Mujer tiene que poner cerraduras en la nevera para evitar que su gato de 12 kg robe comida
La obesidad es un grave problema para la salud de los animales domésticos cuya solución suele estar en manos de los dueños. Pero este gatito es un caso excepcional.
El día que Charlie, la hija de Sara Matthews, conoció a Keith, el flechazo mutuo fue inmediato. Él era un gatito algo desnutrido que vivía en un refugio tras ser rescatado.
Siete años después sigue siendo el mejor amigo de la niña, pero el peso del felino ha aumentado en forma francamente alarmante. Nadie puede impedir que se robe la comida.
SORPRESA PERFECTA
Sara trabajaba como voluntaria en un centro de rescate cuando este gatito blanco con graciosas manchas negras llegó al lugar. Tenía importantes problemas gastrointestinales, y su delgadez era significativa.
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A pesar de ser un gato de gran tamaño, su peso no alcanzaba los 5 kilos. Debido a sus problemas digestivos, el veterinario le indicó una dieta especial y desde el principio, se vio que Keith no estaba dispuesto a respetarla.
Era un escapista habilidoso y no había jaula que se le resistiera. Una vez fuera, se comía el alimento del resto de los animalitos rescatados, lo que dificultaba su recuperación.
La hija de Sara es autista, y tan pronto vio al gato estableció una increíble conexión con él. Su madre decidió adoptarlo y dárselo en su cumpleaños número 10.
“Charlie se enamoró de él de inmediato, así que lo adopté para ella como regalo sorpresa de cumpleaños”, comentó Sara, según recoge Metro.
GORDO SALUDABLE
Pero el apetito del gato no hizo sino aumentar desde que llegó a su nuevo hogar. No solo descubrió como abrir todos los depósitos de comida de la casa, sino que salía y revisaba la basura de los vecinos.
Ese tipo de alimentos solo empeoraron sus problemas digestivos, por lo que los médicos veterinarios le indicaron solo productos veterinarios especiales. Para evitar comiera la comida de los otros, compraron comederos con chip.
Ese fue un gasto totalmente inútil, Keith descubrió cuatro formas distintas de sacar comida de comederos ajenos con sus garras. También abre la nevera porque ama los vegetales verdes, y fue necesario instalar cerraduras, para que no se quedara atrapado.
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Y contrario a lo esperado, este enorme gato es el más activo de la manada. Le encanta jugar con Charlie, saltar por los muebles y subir a donde quiera. “Es un gato muy feliz”, dice Sara.
Cuando superó los 12 kilos, le hicieron todo tipo de costosos exámenes médicos que incluían diabetes, tiroides y Cushing y todos resultaron negativos. En esencia, Keith es un gordo muy saludable.