actrices predilectas de las nietas de Franco.
Pepa nació en febrero de 1948, en el seno de una familia humilde. Su amor por el canto y la danza la llevaron a la televisión, y luego a la gran pantalla, tras ser descubierta por el productor Manuel Goyanes en 1959.
Sin embargo, detrás de las cámaras, sus años formativos estuvieron marcadas por una fuerte explotación laboral y múltiples episodios de abuso. Su experiencia la llevó a odiar el mundo del espectáculo y retirarse del todo en 1985.
ANTONIO GADES
Antonio Gades nació doce años antes que Pepa, en noviembre de 1936, en plena guerra civil. Su padre luchó en el frente republicano, y Antonio tuvo que empezar a trabajar a los 11 años para sobrevivir.
Con el pasar de los años, se convertiría en un talentoso bailarín y coreógrafo, y dueño de un pequeño negocio. También fue un prominente integrante de movimientos de izquierda en España.
Pepa Flores y Antonio Gades en Madrid en 1976. | Foto: Getty Images
PRIMER ENCUENTRO
Se conocieron en la primavera de Barcelona, cuando Marisol y una amiga fueron a comer a la pizzería del coreógrafo. Era un local bohemio y muy de moda, y Gades lo atendía personalmente.
Era un hombre guapo y viril, siempre con un cigarrillo en la boca y una mirada penetrante. Ella quedó prendida en el acto, y tuvo que sentarse, pues le fallaban las rodillas.
Él era un militante clandestino de izquierdas, y ella estaba desencantada del capitalismo y la explotación de la industria del entretenimiento. Pepa halló en Antonio no solo el amor, sino una ideología por la cual vivir.
TÓRRIDO ROMANCE
Marisol se entregó al movimiento y a su amado. Ofreció declaraciones que escandalizaron a la prensa de la época, proclamando que Antonio sería su amor hasta el fin de sus días.
"Mi hombre está por encima de todo, quiero retirarme porque estoy desengañada de mi vida, quiero estar todo mi tiempo con Antonio Gades, huir con él, viajar sin rumbo fijo", dijo Pepa a la prensa, según recoge Lecturas.
La pareja tuvo tres hijas, y juntos se mudaron a una casa junto al mar. Sin embargo, él siempre se iba a de gira con compañías de baile, y ella sufría su ausencia. Llegó a pesar 40 kilos cuando tuvo que alejarse de él para trabajar en una producción.
"Antonio es lo único que me importa, más que mi trabajo, más que mis hijas, más que mis padres, más que yo misma", declaró Pepa en aquel entonces, agregando que "quiero ser hippie, lo único que me importa es el amor que siento por Antonio".
Pepa Flores fumando un cigarrillo en foto sin fecha. | Foto: Getty Images
DESAMOR
La soledad comenzó a afectar la relación. Las constantes giras de Antonio era muy difíciles para Marisol. En 1982, viajaron a Cuba, donde contrajeron matrimonio en una ceremonia oficiada por Fidel Castro. Pero las cosas ya habían cambiado.
La prensa comenzó a hacer eco de rumores sobre una supuesta infidelidad del bailarín en sus largas giras. Marisol lo negó todo, y criticó a los medios por inventar historias para desprestigiar a su familia por su posición política.
Eventualmente, la revista Tiempo publicó una serie de fotografías que confirmaban la relación de Antonio con la multimillonaria suiza Daniela Frey. Llevaban juntos más de dos años, y vivieron juntos dos meses en Japón como marido y mujer.
Pepa jamás volvió a dirigirle la palabra. Gades falleció 28 años después, en julio de 2004, víctima del cáncer. Fue enterrado con honores en el mausoleo de la revolución cubana.