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Una casa | Foto: Shutterstock
Una casa | Foto: Shutterstock

Tras la muerte de su madre, hombre llega a la vieja casa de sus padres y oye sonidos en el sótano - Historia del día

Vanessa Guzmán
03 mar 2022
20:40

Después de la muerte de su madre, Tomás regresó a su ciudad para vender la casa de sus padres. Pero escuchó sonidos extraños provenientes del sótano y descubrió algo impactante.

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Tomás recorrió la casa de su infancia, pensando en todos los grandes recuerdos que hizo allí. Era hijo único y sus padres lo criaron con todo el amor del mundo. Cuando su papá murió hace casi dos décadas, se llevó a su madre, Arelys, a vivir con él. Pero ahora que ella había muerto, vendería el inmueble.

Sin embargo, Tomás tenía un conflicto. No quería separarse de la casa. Estaba llena de recuerdos cargados de amor. Aunque nadie había vivido en ella durante varios años. Tal vez debería renovarla y empezar a alquilarla.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Unsplash

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Unsplash

Las posibilidades eran infinitas. Pero primero, tuvo que beber una taza de té para pensar mejor. Justo cuando colocaba la tetera encima de la estufa, escuchó un golpe proveniente de algún lugar de la casa.

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"¿Quién está ahí?", preguntó desde la cocina. Nadie respondió, pero hubo otro golpe y lo que sonó como un ¡ay!

Tomás se dio cuenta rápidamente de que el sonido provenía del sótano y decidió investigar. Abrió la puerta chirriante y comenzó a bajar las escaleras.

La casa era antigua y, a diferencia de los sótanos modernos, esta solo tenía una bombilla en el medio de la habitación. Así que tuvo que caminar con cuidado por las viejas escaleras y encontrarla.

Cuando finalmente la encendió, descubrió un cuerpo en el suelo. "¡AH!", gritó, pero la figura se movió y comenzó a hablar.

“¡No grites! ¡Solo soy yo!".

"¿Quién es usted? ¿Qué haces en mi casa?”, dijo Tomás con firmeza.

"Mi nombre es Henry. Lo siento mucho. He estado viviendo aquí durante varios meses”, reveló el extraño.

"¿Qué? ¿Por qué? ¡Voy a llamar a la policía!”. Amenazó Tomás, mientras comenzó a buscar su teléfono en sus bolsillos.

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"¡No! ¡Por favor! ¡Por favor no! No tengo hogar. No tomé nada de tu casa. ¡Por favor! ¡No soy un ladrón!”, suplicó Henry desesperadamente.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

EL extraño seguía en el piso, no podía ponerse de pie y Tomás notó que su pierna estaba en una posición incómoda.

"¿Qué le pasó?".

“Me caí por las escaleras y choqué con varias cosas intentando escabullirme. Cuando te escuché adentro, quise salir sin que te dieras cuenta”, explicó desde el piso. “Creo que me he roto la pierna”.

"¡Oh por Dios!", exclamó Tomás.

"¡Por favor, no llames a la policía!", gritó el hombre cuando vio que Tomás finalmente sacaba su teléfono y marcaba.

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"No lo hago. Estoy llamando a una ambulancia. Esa pierna se ve mal”.

"¡NO! ¡No tengo dinero para eso!”.

“Pagaré por ello. No te preocupes”, agregó Tomás.

Llegó la ambulancia y los médicos dijeron que había que llevar a Henry al hospital. Tomás decidió acompañarlos y ver que el hombre estuviera bien. Después de todo, se había caído en su casa. Se sentía algo responsable, a pesar de que era un ocupante ilegal.

Descubrieron que Henry tenía una fractura y le colocaron un yeso. El médico también dijo que tendría que tener la pierna inmovilizada por mucho tiempo.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

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Claramente, un vagabundo necesitaba caminar todo el tiempo y Henry no podría hacerlo. Por lo tanto, Tomás se compadeció de él nuevamente y le ofreció su hogar.

Durante los siguientes días, los dos hombres que tenían más o menos la misma edad se unieron por varios intereses como el béisbol, los libros y la música. Henry también habló sobre cómo terminó sin hogar.

“Mi prometida me engañó unos días antes de nuestra boda. Vivía en su casa y ella me echó. En ese entonces, yo era un maestro de ciencias sustituto y cuando el distrito local recortó algunos fondos, me despidieron de forma permanente”.

“No podía pagar un lugar nuevo y no tenía a quién recurrir, así que he estado sin hogar durante varios años”, explicó. “Me han empleado en trabajos ocasionales de vez en cuando, pero nadie me dará un puesto más permanente”.

"Entonces, ¿cómo terminaste en la casa de mi madre?".

“Hace unos meses, vi esta casa. Pensé que era el tipo de casa donde me gustaría formar una familia. Entonces me di cuenta de que nadie vivía aquí”.

“Observé durante días antes de irrumpir. Bueno, no rompí nada. La puerta trasera estaba entreabierta, así que simplemente entré. La limpié lo mejor que pude y comencé a quedarme aquí”, continuó Henry con su historia.

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“Y luego vine aquí, y de alguna manera terminaste en el sótano”, precisó Tomás, esperando que Henry llenara los espacios en blanco.

“Bueno, normalmente duermo arriba en lo que supongo que ahora es el dormitorio de tu infancia. Pero te escuché y fui al sótano para escabullirme por la ventana. Pensé que la puerta principal sería demasiado obvia. Pero luego me caí, y bueno, el resto ya lo sabes”, respondió Henry.

Tomás compró alimentos, suministros y todo lo que Henry necesitaría para seguir en su casa. Mientras tanto, tuvo una idea. Tenía una oferta para el hombre extraño porque no podría quedarse en el pueblo por mucho más tiempo. Debía regresar a su ciudad para trabajar. Su jefe lo estaba esperando.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

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Estaban sentados a la mesa de la cocina para cenar cuando Tomás habló. “Henry, tengo una idea. ¿Por qué no te quedas aquí permanentemente? Te estoy contratando como cuidador oficial de la casa. No es un gran salario, pero como no tienes que pagar el alquiler, creo que estará bien”.

“Después de que tu pierna sane, puedes buscar un trabajo adecuado y recuperarte económicamente. Si puedes arreglar las cosas por aquí, también te lo agradeceré. Cuando te recuperes, lo alquilaré”, ofreció.

"¡Guau! Tomás, ¿estás seguro? Eso es increíblemente generoso, ¿y si me toma mucho tiempo volver a ponerme de pie?, preguntó Henry.

"Está bien. Honestamente, me estaba debatiendo qué hacer con esta casa, y la idea de venderla me rompió el corazón. Pero tampoco tengo planes de mudarme aquí, así que esta es la mejor opción para mí”, respondió Tomás.

"¡Entonces acepto de todo corazón!", manifestó Henry.

Cuando la pierna de Henry sanó, encontró trabajo como maestro sustituto en otra escuela y, finalmente, le ofrecieron un puesto permanente. Tomás le permitió quedarse en la casa, aunque ya no le pagaba por cuidarla.

Unos años más tarde, Henry había ahorrado lo suficiente para poder hacer el pago inicial de una casa, pero quería quedarse en casa de Tomás. Entonces él accedió a venderla porque ya no era un extraño. Se merecía la casa ahora.

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Llegaron a otro acuerdo en el que Henry comenzó a pagar cuotas por la casa. Con el tiempo, se hizo cargo de ella en su totalidad y fue más feliz que nunca, especialmente después de casarse y tener hijos. Mirando hacia atrás, Henry se dio cuenta de que era increíblemente afortunado.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

¿Qué podemos aprender de esta historia?

  • Ayuda a otros cuando puedas: Tomás decidió ayudar a Henry con su pierna y su situación a pesar de no tener la obligación de hacerlo.
  • Puedes hacer cualquier cosa con trabajo duro y un poco de ayuda de tus amigos: Henry se recuperó gracias a Tomás y su arduo trabajo.
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Este relato está inspirado en la historia de un lector y ha sido escrito por un redactor profesional. Cualquier parecido con nombres o ubicaciones reales es pura coincidencia. Todas las imágenes mostradas son exclusivamente de carácter ilustrativo. Comparte tu historia con nosotros, podría cambiar la vida de alguien. Si deseas compartir tu historia, envíala a info@amomama.com.

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