Mujer rica lleva a un mendigo a un restaurante de lujo - Historia del día
Una mujer adinerada insiste en llevar a un mendigo a cenar a uno de los mejores restaurantes de la ciudad. Todos los que la rodean la miran como si estuviera loca, pero ella tenía una importante razón para su amabilidad.
Freddy Hernández estaba sentado en el suelo acurrucado porque tenía frío. Mientras oscurecía, la gente pasaba delante él apresurándose para llegar a casa con sus familias.
Para los transeúntes, Freddy era invisible. Pero hubo una mujer que sí lo vio y se detuvo a hablar con él.
Hombre sentado en el suelo. | Foto: Unsplash
"Buenas noches", le dijo la elegante dama a Freddy. "¿Estás bien?".
"Vete", respondió Freddy. La señora se agachó para hablarle en lugar de marcharse.
"Hace tanto frío... ¿Qué tal si tú y yo comemos juntos?", preguntó ella.
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"¡No quiero nada de ti!", manifestó Freddy con amargura, "¡O de nadie! No soy un mendigo!".
La mujer sonrió. "Lo sé. Te estaba invitando a cenar. Odio comer sola, así que por favor acompáñame".
Freddy estaba a punto de negarse cuando otra voz se interpuso. "Señora, ¿va todo bien?", preguntó el policía.
Mujer. | Foto: Unsplash
La elegante mujer sonrió. "¡Estoy bien, oficial! Le estaba diciendo a este caballero que odio comer sola y que quiero invitarlo a cenar".
"Hola, Freddy", dijo amablemente el policía, "¿Por qué no cenas con esta señora? Parece muy amable".
"No quiero caridad", expresó enfadado, "¡No soy un mendigo!".
"¡Claro que no!", gritó la mujer, "Me harías un favor..." Se volvió hacia el policía y añadió: "¿Por qué no se une a nosotros, oficial?".
"¡Me encantaría, señora!", respondió. El policía levantó a Freddy del suelo con suavidad. "Vamos Freddy, cenemos y luego te dejaré en el refugio de la calle 30 Este, ¿de acuerdo?".
Refunfuñando, Freddy permitió que el policía y la mujer lo llevaran a un lujoso restaurante cercano. Los tres se sentaron y la dama hizo un gesto para llamar a un camarero, pero fue el gerente quien se acercó a ellos.
Restaurante. | Foto: Unsplash
"Disculpe", dijo fríamente, "Esa mesa está reservada".
"¡Oh!", exclamó la mujer, "¡Lo siento! Nos cambiaremos a otra mesa".
"Están todas reservadas", contestó el gerente, "me temo que tendrán que buscar otro restaurante".
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La dama miró a su alrededor. Era temprano y la mitad de las mesas del restaurante estaban vacías. "Creo que no", dijo con firmeza. "Por favor, tráiganos el menú".
"Señora, voy a tener que pedirle que se vaya, por favor". Señaló a Freddy y manifestó: "Me temo que atendemos a una clientela selecta...".
"¡Me voy!", gritó Freddy poniéndose en pie, pero el policía le sujetó el brazo y lo volvió a sentar con suavidad. El agente estaba a punto de hablar cuando la mujer sonrió.
Meseros. | Foto: Pixabay
"¿Sabe usted quién es Jessica Valdez?", le preguntó al encargado.
"¡Por supuesto, señora!", dijo el gerente, "Es la dueña de este establecimiento y de diez más. Es una leyenda".
"Soy Jessica Valdez", expresó, "y decido qué tipo de clientela recibimos. Estás despedido".
Esa noche, Freddy, Jessica y el oficial tuvieron una maravillosa cena juntos y ella le explicó por qué había querido invitarle a cenar.
Hacía muchos años, cuando Jessica era solo una niña, su madre había muerto. Consumidos por las deudas y el dolor, ella y su padre se habían quedado sin hogar, viviendo en la calle y comiendo en comedores sociales.
Una noche, un hombre amable los llevó a cenar y le dio a su padre una visión de su antigua vida. "Y eso ayudó a mi papá a dar un giro a su vida, Freddy", dijo Jessica.
"Nunca olvidé la diferencia que supuso aquella cálida y encantadora comida. Ahora quiero ofrecerte un trabajo si quieres uno...".
Niña con las manos en el rostro. | Foto: Pexels
¿Qué podemos aprender de esta historia?
Cualquier persona puede quedarse sin hogar: Perder un trabajo puede llevar a que una familia se quede sin vivienda por falta de recursos.
Un acto de bondad puede cambiar una vida: El padre de Jessica encontró la fuerza para superar su situación después de que alguien le mostrara que merecía ser tratado con dignidad y respeto.
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Este relato está inspirado en la historia de un lector y ha sido escrito por un redactor profesional. Cualquier parecido con nombres o ubicaciones reales es pura coincidencia. Todas las imágenes mostradas son exclusivamente de carácter ilustrativo. Comparte tu historia con nosotros, podría cambiar la vida de alguien. Si deseas compartir tu historia, envíala a info@amomama.com.