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Niños subiendo a bus escolar | Foto: Shutterstock
Niños subiendo a bus escolar | Foto: Shutterstock

Maestra nota que niña llega tarde a escuela con frecuencia: no puede localizar a padres - Historia del día

Diego Rivera Diaz
14 dic 2021
03:45

Una maestra se preocupa cuando una de sus mejores estudiantes comienza a llegar tarde a la escuela todos los días y no puede comunicarse con su familia.

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Todas las mañanas, a la Sra. Martin le gustaba llegar temprano a la escuela y preparar su salón de clases para sus alumnos de segundo grado. Luego caminaba hasta la puerta principal y los veía llegar, muchos en el autobús escolar, otros con sus padres.

La señorita Martin guiaba a sus niños al aula y comenzaba el día. Un día notó que una de sus alumnas favoritas, una niña brillante llamada Debra Mujica, siempre llegaba tarde y sola.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Shutterstock

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Shutterstock

La Sra. Martin decidió preguntarle a Debra por qué siempre llegaba tarde. La niña parecía asustada y avergonzada, por lo que la maestra decidió contactar a sus padres.

Llamó al celular de la mamá de Debra, y luego al de su papá, pero no hubo respuesta. Vio a la niña llegar a la escuela a pie dos veces más después de eso.

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También notó que la chica devoraba su almuerzo escolar en segundos, y se metía panecillos a escondidas en los bolsillos. Obviamente, estaba pasando hambre.

Algo raro estaba pasando, y la Sra. Martin decidió entrar en acción. Primero habló con la directora. "Sra. Dávila, creo que Debra puede estar siendo maltratada, y definitivamente es víctima de negligencia. Hasta roba comida de la cafetería. ¡Hay que ayudarla!".

La Sra. Dávila estuvo de acuerdo y ambas mujeres decidieron que tal vez era hora de pedir ayuda a la policía y al Departamento de Servicios Infantiles.

Para no alarmar a Debra, la policía decidió enviar a una agente puvestida de civil para que siguiera a la niña a casa después de la escuela. Pero lo que descubrió la oficial la dejó llorando.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Shutterstock

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Shutterstock

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La mujer policía vio a Debra caminar tres cuadras y dirigirse hacia una gran camioneta gris estacionada en una callejuela. Debra abrió la puerta y entró. La mujer policía se acercó sigilosamente y miró por la ventana.

Había un colchón en la parte trasera de la camioneta, almohadas, bolsas y cajas con lo que parecía ser ropa. Había un hombre pálido y delgado en el colchón, y Debra le estaba dando un panecillo y un cartón de leche.

La niña vio a la mujer policía mirando por la ventana y gritó. La mujer trató de calmarla. "Por favor, no tengas miedo, Debra. Soy agente de la policía, estoy aquí para ayudarte".

Debra se puso pálida. Parecía aterrada. "Por favor, ¡no me aleje de mi papá! ¡Es lo único que tengo en la vida! ¡No me lo quite, señora!", suplicó la niña.

La mujer policía se acercó al hombre del colchón y vio que estaba ardiendo de fiebre. "Debra", dijo gentilmente, "voy a llevar a tu papá al hospital, ¿de acuerdo? Para que los médicos puedan ayudarlo".

Debra estaba temblando y comenzó a llorar. La mujer llamó a la Sra. Martin por teléfono para que viniera a hablar con la niña. "Debra, todos queremos ayudarte a ti y a tu papá. Cuéntame, ¿qué pasó?".

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La niña bajó la mirada: "¿Me promete que no me llevarán lejos?", preguntó. La Sra. Martin asintió y Debra explicó. "Mi mamá murió el año pasado, tenía COVID y luego mi papá perdió su trabajo en el restaurante".

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Shutterstock

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Shutterstock

"Tuvimos que mudarnos de nuestra casa, y vivir en la camioneta. Mi papá conseguía trabajo a veces por uno o dos días, pero comenzó a enfermar y no pudo ni siquiera mover la camioneta", explicó la niña.

La Sra. Martin abrazó a Debra. "Tranquila, cariño, todo va a estar bien. Tu papá está en camino al hospital, y los médicos lo van a ayudar. Todo está bien".

Los médicos le dijeron a la Sra. Martin y a la policía que el Sr. Mujica estaba gravemente enfermo y desnutrido. Los médicos pensaron que le había estado dando toda su comida a su hija, lo que lo había dejado muy débil.

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El Sr. Mujica tardaría mucho tiempo en recuperar las fuerzas. Necesitaría mucha comida y descanso. La Sra. Martin quedó muy impresionada por ese hombre, dispuesto a morir de hambre por su hija.

Decidió crear una página para recaudar fondos en nombre de la familia Mujica. Contó en detalle la historia de cómo el hombre pasó hambre por su hija hasta caer enfermo, y cómo ella lo había cuidado entonces.

La historia conmovió a miles de personas y el dinero comenzó a entrar a montones. En poco tiempo, la familia tuvo los fondos para comprar una linda casita, y varios restaurantes contactaron al Sr. Mujica para ofrecerle trabajo.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Shutterstock

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Shutterstock

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¿Qué podemos aprender de esta historia?

  • Cuando algo no parezca correcto, no lo ignores, haz algo. La Sra. Martin estaba preocupada, así que llamó a la policía y salvó a una familia.
  • Juntos podemos cambiar el mundo. Al unirse, las personas que donaron fondos a la familia Mujica marcaron la diferencia.

Comparte esta historia con tus amigos. Podría alegrarles el día e inspirarlos.

Este relato está inspirado en la vida cotidiana de nuestros lectores y ha sido escrito por un redactor profesional. Cualquier parecido con nombres o ubicaciones reales es pura coincidencia. Todas las imágenes mostradas son exclusivamente de carácter ilustrativo. Comparte tu historia con nosotros, podría cambiar la vida de alguien. Si deseas compartir tu historia, envíala a info@amomama.com.

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