Señora nota que niño triste se sienta todos los días en el mismo lugar en el parque - Historia del día
Una anciana observa la rutina inusual de un niño en el parque local, y su curiosidad natural la llevó a querer saber más sobre él. Lo que descubre cambia la vida del pequeño.
Lily Bolton era una mujer de 70 años, querida y respetada por todos los que la rodeaban. Ella y su esposo Juan eran una pareja popular en su pequeño pueblo. Después de todo, fue donde ambos nacieron y se criaron.
Todos los días durante los últimos diez años, Lily y su esposo acostumbraban a dar un paseo junto a su perro en un parque local.
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Su perro, Bruno, era un golden retriever juguetón al que le encantaba pasear por el parque con ellos porque se divertía mucho atrapando el frisbee que siempre llevaban consigo.
Durante el último mes, Lily y su esposo notaron algo extraño. Un niño triste había aparecido en el parque aparentemente de la nada, y se sentaba en el mismo lugar todos los días.
La primera vez que Lily lo notó, el niño tenía puesta una sudadera con una capucha de gran tamaño que cubría su rostro y llamativos zapatos deportivos de color rojo. Su aspecto era evidentemente triste, y eso le causó mucho dolor a la anciana.
Luego de ver al niño por tercera vez, decidió conversarlo con su esposo. A partir de ese momento, ambos comenzaron a poner toda su atención en él.
Aparecía justo antes del anochecer, se sentaba por un tiempo, y cuando oscurecía por completo, una anciana venía a buscarlo; ambos salían juntos del parque. “Me pregunto cuál es su historia”, dijo Lily un día, al observar a la mujer llevarse al niño.
“Será mejor que te mantengas al margen”, le dijo su esposo, que era un hombre cauteloso. Lily le dedicó una sonrisa ese día, pero decidió que debía acercarse al niño. ¿Pero cómo?
Un día, Lily fue a buscar burritos para ella y su esposo a las afueras del parque. En el camino de regreso, vio al niño sentado una vez más en el pasto, con su aspecto de total tristeza.
Rápidamente, cambió de dirección, eligiendo un camino que la llevaría lo más cerca posible del chico. “¡Hoy conoceré al niño debajo de esa sudadera!”, se dijo en su mente.
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Cuando estuvo lo suficientemente cerca, hizo un leve sonido que provocó que el niño mirara hacia arriba, mostrando su rostro. “Bonitos zapatos”, dijo ella con una sonrisa antes de continuar.
Al volver con su esposo, le contó que había visto la cara del niño y que lo había reconocido. “¿En serio? ¿Quién es?”, preguntó él con curiosidad.
“Es el niño que jugaba con su padre todos los días hace algunos meses”.
“Muchos niños hacen eso por aquí”, dijo Juan con malicia.
Lily esperaba ese comentario. “Bueno, es aquel chico que se asustó cuando Bruno trató de atrapar su frisbee”, dijo.
“Oh, ese niño. Estaba muy asustado porque pensaba que el perro lo perseguía”, recordó Juan entre risas.
“Me pregunto por qué ya no juega con su padre”, dijo Lily.
Al día siguiente, tropezó deliberadamente con el niño y la anciana que a menudo venían a llevárselo. “Lo siento”, le dijo a la anciana. Luego miró al niño y sonrió antes de decir: “Me acuerdo de ti”.
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El niño también la reconoció y buscó a su perro con la mirada, pero ella lo había dejado con su esposo.
“Está bien, Bruno no está conmigo hoy”, dijo tranquilizadoramente. Luego miró a la anciana y le preguntó por qué el niño se sentaba solo todos los días y estaba tan triste.
“Soy su abuela”, respondió la mujer. “Sus padres perdieron la vida en un accidente automovilístico. Su nombre es Roy”.
“Solía ser tan feliz jugando los fines de semana con su padre en ese lugar”, dijo Lily, sintiéndose terrible por el niño.
“Es por eso que Roy viene aquí todos los días”, dijo la anciana.
Al día siguiente, Lily horneó un pastel y preparó un par de sándwiches y luego fue al parque con su perro justo cuando sabía que Roy estaría allí.
El niño estaba hundido en su tristeza cuando miró hacia arriba para ver a Lily, acompañada por su perro, trayendo comida deliciosa. Bruno meneaba la cola y tenía un frisbee entre las mandíbulas. Quería jugar con Roy, pero el niño simplemente se dio la vuelta.
Bruno, que no aceptaba un no por respuesta, saltó sobre Roy y comenzó a lamerlo por todas partes. Eso provocó una pequeña sonrisa en el chico, pero aún estaba incómodo.
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Para deshacerse del perro, lanzó el frisbee, pero un momento después, el animal volvió para que lo lanzara de nuevo. Roy lo tiró una y otra vez, y antes de darse cuenta, estaba jugando con Bruno con una gran sonrisa en su rostro.
En un momento dado, Bruno no quiso devolverle el frisbee, por lo que el niño se levantó para buscarlo. Para el perro eso solo fue la indicación para echar a correr. Roy trató de atraparlo sin éxito y las carcajadas se escucharon por todo el lugar.
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“Ha pasado un tiempo desde la última vez que lo vi reír”, dijo la anciana detrás de Lily, sorprendiéndola. Absorta en Roy y su perro, no había oído a la anciana acercarse sigilosamente.
Finalmente, después de más de 30 minutos de juego, Lily invitó a Roy a unirse a ella y su abuela para comer pastel y sándwiches. Bruno se quedó al lado del chico, y era claro que se gustaban. Desde entonces, Lily comenzó a buscar a Roy cada tarde para que jugara con Bruno.
Una tarde la abuela le dio a Roy una terrible noticia: su nueva amiga había fallecido. Después de su entierro, el niño fue de visita y vio a Bruno muy triste, tendido junto a la puerta. Trató de hacer que se animara, poniendo el frisbee a su lado, pero no pareció funcionar.
Cuando se levantó para irse, escuchó a un perro ladrar detrás de él. Se dio la vuelta y vio a Bruno corriendo con el frisbee entre los dientes.
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“Ella querría que lo tuvieras”, dijo Juan, desde la puerta de su casa. “Ahora es tuyo”. Bruno lo siguió a casa, pero de vez en cuando, regresaba a su antiguo hogar.
¿Qué podemos aprender con esta historia?
- Los que hacen el bien siempre serán recordados. Después de que Lily falleció, el niño no la olvidó, y ayudó a consolar a su perro para que no se hundiera en la tristeza. De alguna manera, repitió las buenas acciones que la anciana tuvo con él.
- Mantén viva tu curiosidad. La curiosidad de Lily fue lo que la empujó a averiguar qué estaba pasando con Roy. Ella pudo ayudarlo a recuperar su sonrisa y su deseo de vivir.
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