Los dos errores del caso Gimeno que permitieron que Tomás se llevara a Anna y Olivia

Han pasado más de dos meses desde que el "monstruo de Tenerife" secuestró a sus hijas y nuevos detalles del caso son revelados.

Dos errores claves en el caso de Tomás Gimeno habrían sido los que permitieron que se llevara y asesinara a Anna y Olivia.

La investigación de la desaparición del ex de Beatriz Zimmermann y sus hijas continúa. Las autoridades a cargo del caso determinaron que por dos fallas cometidas el crimen se perpetró.

LA PRIMERA

Cuando se inició la búsqueda de Gimeno al activarse las alarmas por la desaparición de las niñas, fueron consultados criminólogos y psicólogos. La idea era que los expertos estudiaran el perfil de Tomás para determinar la forma en la que actuaría.

Los profesionales erraron en su labor. No creyeron que el progenitor de Anna y Olivia fuera capaz de asesinarlas. Por el contrario, de acuerdo al perfil elaborado, determinaron que era un hombre bueno con sus hijas.

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Carmen Balfagón, abogada y criminóloga, argumentó que no tuvieron toda la información necesaria y que por eso fallaron en el estudio.

"Entono el 'mea culpa', yo soy la primera que cuando se nos preguntó si esta persona, del perfil que podíamos hacer, era capaz de hacer lo que parece ser que ha hecho, porque ya tenemos un cadáver, yo dije que no", explicó.

Muchos no creyeron que Gimeno sería el autor de la muerte de sus hijas. Balfagón recordó que no se puede olvidar que la mente humana es única como la huella dactilar.

SEGUNDO ERROR

Cuando Tomás no devolvió a la hora acordada a sus hijas, Beatriz, la madre de las niñas, puso la denuncia en el cuartel de la Guardia Civil la noche del 27 de abril.

Sin embargo, no tuvo respuesta inmediata de los funcionarios de seguridad porque solo se trataba, en ese momento, de una no entrega pautada. Al parecer es algo común en parejas separadas sin convenio de custodias. Ese fue el segundo error.

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María Gámez, directora general de la Guardia Civil, precisó que no había evidencias, indicios o conocimientos de que Gimeno planeaba la muerte de sus hijas. Al parecer, el hecho ya había ocurrido cuando Zimmermann alertó a las autoridades.

De hecho, estando en el cuartel, Tomás llamó a Beatriz, quien puso el móvil en altavoz y un agente le dijo que no se metiera en problemas. La madre de la niña se fue del lugar sin poder hacer una denuncia formal.

Más tarde, esa misma noche, una patrulla retuvo al parricida en el puerto. Lo amenazaron con una sanción por incumplir el toque de queda. Los patrulleros no sospecharon nada y en consecuencia no lo detuvieron.