Pasó dos años en hospital psiquiátrico porque los policías lo confundieron con un criminal
El caso de este hombre es digno de cualquier película de las que podemos ver en el cine. Durante más de dos años luchó por demostrar su verdadera identidad.
El verano de 2019, Joshua Spriestersbach se encontraba vagando en las calles de Hawái sin un domicilio o un empleo. Mientras hacía una larga cola para obtener una ración de comida, se quedó dormido.
A partir de ahí comenzó la peor de sus pesadillas, una donde era confundido por un delincuente que habría violado su libertad condicional. Así fue su dramática historia.
Indigente durmiendo en la calle. | Foto: Shutterstock.
ESE NO SOY YO
Joshua llegó a Hawái en 2003 con su hermana Vedanta, pero comenzó a tener algunos problemas y ella le perdió el rastro muy pronto. Empezó a deambular por las calles.
Ese día, cuando la policía lo despertó mientras dormía en la calle, pensó que el problema era que había violado alguna ley por estar ahí. Pero enseguida se percató de que los agentes pensaban que su nombre era Thomas Castleberry.
Según supo, ese tal Castleberry había violado su libertad condicional por un caso de drogas y sobre él pesaba una orden de arresto. De inmediato, Joshua aclaró que él no era esa persona.
Sus protestas no solo fueron ignoradas, sino que los agentes la interpretaron como una señal de problemas mentales, por lo que fue internado en el Hospital Estatal de Hawái.
Nadie se ocupó en revisar sus huellas digitales, o de comparar su imagen con la de Thomas, tal y como si los hechos hubiesen ocurrido a principios del siglo pasado.
Durante los siguientes dos años y ocho meses estuvo institucionalizado, y los médicos le dieron todo tipo de medicamentos para su supuesto problema mental.
UN MÉDICO DIFERENTE
Uno de los psiquiatras que lo atendía en el hospital, escuchó con atención a Joshua y decidió hacer una pequeña investigación. Una búsqueda en Google le demostró que ese hombre no era Castleberry.
También descubrió que el verdadero Thomas había estado encarcelado en una instalación correccional de Spring Creek en Seward, Alaska desde 2016.
Con esos datos, el médico contactó a un detective, quien hizo el trabajo policial que debió hacerse inicialmente: tomó las huellas digitales de Spriestersbach y sin lugar a dudas determinó su identidad.
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Sin admitir su error, se limitaron a liberar en forma secreta a Joshua sin una disculpa o explicación y con 50 centavos en su cuenta bancaria.
'Hawaii Innocence Project' tomó su caso y está solicitando a un juez que anule el arresto y corrija los registros de Spriestersbach. Por ahora, él está con su hermana, intentando superar lo ocurrido.