A los 9, el príncipe Philip vio a su madre ir a un psiquiátrico y a su padre huir con una amante
La madre del príncipe Philip fue enviada a una clínica psiquiátrica por la fuerza y su esposo, padre del que sería duque de Edimburgo, se marchó con una amante. Dicha otra mujer era hija de un maquinista de tren y nieta de una prostituta parisina.
El príncipe Philip tuvo una infancia compleja. Cuando era un niño, fue separado de su madre, la princesa Alice, y no volvió a verla por cinco años. Su padre, el príncipe Andrew, lo abandonó tras cerrar la casa familiar y marcharse con una amante que fue acusada de dilapidar su fortuna.
Príncipe Philip en 2003. | Foto: Getty Images
A la muerte de Andrew, su hijo Philip solo heredó deudas, una navaja de afeitar y un anillo de sello. Pese a eso, el príncipe Philip llegaría a convertirse en el esposo de la mismísima reina Elizabeth. En AmoMama te contamos los detalles.
LA SALUD MENTAL DE LA PRINCESA ALICE
El príncipe Philip es hijo de la princesa Alice, quien a su vez era hermana del Conde Mountbatten y el Príncipe Andrew de Grecia, hijo del Rey George de Grecia.
Además de Philip, Andrew y Alice tuvieron cuatro hijas. Nada de esto pesó cuando Andrew los dejó por su amante, Andrée. Su partida se dio después de que Alice fuera enviada a un sanatorio en Suiza para ser tratada por discípulos de Sigmund Freud.
Ella había nacido hipoacúsica, y su salud mental llevaba años de deterioro. Su internación fue decidida después de que empezó a afirmar que conversaba con Cristo y con Buda.
En 1930, sufrió un colapso nervioso y le diagnosticaron esquizofrenia paranoide. Freud sugirió que sus raptos religiosos podían deberse a un impulso sexual hiperactivo, y recomendó estudiar sus ovarios.
Príncipe Andrew y princesa Alice, padres del duque de Edimburgo. | Foto: Getty Images
Después de su internación, Philip no volvió a verla por los siguientes cinco años. Andrew, por su parte, volvió a verla recién en 1938, en el funeral de su hija Cecilie que falleció en un accidente de aviación.
Cuando Alice fue institucionalizada, su familia habitaba una casa prestada, en un suburbio de París. Casi inmediatamente después de su partida, Andrew cerró la vivienda y se marchó al sur de Francia. Atrás quedaban Philip y sus hermanas.
Andrew venía de una carrera militar muy poco brillante, y se lo acusaba de errores que costaron muchas vidas. Y para el momento de la internación de Alice, ya había conocido a Andrée.
LA VIDA TRAS LA HUIDA
Hay que decir también que la vida del príncipe Andrew no fue nada fácil. Vivió en Grecia muchos años, hasta que su cuñado el rey Constantino I de Grecia fue obligado a abdicar. El golpe de estado estaba liderado por militares que culparon a Andrew de haber perdido la batalla contra los turcos.
Como resultado de esto, Andrew fue juzgado por una corte marcial, y cuando se sospechó que su vida peligraba escapó junto a su familia en un buque inglés, el HMS Calypso.
Corría el año 1922, y los eventos afectaron profundamente a Andrew. Al momento de conocer a Andrée, ella ya era una celebridad, no solo por su talento como actriz sino por su belleza.
Princesa Alice, madre de Philip. | Foto: Getty Images
Para Andrew, que no era particularmente atractivo y se encontraba en una situación desfavorable, ella era una chica trofeo. Por su parte, ella asumió esa posición sin problemas, porque lo veía como una forma de cumplir sus ambiciones.
Tras mudarse con ella, él no volvió a trabajar jamás. Su última acción que podría considerarse trabajo fue la escritura de un libro en 1930, en el que esperaba justificar su accionar.
Tras esto, se dedicó a disfrutar del sol de la Riviera, en compañía de Andrée. Él contaba con el favor de amigos de mucho dinero, y ella se dedicaba mayormente a gastar su dinero.
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Entre los patrocinadores de Andrew estaba un hombre de mucho dinero llamado Gilbert Beale. Este señor era un empresario que podía pagar una vida de lujos.
Beale mantuvo a Andrew y Andrée como invitados permanentes en sus yates, y los colmó de atenciones para facilitarles un lujoso estilo de vida.
PHILIP LO QUERÍA PESE A TODO
Pese a sus elecciones polémicas, Andrew siempre fue muy querido por el príncipe Philip. Según un biógrafo, el amor del duque de Edimburgo por su padre siempre fue grande y genuino.
Philip y Elizabeth en sus bodas de diamante, 2007. | Foto: Getty Images
Aunque le tocó pasar buena parte de su infancia en casa de distintos parientes, Philip siempre anhelaba sus escasos encuentros con su padre. Andrée se comportaba como una madrastra cariñosa, y siempre lo recibía con efusividad.
Pese a haber tenido una carrera actoral muy lucrativa, Andrée nunca dejó de echar mano de los fondos del príncipe. Para sentirse a la par de su pareja, pasó a hacerse llamar Condesa Andrée de la Bigne.
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El nombre estaba inspirado en su abuela, Valtesse Delabigne, una célebre cortesana. Hizo uso de un poco de quijotesca imaginación para enaltecer su humilde origen.
Andrew falleció apaciblemente el 3 de diciembre de 1944, de un infarto. Se dio mientras dormía, al regreso de una fiesta en Marsella. Hacía cinco años que no veía a Philip.
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