La envían a casa con síntomas de embarazo "normal" y su bebé muere 7 minutos después de nacer
Una joven pareja describió su angustia al ver morir a su bebé en sus brazos. Los padres sostuvieron a su recién nacida durante siete minutos hasta que dejó de respirar.
Kayleigh Kavanagh se había instalado en su nuevo apartamento con su pareja, Peter Oakes, cuando recibieron la maravillosa noticia de que estaban esperando un bebé. La chica tiene 25 años y él tiene 22. Ambos son de Moreton, Wirral, Inglaterra.
El joven contó que todo iba marchando perfecto hasta que en la semana 15 de gestación ayudó a su pareja a meterse en la ducha. En ese momento ella comenzó a sangrar.
LES DIJERON QUE ERA NORMAL
La pareja se trasladó al hospital, pero la enviaron de vuelta a casa tras decirle que el sangrado podía ser normal durante el embarazo. Sin embargo, cuando la chica comenzó a expulsar enormes coágulos de sangre, ella y su novio supieron que algo andaba muy mal.
Peter declaró a Echo que fue un momento muy aterrador. Le mostraron los coágulos al personal hospital porque estaban muy preocupados. Sabían que lo que estaba pasando no era normal.
Después de que le hicieron una ecografía a la madre, se reveló que había roto fuente prematuramente. Esto se conoce como ruptura prematura de membranas antes del trabajo de parto.
La joven fue ingresada en el hospital donde pasó tres semanas en cama. También requirió transfusiones de sangre y hierro debido a la cantidad de sangre que perdía diariamente.
ESTABAN ATERRADOS
El joven padre indicó que los médicos no parecían demasiado preocupados al principio porque decían que el bebé estaba creciendo bien, pero él y Kayleigh estaban aterrados.
“Luego dijeron que sus pulmones no estaban creciendo, que significaba que no podría respirar cuando naciera y que podría tener una discapacidad grave con parálisis cerebral”, contó.
La ruptura prematura de membranas antes del trabajo de parto conlleva un mayor riesgo de infección y trabajo de parto temprano. A las 22 semanas de gestación, la madre descubrió que ya estaba en trabajo de parto.
Pies de un bebé recién nacido. | Foto: Shutterstock
UNA MUY CORTA VIDA
Peter dijo que su pequeña nació viva y, aunque todo parecía estar bien, notó que no se movía cuando la abrazó. Luego el joven se la dio a Kayleigh y la pequeña Dollie-Mae respiró por última vez en el pecho de su madre.
La bebé nació pesando 310 gramos. Solo vivió durante siete minutos. Los padres lograron obtener las huellas de los pies y manos de su bebita.
Con eso hicieron unos llaveros que les permiten tener un recuerdo de Dollie-Mae junto a ellos en todo momento. Peter dijo que hablar de su bebé les ha ayudado a él y a su pareja a superar el dolor.
“Mi papá me dijo que la mejor manera de superar el dolor era hablar de ella y compartir los recuerdos”, finalizó el afligido padre.
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