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Una cama de hospital | Foto: Shutterstock
Una cama de hospital | Foto: Shutterstock

Le dicen que estuvo en coma 12 años: luego descubre que fue una artimaña de su esposa - Historia del día

Vanessa Guzmán
05 feb 2022
20:40

Un hombre se despierta y descubre que ha estado en el hospital durante 12 años debido a un terrible accidente automovilístico. Poco después descubrió que todo fue una artimaña planeada por su esposa para darle una lección.

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Cuando Jerónimo se casó con Carolina, le prometió que le daría a ella y a su futuro hijo todo su tiempo y que sería el mejor padre y esposo del mundo. Pero unos años después, había olvidado su promesa.

A él, lo que más le importaba era su trabajo. Sus prioridades habían cambiado rápidamente de ser un hombre de familia a ser el mejor empleado. Y desde que Carolina y su hijo de 6 años, Roberto, podían recordar, siempre lo habían visto hablando sobre temas laborales.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Unsplash

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Unsplash

Incluso, bebía para supuestamente alejar el estrés que le producían sus responsabilidades de trabajo y las cargas que acarreaba su empleo.

Según Carolina, Jerónimo era tan adicto al trabajo que si Dios le hubiera preguntado cuál era su último deseo de vida, habría dicho: “Terminar todo el trabajo pendiente”.

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Debido al tipo de obsesión que había desarrollado por trabajar todo el tiempo, Carolina estaba constantemente irritada con él. Pero a Jerónimo no le importaba.

Con frecuencia era el primero en llegar a su oficina y el último en irse. A veces bebía toda la noche para mantenerse despierto y trabajando. Eso trajo como consecuencia que en varias ocasiones condujera ebrio por la noche.

Carolina solía pasar noches en vela preocupándose por lo que sucedería si él tuviera un accidente mientras conducía ebrio. Le había aconsejado que no lo hiciera.

Pero la respuesta de Jerónimo a sus preocupaciones fue: "¡Oh, vamos, cariño! Nada de eso va a pasar. ¡No soy el único que trabaja y bebe hasta altas horas de la noche!".

La mamá de Roberto le recordó a su marido que no se trataba solo de que él trabajara y bebiera. Sino de era un problema adicional que manejara bajo los efectos del alcohol. Pero Jerónimo la ignoró y se fue directo a la cama.

Carolina notó que estos sucesos se estaban volviendo más frecuentes con el tiempo. Cuando su esposo trajo a Roberto a casa de la escuela una tarde, olía mucho a licor. Y al día siguiente llegó bien tarde en la noche.

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Estaba aterrorizada porque él ni siquiera le devolvía las llamadas o los mensajes de texto. Afortunadamente, antes de que pudiera llamar a la policía, escuchó el sonido del motor de su auto y lo vio afuera de su casa.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Sin embargo, cuando salió, notó que estaba tan borracho que ni siquiera podía mantenerse en pie por sí mismo. Incluso, su automóvil tenía algunos rasguños en el capó, lo que implicaba que el viaje no había sido particularmente seguro.

Cuando estas cosas siguieron sucediendo, Carolina perdió la calma y decidió confrontarlo. "¡Jerónimo!”, dijo con severidad mientras él se acercaba a la mesa para desayunar. Roberto ya se había ido a la escuela para entonces. "¡Necesitamos hablar sobre lo que ha estado pasando recientemente!".

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"Claro, cariño, pero por favor date prisa. Tengo que irme al trabajo", respondió, sentándose rápidamente en un asiento y leyendo frenéticamente el periódico mientras comía su tostada.

"¡Ese es todo el problema, Jerónimo! ¡Tu trabajo!".

"¿El trabajo?", indicó Jerónimo tras dejar de leer el periódico.

"¡Sí! ¿Recuerdas lo que pasó hace dos días? ¡Llegaste a casa borracho, el auto tenía rayones y ni siquiera podías pararte! ¿Quieres dejar de trabajar en exceso y conducir ebrio?".

"Relájate, Carolina. Estás haciendo un gran escándalo de absolutamente nada. Ya traje el auto del servicio. ¡No hay necesidad de que actúes así!".

"¿En serio, Jerónimo? ¿Eso es todo lo que tienes que decir después de todo lo que ha sucedido?".

"Mira, Carolina..." Jerónimo acababa de empezar a hablar cuando sonó su teléfono. "Sí, Beltrán. Estoy a punto de salir de la casa. Estaré allí pronto", dijo. "Lo siento, cariño, tengo que irme. ¡Hablaré contigo más tarde!", susurró Jerónimo antes de marcharse.

Carolina había tenido suficiente en este punto. Estaba cansada de tratar de explicarle a su esposo cómo los había estado molestando a ella ya Roberto. Dejó de regañarlo por su trabajo y su forma de beber. Sin embargo, tenía un plan en mente para darle una lección.

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Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Unos días más tarde, Jerónimo conducía a la escuela de Roberto para recogerlo cuando estuvo involucrado en un accidente automovilístico menor. No resultó gravemente herido, pero había quedado inconsciente y tenía heridas en el brazo derecho y la cara.

Afortunadamente, un transeúnte se dio cuenta de lo ocurrido y llamó al número de emergencias. Cuando Jerónimo fue llevado al hospital, Carolina recibió una llamada sobre el accidente y corrió a ver a su marido. Le pidió a su vecino que recogiera a Roberto en la escuela.

El médico a cargo del caso resultó ser un amigo de Carolina y le informó que la condición de Jerónimo no era mala, pero que sería monitoreado hasta que recuperara la conciencia.

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Carolina se sintió aliviada de que su esposo estuviera a salvo, ¡pero decidió que era el momento adecuado para darle una lección!

Jerónimo se despertó alrededor de las 8 p. m., con la cabeza dolorida. Miró alrededor de la habitación y se sorprendió cuando se dio cuenta de que estaba en un hospital.

No podía recordar cómo llegó allí, pero podía ver que sus brazos y piernas estaban vendados, y que tenía un goteo intravenoso conectado a su mano derecha. "¿Qué diablos pasó?", reflexionó, tratando de recordar qué lo había llevado allí.

Un médico entró en su habitación y su rostro se puso pálido como si hubiera visto un fantasma. "¡Sr. Sarmiento! ¡Eso es un milagro! ¡Por fin está despierto!".

Jerónimo estaba perplejo. "¿Un milagro? ¿Qué me pasó?".

"No hay una manera fácil de decir esto... pero has estado en coma durante 12 años. No esperábamos que despertaras, pero lo hiciste. Y eso es un milagro".

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

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"¡¿12 AÑOS?!". Jerónimo no podía creer lo que estaba escuchando.

"Sí, señor. Estamos muy contentos de ver que está bien ahora".

"Pero doctor..." Jerónimo acababa de empezar a hablar cuando Carolina entró en la habitación. Se sorprendió cuando la vio con el pelo gris y el rostro arrugado.

"¡Ay, Jerónimo!", expresó la mujer. "¡No tienes idea de cuánto te he extrañado todos estos años!".

Jerónimo se quedó en silencio por un momento, luego habló. "¿Dónde está Roberto, Carolina? ¡Estaba en el auto conmigo! ¿Por qué no está aquí?".

"Bueno, Jerónimo", dijo Carolina después de una breve pausa. "¡Nuestro hijo ya no está con nosotros! ¿No recuerdas que estaba en el auto contigo? Murió en el accidente... Nuestro hijo... Él solo..."

Jerónimo no pudo contener las lágrimas en este momento. "Mi hijo... lo maté. Soy un padre terrible".

Tanto el médico como Carolina intercambiaron una mirada rápida y se echaron a reír en ese momento.

"¿Qué diablos? ¿Qué les pasa a ustedes? ¿Por qué se ríen?", preguntó Jerónimo.

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"Puedes pasar, Roberto", indicó Carolina.

Cuando Roberto entró en la habitación, Jerónimo estaba aún más confundido.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

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"Estás realmente confundido, Jerónimo, ¿verdad? Ibas a recoger a tu hijo a la escuela. Él no estaba contigo en el auto", comentó Carolina mientras le contaba toda la historia.

Carolina había decidido que, si Jerónimo volvía a casa borracho, lo llevaría a un hospital y fingiría que estuvo en coma durante 12 años para darle una lección.

Sin embargo, cuando él tuvo el accidente, ella decidió que no tendría una mejor oportunidad y preparó todo para que se diera cuenta de sus errores. Había ido a un salón de belleza antes de venir al hospital, y la esteticista le aplicó el maquillaje y el color de cabello para verse mayor.

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"¿Te diste cuenta ahora de lo que Roberto y yo hemos pasado cada vez que llegas borracho a casa?", sentenció Carolina. "¡A veces ni siquiera contestas el teléfono! ¡No puedo dormir porque me preocupa si llegas vivo o no a casa! Intenté hablar contigo, pero nada funcionó. No tenía otra elección”.

Cuando Carolina dijo eso, Jerónimo se dio cuenta de que se había equivocado. Su corazón latía con fuerza solo de pensar en perder a su hijo. Y luego estaba Carolina, que había pasado tantas noches sin dormir esperando que él regresara, preguntándose si llegaría a casa a salvo.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

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"Lo siento, cariño", dijo Jerónimo. "Debería haberte escuchado. Te prometo que seré una mejor persona a partir de hoy".

"Espero que lo hagas", respondió su mujer. "Pero primero, tenemos que hablar con la policía. Estabas borracho anoche y están esperando afuera para hablar contigo".

Como Jerónimo no era un delincuente y ninguna otra persona resultó dañada, los policías le pidieron que visitara la comisaría cuando lo dieran de alta y pagara una multa.

Le advirtieron que, si lo hacía de nuevo, enfrentaría graves consecuencias, entre ellas revocar su licencia e incluso podría ir a la cárcel.

Jerónimo le aseguró a la policía que no lo volvería a hacer y cumplió su palabra. Desde ese día, dejó de beber. También disminuyó sus horas de trabajo y ahora pasa más tiempo con su familia.

Carolina afirma que Jerónimo es un hombre completamente diferente ahora. Unos meses después, reveló que estaba embarazada y su esposo le prometió que haría todo lo posible para ser un buen padre para su futuro hijo.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

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¿Qué pudiste aprender de esta historia?

  • La familia siempre es lo primero: Jerónimo se dio cuenta de esto cuando no podía dejar de llorar después de enterarse de la supuesta muerte de su hijo.
  • A veces, es necesario ser duro con las personas para darles una lección: Carolina trató de hablar con Jerónimo, pero él no estaba escuchando, por lo que ideó un plan para darle una lección.

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Este relato está inspirado en la vida cotidiana de nuestros lectores y ha sido escrito por un redactor profesional. Cualquier parecido con nombres o ubicaciones reales es pura coincidencia. Todas las imágenes mostradas son exclusivamente de carácter ilustrativo. Comparte tu historia con nosotros, podría cambiar la vida de alguien. Si deseas compartir tu historia, envíala a info@amomama.com.

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