Kate Jackson perdió "el sentido de sí misma" antes de casarse con el astro más joven de "Dallas", quien le reordenó las prioridades

Kate Jackson fue una de las pioneras de la serie de televisión de los años 70, "Charlie's Angels". Desempeñó un papel importante al dar el título al clásico programa y asumir el prestigioso papel de uno de los ángeles, Sabrina Duncan.

A pesar de ser uno de los pilares fundamentales de la historia, la estrella de la televisión se sentía como un pez fuera del agua y luchaba por mantenerse en el plató de la serie. Jackson estuvo en piloto automático durante las tres primeras temporadas, centrándose únicamente en su trabajo.

Mientras los fans vitoreaban su excelente interpretación en la televisión, Kate no se sentía bien y luchó mucho con su salud mental hasta su salida del programa.

LA DIFÍCIL SITUACIÓN DE JACKSON EN "CHARLIE'S ANGELS"

Kate dejó la serie tras el rodaje de la tercera temporada en 1978, y estaba claro que su salida la haría sentirse mejor. Sin embargo, una vez terminada esa etapa, pareció haber un suspiro de alivio por parte de Jackson y de los directores, Aaron Spelling y Leonard Goldberg.

La actriz estaba de vacaciones cuando se conoció la noticia de que ya no retomaría el papel de Sabrina Duncan en la serie de ficción.

Kate dijo a People en 1979: "Supongo que causé algunos problemas. Lo que pasa es que me cansé de ellos y ellos se cansaron de mí. Me alegro de haber podido colgar por fin la aureola...".

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Goldberg y Spelling también lo atestiguaron sutilmente, compartiendo que Jackson fue despedida "por problemas en el plató". Kate pudo haber fallado en su ética de trabajo, pero luchó por estar en el set de "Charlie's Angels".

El horario de trabajo de 14 horas en el plató pasó factura a la actriz de televisión. Desconcertaba su mente y le hacía perder el "sentido de sí misma".

Kate recordó cómo alcanzó el éxito gracias al famoso programa, pero aun así no pudo encontrar la felicidad. Señaló que su vida "estaba orientada al trabajo", incluso cuando millones de fans le mostraban su descarada admiración.

EL PUNTO DE INFLEXIÓN PARA KATE

Jackson tenía literalmente el mundo a sus pies, pero descubrió que no era suficiente. Sentía un vacío en su vida hasta que conoció al actor Andrew Stevens.

El actor de "Dallas" se cruzó en su camino mientras ella rodaba su última temporada en "Charlie's Angels".

Y en agosto de 1978, la famosa se fugó con Stevens y se casó en Martha's Vineyard. Jackson habló con People sobre su hombre:

"De repente había un hombre adorable que se preocupaba por mí, incluso cuando lloraba y tenía el pelo raro. Antes de que supiéramos lo que nos golpeó, estábamos locamente, apasionadamente enamorados".

Kate compartió que se apoyaron mutuamente y que eso se sintió como un regalo. Stevens, que es seis años más joven que Kate, estuvo a su lado, quitándole la soledad que sentía después de un largo día en el plató. Sin embargo, no disminuyó su inquietud en el trabajo.

La estrella llegó a un punto en el que se dio cuenta de que el rodaje de la serie la agotaba, trascendiendo a su vida amorosa con Stevens. Fue entonces cuando decidió que era el momento de colgar la aureola.

SU UNIÓN NO DURÓ

A los tres años de disfrutar de la felicidad junto a Stevens, las cosas cambiaron en el matrimonio de Jackson.

La estrella que antes describía al artista como un hombre cariñoso, tenía una opinión diferente. Se puede decir que Kate sintió el impacto de su fracaso matrimonial sobre todo en sus finanzas.

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Ella y Stevens terminaron en 1981, y al año siguiente, Kate estaba casada con el ejecutivo de negocios neoyorquino David Greenwald. La estrella contrajo nupcias con el director de cine en una ceremonia privada en su casa de Beverly Hills.

Luego, en 1984, la pareja se dirigió al tribunal de divorcio, donde se disolvió su matrimonio de dos años.

Jackson intentó casarse por tercera vez con Tom Hart en 1991. Durante todo ese tiempo, Kate anhelaba tener un bebé. Pero, por desgracia, su deseo no se hizo realidad y, al igual que los dos primeros, su tercer matrimonio se desmoronó a los pocos años.

Jackson decidió que era hora de tomarse un descanso del matrimonio y de los asuntos del corazón, pero su búsqueda de un bebé no terminó. En cambio, encontró la motivación para adoptar un niño tras visitar a la también actriz Rosie O'Donnell en su casa.

Por aquel entonces, O'Donnell acababa de adoptar un niño y le propuso a Kate la idea de la adopción. Así que firmó los papeles de la adopción y pudo irse a casa con un niño al que llamó Charles Taylor Jackson.

La actriz no encontró el amor duradero en los brazos de un amante, sino en la alegría de ser madre de Taylor y madrina de Spencer Margaret Richmond, y para ella eso fue más que satisfactorio.

Tras dejar "Charlie's Angels", Jackson siguió cosechando éxito en Hollywood, ya que había ganado bastante reconocimiento con la serie. También amplió su currículum, pasando a ser productora y directora.