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Mano de mujer. | Foto: Shutterstock
Mano de mujer. | Foto: Shutterstock

Mi esposo me hizo elegir entre él y mi madre paralizada - Historia del día

Susana Nunez
10 ago 2021
14:30

Un día, mi esposo me pidió que eligiera entre él y mi madre paralizada porque estaba cansado de que le dedicara todo mi tiempo a ella. Fue muy difícil para mí, pero tomé una decisión.

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Cuando mi hermano menor Kevin y yo éramos pequeños, mi madre solía tener varios trabajos a la vez para que no nos faltara nada. Además, por muy cansada que estuviese después del trabajo, siempre encontraba tiempo para nosotros.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Incluso después de que Kevin y yo crecimos y nos mudamos, ella siguió trabajando porque no quería ser una carga para sus hijos. Le pedí varias veces que se quedara conmigo y con mi esposo, Jorge, pero siempre se negaba, alegando que estaba contenta con su trabajo y que no quería dejarlo.

Pero, lamentablemente, un día recibí una llamada: me informaron que mi mamá había sido ingresada en el hospital. Corrí solo para encontrarla cubierta con vendajes.

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Mi mamá iba camino a casa del trabajo cuando tuvo un accidente. El médico me informó que había perdido la sensibilidad en brazos y piernas debido a sus lesiones.

No obstante, incluso después de haber pasado por tanto, mi mamá seguía insistiendo en quedarse sola en el hospital. Dijo que sería una carga para Jorge y para mí si se quedaba con nosotros. Esta vez no la escuché. Fui inflexible con mi decisión y la llevé a casa.

Unos días después, llamé a Kevin y le pedí que viniera a ver a mamá. Mi hermano se negó rotundamente, alegando que estaba demasiado ocupado con el trabajo y que no tenía tiempo para ella.

Podía escuchar música en el fondo mientras hablaba con él, y estaba segura de que Kevin mentía. No quise discutir: ¿para qué insistirle a alguien así?

Sí, estuve furiosa con él durante algún tiempo, pero no tardé en calmarme. Sabía que cuidaría de mi mamá incluso si nadie me ayudaba. Además, también había pensado que Jorge estaría ahí para nosotras y me ayudaría siempre. Lamentablemente, estaba muy equivocada.

Después de que mamá comenzó a vivir en nuestra casa, noté que Jorge a menudo estaba irritable. Difícilmente cumplía con su parte de las tareas del hogar, y cuando mamá le preguntaba algo, él simplemente fingía que no escuchaba y se alejaba. Siempre que le pedía ayuda, me atacaba.

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Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Me estaba cansando de ese comportamiento, así que un día decidí confrontarlo. Me acerqué y le pregunté: "¿Qué pasa, Jorge? ¡Has estado imposible estos días! Mira, si estás abrumado por el trabajo en la oficina, puedo entenderlo, y si esa no es la razón, ¡tienes que decirme qué te molesta!".

Jorge me lanzó una mirada fulminante. “¿En serio, Isabel? ¿Tienes las agallas para escuchar la verdad?".

"¡Sí, necesito saber la razón detrás de tu comportamiento!", dije con severidad. "Además, he notado que cada vez que mamá te pide algo, la ignoras, ¡y eso me irrita!".

"¡Bien! Si estás realmente desesperada por saber la razón, acabemos con esto”, dijo Jorge después de hacer una pausa. "La razón por la que a menudo estoy irritado estos días son tú y tu mamá. Quiero decir, ¿cuánto tiempo se va a quedar aquí? Siempre es ella quien recibe toda la atención. ¿Cuándo fue la última vez que pasamos un buen rato juntos, Isabel?

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Quedé desconcertada. "Jorge, ella está enferma y necesita nuestra ayuda", le dije.

"¿Ayuda? ¿En serio? ¿Eso es todo lo que te importa?”, respondió él con severidad. "¿Qué hay de mí? ¿Y mis deseos? Mira a mis amigos. Con frecuencia se van de vacaciones y pasan tiempo de calidad con sus esposas, ¡mientras yo estoy atrapado con tu vieja y enferma madre!".

Quedé atónita. "¡No puedo creer que estés diciendo esto, Jorge! Si hubiera sabido que eras tan mezquino y egocéntrico, nunca me hubiera casado contigo. De todos modos, me importa poco lo que pienses. ¡No voy a dejar de apoyar a mi madre! ¡Cuidaré de ella pase lo que pase!".

"De acuerdo. Si eres tan inflexible e insistes en quedarte con esa vieja, ¡me haré a un lado!”, gritó Jorge. “¡Toma una decisión ahora mismo! ¿Tu mamá o yo?”.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

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"¿Estás loco?", lo miré con fiereza. "No me digas que..."

"¡Sí, Isabel, así es! ¡Si eliges a tu mamá, me divorcio de ti!”, me dijo.

Seré honesta, esa fue la primera vez en mi vida que me arrepentí de haberme casado con Jorge. ¡No podía creer que me pidiera que tomara esa decisión! De todos modos, elegí a mi madre. Él no esperaba que lo hiciera, y mientras me iba, seguía gritando que me arrepentiría, pero no me volví para mirarlo ni una sola vez.

Me mudé a la casa de mi madre junto a ella. Inicialmente, tuvimos problemas con el dinero, porque ella no podía trabajar y yo no podía conseguir ningún trabajo bien remunerado. Después de todo, no tenía experiencia laboral.

Todo el mundo pensaba que estaba loca por haber dejado a Jorge por mi madre y soportar tantas dificultades. Incluso me sugirieron que enviara a mi mamá a un asilo de ancianos. Pero no los escuché. Mi mamá hizo todo por mí. Así que ahora era mi turno de ayudarla.

Afortunadamente, a medida que pasaba el tiempo, pude encontrar un buen trabajo y ganar suficiente dinero para llevar a mi madre a uno de los mejores médicos de la ciudad. Finalmente, mamá mejoró y comenzó a caminar de nuevo.

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La vida de Jorge, por otro lado, se volvió más miserable. Un día apareció en la puerta de mi casa pidiendo ayuda.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Me dijo que había perdido su empleo porque no estaba acostumbrado a administrar el trabajo del hogar y el de la oficina. También dijo que incluso después de conseguir otro empleo, seguía cometiendo errores porque no podía concentrarse y lo habían despedido nuevamente. Estaba tan ahogado en préstamos y cuotas que terminó perdiendo la casa y vivía en la calle.

Me suplicó que lo aceptara y le permitiera vivir con mi madre. Pero le cerré la puerta en la cara y le advertí que no volviera a aparecer.

Me alegra que obtuviera lo que se merecía.

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¿Qué podemos aprender de esta historia?

  • Si haces mal a los demás, el karma tocará tu puerta tarde o temprano.
  • Nunca dejes a tus padres por nadie, recuerda que ellos estuvieron ahí para ti cuando los necesitabas.
  • La vida es un círculo. Cosechas lo que siembras.

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Este relato está inspirado en la vida cotidiana de nuestros lectores y ha sido escrito por un redactor profesional. Cualquier parecido con nombres o ubicaciones reales es pura coincidencia. Todas las imágenes mostradas son exclusivamente de carácter ilustrativo. Comparte tu historia con nosotros, podría cambiar la vida de alguien. Si deseas compartir tu historia, envíala a info@amomama.com.

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