Hija no cuelga la llamada tras hablar con su padre, y él sigue escuchando - Historia del día
Un padre escuchó más de lo que esperaba después de que su hija se olvidó de colgar su teléfono, y aprendió una importante lección.
Manuel era el padre más orgulloso del mundo cuando su hija, Katty, fue aceptada en la mejor universidad de su ciudad. Él y su esposa, Amanda, habían trabajado incansablemente toda su vida y habían apoyado sus sueños en cada paso del camino.
Pero al igual que muchos adultos jóvenes, la universitaria se alejó de sus padres cuando comenzó sus estudios superiores. Sucede a menudo porque las clases y la vida se interponen en el camino. Además, Manuel siempre tenía mucho trabajo.
Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels
Se acercaba el invierno y el afectuoso padre quería saber sobre su hija. Decidió llamarla una noche a pesar de que Katty casi siempre estaba estudiando.
"Lo siento, papá. Pero las clases me están volviendo loca. Tengo que seguir estudiando, no puedo bajar el ritmo o podría reprobar”, dijo la chica antes de finalizar la breve llamada.
Su padre le deseó buenas noches y también regresó con sus ocupaciones laborales. Recordó lo difícil que había sido para él y comprendió que en el presente hay que ser mucho más competitivo para tener éxito.
Cuando los exámenes finales estaban por llegar, Manuel quería hablar con su hija y desearle mucha suerte. Katty estaba bajo mucha presión
Se acercaban sus primeras finales y Manuel esperaba poder hablar con ella antes de que le subiera mucho más el estrés. Era su única hija y solo quería mimarla.
Por eso decidió posponer sus reuniones de la tarde un día en el trabajo y dedicó ese tiempo libre a llamarla. Incluso hizo que su secretaria retuviera todas las comunicaciones para que nada pudiera interrumpirlos.
“¡Hola Katty! ¿Cómo estás?", preguntó su papá. “Oh, hola, papá. Estoy bien. Un poco agitada en este momento porque los exámenes están demasiado cerca y ya hay mucho que leer", le dijo la universitaria.
"Lo sé, querida. Pero eres la estudiante más inteligente de esa escuela. Puedes superarlos a todos”, alentó Manuel.
Sin embargo, la chica respondió que no estaba segura de eso, pues había muchos genios en su escuela. De hecho, en ocasiones ha pensado que no pertenece a ese lugar.
"No digas eso hija. Siempre has sido un gran estudiante y recuerda que las calificaciones no lo son todo. Hazlo lo mejor que puedas”, dijo el orgulloso padre.
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Luego de las palabras de aliento de Manuel, Katty le dijo a su papá que tenía que colgar. Le comentó que terminaría de tomarse un café con un amigo para regresar a estudiar a la biblioteca.
A Manuel no le quedó más opción que aceptar terminar la llamada. Le pidió a Katty que recordara llamarlo pronto. Ella solo le dijo que ok y se despidió.
Manuel puso el teléfono en el escritorio, pero notó que aún podía escuchar una voz. Parecía que Katty no había colgado bien la llamada y alcanzó a escuchar algo que nunca pensó oír de su hija.
"Simplemente no lo soporto", dijo Katty. Su padre no podía creerlo. La charla con la otra persona continuó. El acompañante le dijo a la universitaria que estaba siendo un poco dura. Le pidió que entendiera que era un hombre mayor.
Katty expresó: "No tiene nada que ver con ser viejo. Es tan condescendiente con todo. Estoy tan cansada de él. Espero no volver a verlo nunca más".
Manuel finalmente colgó porque no podía soportar escuchar más. No podía creer que después de muchos años de cuidar y amar a su hija, ella estuviera hablando de él de esta manera. Había estado para ella en todos los momentos importantes de su vida.
¿Cómo podía odiarlo tanto? No tenía sentido. Pero fue un golpe tan devastador que Manuel decidió dejar el trabajo temprano ese día.
Al llegar a casa su esposa le preguntó por qué había regresado tan temprano. Él no quiso decirle la verdad y solo le respondió que tenía malestar estomacal. Luego se fue a su habitación a descansar.
En los siguientes días, el desolado padre casi no habló con nadie. Iba a trabajar y volvía a casa con muy bajo ánimo. Para él nada tenía sentido. Cuando su esposa se cansó de su depresión, le preguntó qué le estaba pasando.
Manuel simplemente le dijo que no se sentía muy bien, pero que nada malo estaba pasando. Amanda sabía que su marido le ocultaba algo y le dijo que necesitaba saber qué era lo que lo afectaba.
Finalmente le contó sobre la conversación de Katty con su amigo y su mujer le dijo que no debió haber espiado la conversación de su hija.
Amanda le planteó la posibilidad de que se refiriera a otra persona y Manuel le comentó que no era posible, pues acababa de terminar de hablar con ella. Dijo casi llorando que Katty se refería a él.
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"Oh cariño. Cálmate. Tiene que haber una explicación. Tu hija nunca te ha odiado. ¿Estás olvidando lo mucho que ella siempre quiso estar cerca de ti? Definitivamente eras su favorito en esta casa”, manifestó la esposa de Manuel.
El hombre consideró las palabras de su esposa, y ciertamente parecía que a Katty le encantaba estar cerca de él más que a su madre. Entonces, tomó una decisión. "Ok, toma las llaves. ¡Ahora vamos a su escuela!".
Al llegar al campus llamaron a su hija y le pidieron que se reuniera con ellos en el café. Estaba sorprendida, pero sonaba emocionada por teléfono. Sin embargo, se veía realmente cansada cuando llegó.
"¡Cariño! ¿Cómo estás?", le dijo Amanda mientras se levantaba para abrazar a Katty. "Estoy genial", respondió la universitaria, quien acotó que las clases y los exámenes eran una locura y no dormía bien.
Mientras llegaban sus bebidas, la madre de la joven le dijo que su padre había escuchado su conversación con su amigo la última vez que hablaron.
Ella se mostró confundida. No sabía a qué conversación se refería su madre. La mujer le contó a su hija todo lo ocurrido y al terminar de decirle lo que su papá escuchó y sintió, comenzó a reírse histéricamente.
A su padre no le pareció graciosa su risa y le dijo que no le daba ningún gusto que su única hija le dijera a sus amigos que no quería ver nunca más a su papá.
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"¡No estaba hablando de ti! Llamaste e interrumpiste una conversación sobre uno de mis profesores. Cuando pensé que había colgado, seguí hablando de él”, respondió Katty.
Con tono de sorpresa, Manuel le preguntó si realmente no se trataba de él y Katty le ratificó que no. “¿Estás loco? Eres mi padre. ¡Te quiero mucho a ti ya mamá!”, respondió.
Así, los tres se abrazaron y se rieron de este incidente. Mientras tanto, Manuel nunca volvió a escuchar a escondidas a su hija.
¿Qué podemos aprender de esta historia?
- Los que escuchan a escondidas nunca oyen bien lo que dicen de sí mismos: Ese es un proverbio famoso y es popular por una razón. Pero, afortunadamente, Katty no estaba hablando de su padre.
- Aclara los malentendidos antes de que sea demasiado tarde: El padre de la joven se deprimió durante varios días antes de intentar aclarar las cosas con Katty. Esta confusión podría haber llevado a un conflicto más profundo dentro de su familia.
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Este relato está inspirado en la vida cotidiana de nuestros lectores y ha sido escrito por un redactor profesional. Cualquier parecido con nombres o ubicaciones reales es pura coincidencia. Todas las imágenes mostradas son exclusivamente de carácter ilustrativo. Comparte tu historia con nosotros, podría cambiar la vida de alguien. Si deseas compartir tu historia, envíala a info@amomama.com.