Mexicano pasa 21 años en prisión por asesinato, pero su presunta víctima resultó estar viva

Con apenas 22 años, la vida de este hombre cambió en forma radical al ser acusado de un crimen que jamás ocurrió. Hoy exige justicia para todos aquellos que, como él, están detenidos injustamente.

Hace 21 años, un grupo de agentes de la policía detuvo a Manuel Ramírez Valdovinos en forma violenta y arbitraria, sin una orden o una explicación. Seis años después, su familia tuvo pruebas de que el crimen era falso.

Pero se necesitó de huelgas de hambre y marchas de protesta para lograr su liberación. Hoy le resulta imposible retomar su vida y quiere dar a conocer su historia para obtener merecida justicia.

DETENCIÓN ARBITRARIA

Aquel aciago 26 de mayo de 2000, este maestro de música residente en Tepexpan, México, estaba feliz. Su hijo cumplía su primer mes de vida y al lado de su esposa Esther se preparaban para celebrarlo.

En medio de esa alegre fiesta llegó el grupo de policías, quienes en forma violenta amenazaron con armas a los asistentes. Golpearon y esposaron a Manuel, y lo trasladaron a una comisaría.

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Solo ahí supo que estaba acusado del homicidio de Manuel Martínez Elizalde, un joven a quien con frecuencia ayudaba económicamente. Manuel cuenta que fue sometido a torturas espantosas durante horas, en un intento de que confesara el crimen.

El joven músico recuerda haber visto al padre del supuesto difunto mientras le pedía a los funcionarios que lo dejaran en libertad porque “es hijo de mi compadre”. Ahí se enteró de que su detención era un encargo.

Presuntamente, ese mismo hombre cobró una fuerte suma de dinero por la póliza de seguro de su hijo, y habría acordado un pago a ciertos agentes de la policía. En 2003, Valdovinos fue encontrado culpable y condenado a 43 años en prisión.

En 2006, la familia logró averiguar que el presunto muerto estaba con vida en los Estados Unidos. A veces, Martínez Elizalde visitaba a su padre en la gran mansión que compró con el dinero del seguro.

Durante las décadas en que estuvo en prisión, Manuel no solo perdió su libertad y la mitad de su vida. Su esposa sufrió un aborto, luego de ser maltratada por los funcionarios antes de hacerle una visita.

“NO FUE UNA REINSERCIÓN”

A pesar de todo, Manuel seguía cumpliendo su sentencia. Fue necesario que personalidades como el activista Bryan LeBaron y el diputado Pedro César Carrizales hicieran una huelga de hambre para lograr la revisión de su caso.

A través de la Ley de Amnistía de México, finalmente fue liberado el pasado lunes 19 de julio. Su familia lo esperó con los brazos abiertos en la salida del penal de Almoloya de Juárez.

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Sin embargo, quedó con antecedentes penales, por lo cual no le será fácil encontrar trabajo: “Esto no fue una reinserción, fue una burla”, dice Valdovinos, según cita Clarín.

Ahora, Manuel siente que es el momento de perdonar para poder seguir con su vida, pero necesita contar su historia. Quiere lograr justicia para todos los que siguen viviendo la misma pesadilla que le tocó sufrir.