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Una mujer sentada sola | Foto: Shutterstock
Una mujer sentada sola | Foto: Shutterstock

Hija avergonzada de su madre la hace fingir ser la doméstica frente a su prometido - Historia del día

Mayra Pérez
10 feb 2022
12:50

Una joven que sentía vergüenza de su madre, quien tenía algunos problemas físicos y una gran cicatriz en su rostro, le dice que finja ser una criada cuando su prometido rico viene de visita.

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Natalia Guevara era una niña egoísta, que durante toda su vida había sido muy mimada por su madre, Sofía. Ella siempre le dio todo lo que quiso y jamás le dio responsabilidades o le puso ningún tipo de límites.

La joven era hija única, y su padre las había dejado cuando Sofía resultó gravemente herida en un accidente automovilístico. Natalia tenía tres años en ese momento. Aunque había logrado sobrevivir, pero sus heridas la dejaron lisiada y desfigurada.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Sin su esposo, centró toda su atención y amor en su hermosa y brillante hija. Natalia creció como un ser exigente, desagradable e hiriente. Pero la vida le tenía reservadas algunas lecciones.

Todo había comenzado en la escuela secundaria cuando Natalia se dio cuenta de que su mamá era distinta. No se parecía a las lindas y activas madres de todos los demás. Sofía cojeaba y tenía una terrible cicatriz le bajaba por el cuello.

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Natalia decidió que no quería que nadie supiera que Sofía era su madre. Se negó a permitirle que asistiera a ninguna de las funciones escolares donde sus compañeros de clase pudieran verla.

“¡Mira mamá!”, le había dicho a su madre. “Soy la chica más popular de la escuela y la más bonita. ¡No quiero que nadie vea lo diferentes que somos!”.

Sofía se había tragado su dolor. Quería que Natalia fuera feliz, que fuera popular y por eso aceptó las limitaciones impuestas. Había visto la graduación de su hija desde lejos para no avergonzarla.

Natalia se fue a la universidad y, durante esos años, Sofía la había extrañado terriblemente. Incluso logró olvidar lo egoísta e insensible que había sido su hija en algunas oportunidades.

Cuando Natalia le dijo a su madre que le habían ofrecido un trabajo en su ciudad natal, Sofía estaba encantada. ¡Su hija regresaría y viviría en casa otra vez! Pero si imaginaba que la madurez la había hecho más dulce, se llevaría una sorpresa.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Unsplash

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Unsplash

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No mucho después de regresar a la ciudad, Natalia comenzó a salir con el hijo de su jefe, un joven apuesto que trabajaba para su bufete de abogados.

“¡Jorge es lo mejor que me ha podido pasar! ¡No más departamentos pequeños y ropa barata!”, le dijo la joven a su madre.

Sofía quedó sorprendida. Dirigía un exitoso negocio en línea y pensaba que su apartamento era muy agradable. Siempre le había comprado a su hija lo mejor que podía pagar, y el que ella describiera todo como ‘barato’ y ‘pequeño’ hirió sus sentimientos.

Pero lo peor estaba por venir. Tres meses después, Natalia llegó a casa con un anillo de diamantes brillando en su dedo. “¡Me propuso matrimonio, mamá!”, dijo con lágrimas de emoción. “Y por supuesto, dije que sí…”

Sofía sonrió, feliz por su hija. “Estoy tan contenta de que hayas encontrado al amor de tu vida”.

“¿Amor?”, preguntó Natalia. “¿Me crees tan estúpida? ¡Tú te casaste por amor y mírate ahora! ¡Me casaré con Jorge y seré una buena esposa, siempre y cuando él me dé la vida que quiero!”.

Algo impactada por las palabras de su hija, se atrevió a preguntar: “¿Cuándo conoceré a Jorge y su familia?”.

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Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Unsplash

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Unsplash

Natalia miró de soslayo a Sofía y puso su mejor sonrisa falsa. “¡Organizaré algo uno de estos días!”. Estaba pensando que necesitaba un lugar donde quedarse hasta que se casara y que no sería bueno que su madre supiera sus verdaderos planes demasiado pronto.

Pero unas semanas más tarde, Jorge le dijo que quería ver dónde vivía y conocer a su madre. Natalia ideó un plan rápidamente: “Mi mamá es una mujer de negocios, está de viaje en este momento... ¡Pero puedes venir a cenar!”.

Esa tarde, Natalia llegó a casa y le dijo a su madre: “¡Escucha, tienes que hacer una cena increíble porque viene Jorge!”. Sofía estaba encantada y comenzó a hacer la cena y a poner una hermosa mesa para tres.

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Natalia salió de su dormitorio con aspecto de estrella de cine y se quedó mirando la mesa. “¿Tres?”, preguntó. “¿Cómo se te ocurre, mamá? ¡Solo cenaremos Jorge y yo!”.

“¡Natalia!”, exclamó Sofía. “Esta es mi casa, soy tu madre…”

“¡Esta noche no!”, dijo Natalia con frialdad. “Esta noche eres la empleada doméstica. ¡No puedo permitir que te mire y decida que no quiere casarse con la hija de alguien así!”.

Sofía se sintió completamente humillada cuando llegó Jorge y Natalia la presentó como la sirvienta y, unos minutos después, se despidió diciendo que regresaría por la mañana. Tomó su bolso y se fue. Estaba devastada, llamó a su mejor amiga Anna y le preguntó si podía ir a su casa.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Unsplash

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Unsplash

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“¿Qué ha pasado?”, le preguntó cuando vio su cara de infelicidad. Sofía no quería contárselo, pero al final le narró lo ocurrido y Anna se puso furiosa.

“¡Dejaste que te pisoteara!”, gritó Anna enojada. “¡Ella se merece una buena lección! ¡Duermes aquí esta noche y mañana arreglaré a la señorita Natalia para siempre!”.

Natalia pasó una agradable velada con Jorge. Comieron la deliciosa cena que Sofía había preparado, bailaron y pasaron la noche juntos. Pero la mañana le traería a Natalia una gran sorpresa. La feliz pareja aún dormía cuando se abrió la puerta principal y una voz alegre gritó: “¡Natalia! ¡Estoy en casa!”.

Natalia se envolvió en una bata y se tambaleó hasta la sala de estar donde estaba Anna, hermosamente vestida y cargando una maleta. “¡Buenos días, cariño!”, saludó.

En ese momento, entró Jorge. “¡Hola!”, dijo Anna, estrechando la mano de Jorge con entusiasmo, “¡Así que eres el hombre que finalmente me quitará a Natalia de las manos! ¡Debo decirte que estoy tan aliviada!”.

Jorge estaba atónito y Natalia estaba horrorizada, pero Anna siguió con su plan. “¡Oh, pobre hombre, no tienes idea de lo que te estás metiendo! ¡Es tan exigente! ¡Todo tiene que ser siempre a su manera!”.

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Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Unsplash

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“¡Eso no es cierto!”, gritó Natalia, mirando a Jorge con nerviosismo.

“¡Oh sí lo es!”, dijo Anna. “¡Y estoy tan contenta de que seas rico, Jorge! Por lo que me dijo Natalia, ¡puedes permitirte comprarle todas las cosas que cree que se merece! El dinero es la clave de la felicidad, dice ella, ¡y tú tienes mucho!”.

“Yo nunca…”, intentó decir Natalia, pero Jorge la estaba mirando con una expresión extraña en su rostro y luego regresó en silencio a la habitación, se puso los zapatos y salió por la puerta.

“¡Eres una estúpida!”, gritó Natalia a Anna. “¿Qué has hecho?”.

“¡Solo lo que te mereces, Natalia!”, dijo Anna. “Y le ahorró a ese joven una gran cantidad de angustia. Has estado usando y abusando de tu madre durante años, ¡y es hora de que alguien te lo haga ver! Ella te ama, pero se merece una hija mejor. Al igual que ese joven merece una mejor esposa”.

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Natalia estaba devastada. Nunca antes nadie le había dicho la verdad directamente a la cara. Empezó a pensar en todo lo que había hecho y en cómo había tratado a su madre y se sintió profundamente avergonzada.

Humildemente, fue a la casa de Anna para pedirle perdón a su madre y suplicarle que volviera a casa. Fue el comienzo de la transformación de Natalia, quien se esforzó en ser una hija más amable y cariñosa con Sofía.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Unsplash

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¿Qué podemos aprender de esta historia?

  • Siéntete orgulloso de las personas que te aman y te apoyan. Natalia se avergonzaba de su madre por sus problemas físicos, pero nunca pensó en cuánto la amaba y apoyaba Sofía.
  • Tarde o temprano la verdad sale a la luz. Natalia pasó su vida engañando a la gente sobre su carácter e incluso mintiendo sobre su madre, pero Anna la enfrentó con la verdad, obligándola a reaccionar.
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Este relato está inspirado en la vida cotidiana de nuestros lectores y ha sido escrito por un redactor profesional. Cualquier parecido con nombres o ubicaciones reales es pura coincidencia. Todas las imágenes mostradas son exclusivamente de carácter ilustrativo. Comparte tu historia con nosotros, podría cambiar la vida de alguien. Si deseas compartir tu historia, envíala a info@amomama.com.

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