Mujer humilla a la amiga de su hijo por ser pobre - Historia del día
Una mujer odiaba que la mejor amiga de su hijo venía fuera de una familia pobre y se lo sacó en cara toda su vida. Años después, hizo algo imperdonable y lo perdió todo.
Reynaldo conoció a Vanessa en su primer día en preescolar. Ella era la única niña que jugaba sola, y Reynaldo solo quería hacer amigos. Otros niños se habían acercado a ella primero y se burlaron de su ropa.
Reynaldo notó que la mayoría de la ropa de Vanessa tenía agujeros, pero no le importó. Otras chicas se burlaban de ella y nunca la dejaban sentarse con ellas. pero Reynaldo y ella rápidamente se hicieron mejores amigos.
Niños jugando en la escuela. | Foto: Shutterstock
Cuando su madre lo recogió ese día, le habló de Vanessa. "Ella es la más genial de la clase", dijo el chico mientras subía al auto y se la señalaba a su madre por la ventana. Vanessa caminaba con su mamá de la mano.
"Mmm... qué bueno mijo, eso está muy bien", dijo su madre, con un desdén en su voz demasiado sutil como para que Reynaldo se diera cuenta a tan corta edad. Era claro que odiaba que fuera amigo de Vanessa.
Reynaldo venía de una familia muy adinerada. Su papá era de "dinero viejo", pues su familia había sido rica por generaciones. Su mamá era una exitosa abogada. Pero no todo en su vida era un jardín de rosas.
Sus padres nunca estaban en casa. Fue criado por años por niñeras y mayordomos. Por eso le encantaba ir a la escuela y pasar tiempo con Vanessa. Un día conoció a la mamá de Vanessa, y le pareció la mujer más dulce del mundo.
Pero a medida que Reynaldo crecía, su madre lo fue tratando peor y peor por su amistad con Vanessa. Para cuando tenía 14 años, su madre llegó a gritarle y amenazarlo.
"¡No volverás a ver a esa chica!. Es una mala influencia. Nos hace quedar mal que siempre estés cerca de ella", espetó la mujer.
"Mamá, es mi mejor amiga en la escuela. No puedo dejar de verla. ¡Tienes que dejar de estar tan obsesionada con quién es pobre y quién no!", respondió Reynaldo con mucha frustración.
"Reynaldo, los amigos que hagas hoy serán tus contactos mañana. Muchos niños de tu escuela son de buenas familias, y tú pasas todo el día con la niña becada", reprochó la madre.
Mujer preocupada. | Foto: Shutterstock
"No me importa. Esos niños importantes son robots sin emociones que solo se preocupan por la ropa y el dinero. ¡No quiero esa vida!", dijo Reynaldo, y se fue a su habitación muy molesto.
A lo largo de los años, su madre seguiría diciendo cosas similares para molestarlo. Reynaldo nunca dejó de ser amigo de Vanessa, e incluso comenzaron a salir tras cumplir ambos los 16 años.
No pudo ni quiso ocultar la relación a sus padres, porque Vanessa era lo más importante para él. A su padre no parecía importarle con quién estaba saliendo, pero su madre odiaba a la joven.
Tristemente, un evento en sus vidas amenazó con separar a Reynaldo de Vanessa por largo tiempo. Pronto les tocaría ir a la universidad.
Reynaldo había aplicado a todas las universidades más prestigiosas del mundo. Vanessa era muy inteligente, pero no podía costear ese tipo de instituciones. Ni siquiera podía costear la aplicación, en la mayoría de los casos.
Cuando Reynaldo fue aceptado en la Universidad de Yale, él y Vanessa tuvieron una difícil conversación. Era la escuela de sus sueños.
"Tienes que ir, cariño. Es tu sueño, no puedo impedirlo", dijo Vanessa. "No me imagino la vida sin ti. No sé cómo hubiera sobrevivido o quién hubiera sido sin ti y tu familia", respondió Reynaldo, con lágrimas en los ojos.
"¡No te preocupes! He estado investigando opciones más económicas en el área. Primero tendría que asistir a una universidad técnica aquí, y luego pedir un traslado a alguna universidad más cercana a Yale", dijo Vanessa.
Joven pareja de novios. | Foto: Shutterstock
"Solo pasaría un año más o menos antes de que volviéramos a estar juntos”, agregó con una sonrisa. "¡Eso es increíble! ¡Eres una genio!", le dijo Reynaldo, dándole un gran abrazo.
Pero cuando la madre de Reynaldo se enteró de lo que estaba planeando Vanessa, volvieron los problemas. “¡No! ¡Vas a estar suspirando por ella en clase! Yale es tu sueño, ¡y las chicas son distracciones!", le gritó la mujer.
"Mamá, somos adultos. No puedes evitar que estemos juntos. Cuando nos graduemos, nos casaremos. Así que acostúmbrate, o tendré que excluirte de mi vida", dijo Reynaldo, harto de los comentarios de su madre sobre Vanessa.
"¿Ah, sí? Yo sabía que había dejado este jueguito seguir por demasiado tiempo. Escúchame bien. O haces lo que te digo, o me encargo de que Vanessa no tenga jamás ni una oportunidad en esta vida", amenazó la mujer.
"Con mis contactos, ni siquiera podrá entrar a la universidad técnica, y toda su familia será humillada por tu estúpida rebeldía. ¿Eso es lo que quieres?", preguntó burlonamente. "¡No tienes tanto poder, vieja loca!", gritó Reynaldo.
"Llámame como quieras, pero no dejaré que arruines tu futuro por una niña pobre. Traté de dejarlo pasar, pensando que era una etapa. Pero es hora de actuar. Entonces, tú decides”, dijo su madre, y se fue.
Reynaldo no sabía qué pensar. Su madre ciertamente podría cumplir esa promesa. Tenía muchísimas conexiones. Vanessa tenía miedo de lo que su suegra pudiera hacerle a su familia.
"¿Y si huimos?", preguntó Reynaldo, deseando que ella le dijera que sí.
Joven pareja tomada de manos. | Foto: Shutterstock
“No puedo dejar a mi familia así, sola. Lo siento", respondió. Entonces, acordaron que Reynaldo iría a la universidad. Vanessa se quedaría aquí y lo esperaría. Una vez que él se graduara, estarían juntos.
Se amaron ferozmente durante el resto de su último año de secundaria, y luego Reynaldo se fue a la universidad. Al principio, hablaban todo el tiempo, pero de pronto, Vanessa desapareció.
Lo había bloqueado de todas las redes sociales, mensajes de texto, hasta llamadas telefónicas. Era imposible comunicarse con ella. "Mamá, ¿sabes algo de Vanessa? ¡Por favor! Estoy preocupado", le preguntó a su madre, desesperado.
"Esa buena para nada ya se fue. Te dije, Reynaldo. Te dije que ella no era suficiente para ti. Olvídala, búscate a una chica en Yale y sé feliz", me dijo, y colgó el teléfono.
Él no podía creerlo. Pero Vanessa nunca le volvió a responder los mensajes. Seguir adelante no fue nada fácil. Todas las chicas que conoció en la universidad le parecieron vacías y aburridas.
Solía imaginarse volver a la ciudad a buscar a Vanessa él mismo. Pero ella claramente había hecho una decisión, y él no quería interponerse.
Pasaron los años, y Reynaldo se graduó de la universidad. Su próximo paso era mudarse a Nueva York para iniciar su carrera, pero primero pasó por su ciudad a ver a sus padres y buscar algunas cosas.
Avión en vuelo. | Foto: Shutterstock
No pudo dejar de pasar por casa de Vanessa, para ver si lograba verla. Quizás, se había mudado de la casa de sus padres. Pero ahí estaba ella, regando las plantas. De repente, un niño corrió hacia ella.
“Mami, mami. ¡Mirar! ¡Una mariposa!", dijo el niño emocionado. Reynaldo no podía respirar. ¿Era Vanessa la madre del niño? El chico parecía tener unos cuatro años... y era idéntico a él.
“¿Reynaldo? ¿Qué estás haciendo aquí?", preguntó Vanessa cuando lo vio salir de su auto frente a su casa.
"¿Es mío?", preguntó Reynaldo, sin responder a su pregunta. Vanessa se disculpó, pero asintió.
"Sí. Es tuyo. Se llama Adrián. Ha estado deseando conocer a su papá”, explicó. Ese día, Vanessa le contó todo lo que había pasado. La chica se enteró del embarazo meses después de que él partiera a la universidad.
Mujer embarazada con ultrasonido. | Foto: Shutterstock
Vanessa le contó a la madre de Reynaldo, y la mujer inmediatamente la amenazó. "Me dijo que eso arruinaría tu vida, y yo no quería eso para ti", dijo Vanessa, y rompió en llanto.
Reynaldo casi no pudo controlar su ira, pero consoló a Vanessa lo mejor que pudo. "Adrián y tú no volverán a estar solos nunca más. Estoy aquí", le dijo. Más tarde ese día, fue a confrontar a su madre.
"¡No puedes mudarte aquí! ¡Te dije que te arruinaría la vida! Ella es lo peor que te ha pasado en la vida", gritó su madre.
"No. Lo peor que me ha pasado en la vida eres tú. Me mantuviste alejado de mi hijo por los primeros años de su vida. Nunca te lo perdonaré. Te quedaste sin hijo el día de hoy", dijo, y se fue. Nunca volvió a dirigirle la palabra.
El papá de Reynaldo no tenía idea de lo que su esposa había hecho. Se disculpó sinceramente y fue un gran abuelo para Adrián. Reynaldo y Vanessa se casaron, y él heredó la fortuna de la familia. Pero su mayor tesoro siempre serían Vanessa y Adrián.
¿Qué podemos aprender de esta historia?
El dinero no lo es todo. Es fantástico crecer rico y no tener que preocuparse nunca, pero no es la parte más importante de la vida.
Ignorar el estado. Algunas personas se concentran demasiado en lo que otros tienen o no tienen y se olvidan de vivir.
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Este relato está inspirado en la historia de un lector y ha sido escrito por un redactor profesional. Cualquier parecido con nombres o ubicaciones reales es pura coincidencia. Todas las imágenes mostradas son exclusivamente de carácter ilustrativo. Comparte tu historia con nosotros, podría cambiar la vida de alguien. Si deseas compartir tu historia, envíala a info@amomama.com.