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Taxi en movimiento. | Foto: Shutterstock
Taxi en movimiento. | Foto: Shutterstock

Mujer vestida de novia se sube llorando al taxi y grita: "Conduzca rápido y no se detenga" - Historia del día

Vanessa Guzmán
08 oct 2021
12:40

Una joven descubre la más amarga de las traiciones el día de su boda, sin imaginar nunca cómo cambiaría su vida.

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Susy Lujan era la chica más afortunada, todo el mundo siempre lo decía. Nació hermosa, brillante, con muy buen corazón y además millonaria. Sus padres son de los más adinerados de su ciudad.

La joven era amada y admirada por algunos, y profundamente envidiada por muchos otros. Pero esa mañana no había nadie en todo su estado que quisiera estar en sus zapatos de satén nacarado.

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

Susy arrancó los metros de delicado encaje de su velo de novia mientras bajaba corriendo los escalones de la catedral y gritó: "¡Taxi!".

Se subió la falda larga de satén hasta las rodillas y saltó imprudentemente al medio de la calle, arrojando su ramo descuidadamente por encima del hombro. Luego se llevó los dedos a los labios y dejó escapar un silbido ensordecedor.

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Segundos más tarde, un taxi amarillo se detuvo frente a ella. Abrió la puerta trasera, saltó adentro y gritó: "'¡Por favor, conduzca rápido y no se detenga, pase lo que pase!".

El conductor estaba acostumbrado a algunas locuras, después de todo, de eso se trataba conducir un taxi. Pero estaba seguro de que esto era lo más extraño que le había pasado en su vida.

Sin embargo, obedeció a su nueva pasajera, pisó con fuerza el acelerador. En cuestión de minutos, la enorme e imponente catedral no era más que una mancha que se alejaba rápidamente en su espejo retrovisor.

David Calderón redujo la velocidad a un paso más sensato. Miró a su pasajera que ahora estaba hiperventilando con su vestido de novia. También se estaba secando con sus guantes las lágrimas manchadas de maquillaje.

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Unsplash

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Unsplash

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"¿A dónde quiere ir, señora?", preguntó gentilmente el conductor.

Susy ahogó un sollozo. "¡A cualquier lugar! Uno donde nadie me conozca", dijo.

David negó con la cabeza. "Necesito una dirección. ¿Dónde vives?".

"No", gritó Susy. "¡Nunca podré volver allí! ¡Jamás!".

"No debe ser tan malo", le dijo David con suavidad. Condujo hasta un parque cercano y detuvo el taxi. Se dio la vuelta en su asiento y le dijo a Susy: "¿Por qué no me dice qué pasa y tal vez yo pueda ayudarle?".

Susy inhaló. "Eres un taxista, ¿qué puedes hacer?", respondió.

David sonrió. "Le haré saber que los taxistas son como los camareros, escuchamos las historias más increíbles; además, soy abogado", reveló. "Casi un abogado, estoy esperando los resultados de mis exámenes para titularme".

Susy se sintió reconfortada por la amable voz y la amable sonrisa de David. "Este", dijo, "se suponía que iba a ser el día más feliz de mi vida. Me iba a casar con Ronald y viviría feliz para siempre".

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Imagen con fines ilustrativos | Foto: Unsplash

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"¿Ronald?", preguntó David. "¿Es el novio?".

"Sí. Trabaja para papá, y lo conozco desde hace años. Pensé que me amaba”. Susy negó con la cabeza para evitar un nuevo torrente de lágrimas. "Te estoy diciendo todo esto mal. No es así como empezó".

"Comenzó cuando mi mejor amiga, Lisa y yo, teníamos 12 años. Planeábamos nuestras bodas con los hombres más guapos del mundo, con los vestidos de novia más hermosos, aquí mismo en la catedral".

“Entonces planeamos que cuando una de nosotras se casara primero, la otra esperaría hasta que el sacerdote dijera 'habla ahora o calla para siempre'. En ese momento se levantaría y gritaría: '¡Me opongo!' como Shrek, ¿sabes? ¿Y realmente sorprender a los invitados?".

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David sonrió y asintió. "Eso suena divertido a los 12, tal vez no tan divertido a los 25".

Susy asintió. "Entonces, estaba parada allí mirando a Ronald, y el sacerdote dijo: 'Si alguien puede demostrar una causa justa para que no estén legalmente casados, hable ahora o calla para siempre', y luego escuché la voz de Lisa diciendo 'me opongo' y comencé a reír".

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Shutterstock

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"¡No pude evitarlo! Me di la vuelta y allí estaba Lisa con su vestido de dama de honor, luciendo sombría y espantosa, tal como lo habíamos imaginado cuando éramos niñas. Pero resultó que no estaba bromeando en absoluto".

"Lisa me miró a los ojos y dijo: 'Estoy embarazada, Susy, y el bebé es de Ronald. Solo se va a casar contigo por el dinero de tu papá'. Me reí, ¿puedes creerlo? Incluso me volví hacia mi novio para compartir la broma".

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"Le dije: 'Lo siento mi amor, ¡Lisa y yo hemos estado planeando esto desde que teníamos 12 años!' y luego vi su cara y supe que todo era cierto. Estaba negando con la cabeza y abriendo y cerrando la boca como un pez. No puedo imaginar por qué pensé que era un buen hombre".

David suspiró. "El amor te ciega, ¿sabes? Yo también cometí ese error".

Susy miró los compasivos ojos castaños de David. "¿Tú también?". Se sintió extrañamente reconfortada. "No puedo volver atrás, no puedo casarme con él. No puedo enfrentar a mis amigos y mi familia nunca más. Estoy tan avergonzada".

David dijo con firmeza: "¡No tienes nada de que avergonzarte! ¡Ellos son los que deberían estarlo!".

"Seré el hazmerreír", susurró Susy.

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Shutterstock

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"¡No!", precisó David mientras tomaba su mano. "Eres demasiado adorable para que te sientas así. La gente se sorprenderá, pero pronto lo olvidarán. Algo más vendrá y esto será una noticia vieja".

"¡No, no lo harán!", gritó Susy amargamente. "¡Lo filmaron todo!".

"Bueno", indicó David, en un estallido de inspiración. "¿Qué tal si sales a cenar con tu vestido de novia en el restaurante más famoso con el taxista más guapo de la ciudad?".

"Todos pensarán que te escapaste conmigo, no que te escapaste de ellos", comentó el conductor sonriendo. Susy se echó a reír y expresó: “¡Sí, eso sería un cambio radical para los chismes!”.

Empezó a sentirse mejor. También notó que David realmente era muy guapo y tenía una bella sonrisa. "¿Qué tal si me llevas a casa", sugirió, "y cenamos mañana en la noche cuando mis ojos no están tan hinchados y mi nariz no está goteando?". David sonrió y estuvo de acuerdo.

Esa noche, Susy se sentó a hablar con sus padres y se sintió mucho mejor de lo que había imaginado dadas las circunstancias. A la mañana siguiente, se sorprendió al encontrar a Ronald lloriqueando en su puerta.

"Por favor, Susy", sollozó. "¡No pude dormir en toda la noche! Me di cuenta de que realmente te amo".

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Imagen con fines ilustrativos | Foto: Shutterstock

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"Lástima", dijo Susy cruelmente antes de cerrar la puerta en su cara. Decidió despachar a Ronald, mientras que Lisa era otro tema pendiente.

Eran amigas desde que tenían cuatro años. Amaba a Lisa y sabía que su amiga tendría dificultades financieras. Susy tenía claro que Ronald no estaría allí para ella.

Los padres de Lisa habían fallecido, ella no tenía a nadie ni dinero. Así que Susy fue al estudio de su padre y tuvo una larga conversación con él. Más tarde ese mismo día, llamó a la puerta de Lisa.

Cuando Lisa abrió, Susy vio amanecer la esperanza en los ojos de su ex mejor amiga. "Susy", jadeó, "Por favor..."

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La novia fugitiva le entregó a Lisa el cheque de 100.000 dólares que su padre le había dado a regañadientes. "Esto es para que puedas tener a tu bebé de manera segura", dijo en voz baja. Lisa suspiró y dio un paso adelante para abrazar a su amiga.

Pero Susy negó con la cabeza. "Por favor, no lo hagas. Quiero que estés a salvo, pero ahora sé que nunca fuiste mi amiga", dijo. "Estoy haciendo esto por el amor que te tuve durante todos esos años, pero no queda nada. La tuya fue la mayor traición, se suponía que eras mi amiga".

Susy le dio la espalda y se alejó. Esa noche, se reunió con David para tomar un helado y hablaron hasta el amanecer. Tenía la sensación de que había comenzado un nuevo capítulo en su vida y que tal vez, solo tal vez, había encontrado a su verdadero amor.

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Shutterstock

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¿Qué podemos aprender de esta historia?

  • A veces, las personas que amamos son las que más pueden lastimarnos: Susy nunca imaginó que su mejor amiga y su prometido podrían romperle el corazón.
  • La envidia, los celos y la codicia siempre conducen a la desgracia: Lisa y Ronald traicionaron a Susy y terminaron sin nada ni nadie.

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Este relato está inspirado en la vida cotidiana de nuestros lectores y ha sido escrito por un redactor profesional. Cualquier parecido con nombres o ubicaciones reales es pura coincidencia. Todas las imágenes mostradas son exclusivamente de carácter ilustrativo. Comparte tu historia con nosotros, podría cambiar la vida de alguien. Si deseas compartir tu historia, envíala a info@amomama.com.

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