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Una mujer insultó a las niñas negras en el parque, sin saber que su madre estaba a su lado

Una madre contó la experiencia que vivieron ella y sus hijas en un parque cuando escuchó a otra mujer decir un comentario racista sobre sus pequeñas.

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Hace un tiempo, la familia de Nikki Van Winkle se mudó a un pequeño pueblo de Indiana, Estados Unidos. No conocían a nadie ahí. Antes vivían en una ciudad llamada New Albany. La madre y sus hijas birraciales crecieron en ese lugar.

Su hija mayor ya había experimentado la discriminación racial y el bullying en su primera escuela. Fue por eso que ella y su prometido decidieron mudarse con sus hijas a otro lugar. Más detalles abajo.

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VÍCTIMAS DE DISCRIMINACIÓN

El sistema escolar de esa ciudad había sido completamente indiferente al tratamiento que había recibido su pequeña. Cuando llegaron a su nueva ciudad la inscribieron en una nueva institución educativa.

Los padres vieron una gran diferencia desde entonces. La madre afirmó que el tiempo que llevaban viviendo en esa ciudad habían sido tratados con calidez.

Lamentablemente el prometido de la madre falleció y todo lo que habían construido juntos se había derrumbado. Nikki se encontró luchando con sus hijas para llegar a fin de mes.

Después de meses de lucha, la mujer logro convertirse en trabajadora independiente como un medio para pagar el alquiler y comprar alimentos.

Lentamente, la madre y sus hijas comenzaron a ver algo de luz al final del túnel y pudieron salir a disfrutar un poco de la vida. “Nuestra segunda salida fue un viaje al único parque que tiene esta ciudad”, contó Nikki a Love What Matters.

La madre contó que ese día los estacionamientos estaban llenos de diferentes personas sentadas en sus autos. La mayoría eran parejas. En el patio de recreo estaban sus hijas y otra niña.

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“Soy blanca y mis hijas son birraciales y nunca hemos tenido un problema con nadie en esta ciudad”, agregó. Nikki dijo no pensó en nada de eso cuando la otra niña se acercó a sus hijas para invitarlas a jugar.

Desde un banco cercano, la madre podía monitorear el área de juego donde se encontraban sus hijas. Después de 20 minutos, vio a una mujer blanca acercarse a las niñas.

La vio alejar a su hija del lugar hasta el final del patio de recreo. Entonces se detuvo para decirle algo. Luego, la pequeña volvió al estacionamiento y regresó a jugar con sus hijas.

LA REACCIÓN DE LA MADRE

La mujer también regresó al lugar. Según Nikki, parecía frustrada y luego logró escuchar que le prohibió a su hija jugar con sus niñas debido a su raza. La madre contó que sus pequeñas escucharon lo que dijo la mujer. "No te quiero con esas niñas negras", le susurró a la niña.

Quería decir algo, pero no quería dañar a sus hijas ni a la otra niña que era completamente inocente. La mujer regresó nuevamente y en ese momento la madre reaccionó.

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Se levantó del banco donde estaba sentada y se acercó a saludar a la otra madre. La mujer le devolvió el saludo y le dijo que tenía que impedir que su hija jugara con las niñas de color.

Nikki le preguntó a qué se refería. La mujer la miró como si hubiera notado que había cometido un error en la selección de palabras. Luego dijo que no las conocía.

“No conoces a nadie en un parque, no es a eso a lo que te referías”, le reclamó la madre de las pequeñas. Luego le dijo que debía sentirse avergonzada por interferir con el inocente juego de las niñas.

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CONSCIENTES DE LA DISCRIMINACIÓN

Al rato, cuando Nikki y sus niñas decidieron volver a casa, su hija mayor le agradeció por interceder por ellas. “Vamos a ser amigas, pero ella dijo que no podemos decírselo a su mamá”, le dijo la pequeña.

La madre sintió que su corazón se rompió al ver que sus hijas ahora son conscientes de la discriminación. También resaltó que aún falta mucho trabajo por hacer respecto a la tolerancia y la aceptación.

Considera que todos estamos aquí para aprender a amarnos los unos a los otros y ayudarnos a encontrar nuestro camino en la vida.

Nikki contó algo positivo sobre su historia. Ella y sus hijas se encontraron con la madre de la niña al siguiente día en la tienda de comestibles y las saludó.

Piensa que probablemente no ha cambiado sus puntos de vista. Sin embargo, contó que al menos aprendió a mostrar respeto en público y a guardarse la discriminación para sí misma.

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